¿Tu piel se descama y te pica con frecuencia? ¿Notas que sólo es una piel fresca y sana justo en el momento de ponerte la crema hidratante? ¿Las líneas y las arrugas de tu rostro son muy pronunciadas? Tienes la piel seca. Es lógico que te preocupes, pero con unos cuantos consejos y un poco de constancia, conseguirás que luzca espléndida y nunca más tenga ese aspecto acartonado y envejecido.
El origen de la piel seca
Además de las causas genéticas, el origen de la piel seca tiene que ver con mucha frecuencia con la edad. Conforme envejecemos, la piel se va deshidratando. Se hace entonces más necesario hidratarla con mucha frecuencia.
Con la edad, se ralentizan la mayoría de los procesos del organismo, y también se incluyen las glándulas sebáceas y sudoríparas que, en general, están menos activas.
Además, el aire frío y el ambiente seco hacen que este problema aumente. Así que podemos afirmar que el invierno es una época especialmente complicada para la piel seca.
Los síntomas
La piel seca se caracteriza por su fino espesor, porque apenas tiene secreciones, y por unos poros poco perceptibles. Esa es la parte, digamos, positiva.
La parte negativa es que es una piel a la que le falta brillo y frescura, dando un aspecto envejecido de forma prematura, que muchas veces no va acorde con la edad.
Además, la piel seca tiene tendencia a la descamación y a las reacciones alérgicas. Suelen ser pieles con intolerancia a todos los agentes externos -polución, jabones, etc…-. Son pieles con más tendencia a las arrugas y a los pequeños hematomas, rojeces o marcas vasculares.
¿Qué puedes hacer?
Si tenemos la piel seca, debemos tratarla adecuadamente lo antes posible. Este tipo de piel es muy propensa al envejecimiento prematuro, por lo que cuanto antes atajemos el problema, mucho mejor. No esperes a cumplir cuarenta años para comprar tu primera crema antiarrugas. Actúa antes de que estas aparezcan.
Uno de los problemas principales a la hora de tratarla es que muchos de los productos estándar del mercado –jabones principalmente- son excesivamente resecantes. No los uses. Tendrás que utilizar siempre productos especiales que respeten la capa grasa natural de tu piel.
No debes olvidarte de exfoliar la piel al menos una vez, o dos por semana, para expulsar todas las células muertas típicas de la piel seca. Tras esta, utiliza un serum o aceite hidratante potente para que tu propia piel produzca más grasas.
A evitar
Ya hemos comentado que si tienes la piel seca debes evitar los productos más comunes del mercado, como jabones o cremas indicados para todo tipo de piel, pues suelen ser altamente resecantes. Necesitarás productos especialmente creados para piel seca.
Además, cuando te vayas a exfoliar la piel o a hacerte un peeling, no deberás usar productos muy ácidos, pues el resultado será nefasto.
El exceso de alcohol y cafeína son diuréticos y si recurres a ellos con frecuencia pueden contribuir a la deshidratación de la piel seca.
Dieta para una piel seca
Lo ideal para combatir una piel seca es una buena combinación de productos y cuidados estéticos con una dieta equilibrada y enriquecida.
Los alimentos que más te ayudarán a mantener tu piel seca con un poco de frescura serán los que son ricos en vitaminas y ácidos grasos esenciales (Omega 3 y 6). Son ideales los vegetales naranjas o amarillos y los que contienen vitamina E (aguacates, nueces y semillas).
Evita siempre que puedas el consumo de fritos y de grasa animal.