El silencio sepulcral de Beyoncé hace sospechar profundamente a sus fans. Desde que la cantante diese a luz el pasado mes de junio a sus pequeños Rumi y Sir Carter, apenas se le ha visto el pelo. La mudanza a su casa de Los Ángeles (la más cara del universo hollywoodiense, valorada en en 100 millones de euros) le ha dado la posibilidad de recluirse, no solo ella sino también a sus dos mellizos, que ahora tiene nueve meses, y de los que todavía no hay fotos oficiales.
Beyoncé, diva se nace no se hace
En estos días de marzo, Beyoncé tiene altamente mosqueados a sus seguidores. O al menos, eso dicen de ‘boquilla’ vía Twitter. Queen B mantiene bajo secreto de sumario sus próximos estrenos musicales, todo un clásico en ella. Algo que la pone bajo sospecha, pues resultaría tremendamente decepcionante que su vuelta a los escenario no trajese consigo algún nuevo tema que poder bailar o con el que poder reivindicar ciertos derechos.
Asimismo y sin que tengamos consciencia de forma oficial, nos consta que Beyoncé está ensayando para su inminente comeback internacional. Los fans de la cantante alrededor del mundo tienen una cita con ella en el mítico festival Coachella. La intérprete de Crazy in love se presentará el próximo 14 de abril en el desierto de Indio, siendo ese uno de los dos fines de semana de los que es estrella de cartel.
Beyoncé, fiel a Zimmermann
Entre ensayo y ensayo, Beyoncé ha sacado un hueco para llevar a su hija Blue Ivy al estreno de la última película de Disney: A Wrinkle In Time (‘Un pliegue en el tiempo’). Para la ocasión, Beyoncé ha seleccionado un precioso vestido estampado con flores turquesas y hojas verdes. Si bien es cierto, no es la primera vez que la de Texas colabora con esta marca australiana, Zimmermann. Este último vestido se engloba en la colección Honeymooners de primavera-verano 2018 y su valor son unos 2.950 dólares aproximadamente.
Tras dar a su a Blue Ivy en enero de 2012, Beyoncé hizo su reaparición oficial apenas un mes después. Llegado mayo, y con él, la Gala anual del Museo Metropolitan de Nueva York, la pregunta era evidente: «¿Cómo te has recuperado de esa forma?». «Trabajando muy duro. No hay secretos. No es que haya pasado tiempo en el gimnasio, he estado ensayando porque tengo conciertos pronto y es mi primer show después de un año, así que he estado bailando entre ocho y nueve horas al día».
En definitiva, no hay trucos para la diva de la música. Beyoncé recupera su cuerpo a base de ensayar, trabajar y hacer lo que mejor sabe. Así pues, las últimas fotos con las que nos ha sorprendido lo dejan bien claro: ‘Quien no conoce a Dios(a), a cualquiera le reza’.
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