Todos hemos visto a Conchita durante años como una mujer discreta y en apariencia humilde. Pero varios medios han publicado algunos escándalos que ha coleccionado durante años la poligrafista. El periódico ‘Extraconfidencial’ publicó que tenía antecedentes penales por supuestas denuncias falsas contra su ex pareja, Francisco Delgado Pérez, al que acusó de intentar simular atentado con bomba, robar con intimidación y malos tratos. Según este medio, el auto señalaba que «puede inferirse sin lugar a dudas que (Conchita) está completamente obsesionada con su ex compañero sentimental, al que quiere perjudicar de modo compulsivo, haciéndolo aparecer como inmoral, delincuente, desaprensivo y de la peor catadura, poniéndose ella como víctima, y haciendo ver que él la acosa y la persigue».
También podría haber sufrido la furia de Conchita la nueva pareja de su ex pareja, María Cristina de la Figuera Yturralde, que tras comenzar una relación con Francisco Delgado habría recibido llamadas telefónicas «haciéndole todo tipo de preguntas sobre su relación con Fran, y diciéndole que lo dejara que era mala persona y que a ella le debía dinero».
En 2006 Conchita fue en este caso la denunciante porque «cuando salía de su piso, han salido rápidamente, de una puerta próxima a la de ella, dos personas encapuchadas de negro y sin mediar palabra le han pegado un puñetazo en la cara a la altura de los ojos, tirándola en el suelo boca abajo, con las llaves en la mano, intentando una de estas personas arrebatarle de la mano las llaves del piso«.
Por estas informaciones Conchita demandó a ‘Extraconfidencial’, dándole la justicia la espalda y condenándole al pago de las costas: «La Justicia ha vuelto a dejar sin efecto su requerimiento judicial de medidas cautelares de carácter urgente contra este medio para no publicar y cesar en las informaciones sobre su persona. Tras un primer intento de conciliación en el que la polígrafa reclamaba lo anterior más una indemnización de 30.000 euros, Extraconfidencial.com esgrimió que las informaciones «se amparan en el ejercicio al derecho a la libertad de información, el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la crítica como garantía constitucional en el ejercicio de la profesión de los llamados a conciliar» (…) Unos argumentos que de forma similar han sido tenidos en cuenta en un duro varapalo judicial contra la polígrafa. Así, el Auto del Juzgado de Primera Instancia nº 21 de Zaragoza, dictado por la jueza Amalia de la Santísima Trinidad Sanz Franco, deniega las medidas cautelares solicitadas por Conchita Pérez Casorrán y, además, la condena a las costas del procedimiento».
Conchita nunca ha querido entrar a comentar estas polémicas que envuelven su vida, y de hecho se define como una persona sencilla: «No estoy casada ni lo he estado nunca. No tengo hijos. Estudié Turismo y soy directora de hotel. También he estado en el mundo el petróleo más de 20 años, en estaciones de servicios familiares. En un momento de mi vida tuve que demostrar un hecho sin testigos, y me di cuenta de que había un vacío social para personas en mi misma situación. Me llevó a investigar y me interesé por este mundo. Fui a una escuela de la American Poligraph Association. Soy la única española en esa asociación. Ahora soy la propietaria de Grupo Verity, acreditada por esta asociación. Y ahora vivo ayudando a personas a demostrar que dicen la verdad».