La relación entre Paulina Rubio y Gerardo Bazúa estaba en el ojo del huracán desde que la publicación TVnotas publicara que ella le había echado de casa a él al descubrir que había estado con dos mujeres. La prueba la obtuvo la cantante al leer los mensajes que su chico guardaba en el teléfono móvil. Su reacción fue ponerle las maletas en la puerta.
Y mientras todos hablaban del enésimo problema de pareja entre Pau y Gerardo, ambos han sorprendido al mundo al protagonizar un reportaje donde desmienten la infidelidad. Según la cantante, “Al parecer, generar rumores sobre mí causa morbo a muchos. ¡Y sirvo para inventar historias de películas a lo Almodóvar!”. Además, añade que le gustaría tener una hija con su chico.
Quienes conocen a Paulina Rubio aseguran que para ella hubiera sido difícil de encajar otro fracaso sentimental. En Gerardo ha encontrado al compañero de ideal. Lo único malo es su afición a las faldas, algo que, por otra parte, ella conocía desde el principio. Los años pasan y la mexicana solo quiere estabilidad. Es por eso que se ha tragado su orgullo de mujer herida y le ha dado otra oportunidad a Bazúa.
No parece que Paulina tenga ganas de pasar nuevamente por la vicaría. Su matrimonio con Colate le dejó un regusto amargo. Y más el tener que pasarle una pensión de 10.000 dólares anuales. Sin duda, algo sorprendente. El divorcio de la pareja fue tormentoso y se desarrolló entre un cruce de acusaciones terrible. La experiencia le ha enseñado a la artista que mejor estar soltera que no firmar papeles. “Los divorcios los carga el diablo”, debe pensar, y, en su caso, no le falta razón.