Hidratación, la clave para combatir los efectos del frío en la piel

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Se acerca el invierno y trae consigo las temperaturas más bajas del año. Las frías temperaturas están muy lejos de ser lo mejor para la piel ya que ponen de manifiesto los distintos problemas cutáneos que pueden padecer las personas con pieles más sensibles. Desde Rosa Belleza indican que “por norma general las personas dedican muchos más cuidados a su piel durante el verano que durante el invierno, esto se debe a que cada vez hay una mayor conciencia de los efectos del sol sobre nuestra piel y a que la gran mayoría desea lucir una piel bonita y radiante en esta época. Sin embargo, durante el invierno la piel también se daña por lo que debemos dedicarle los mismos mimos y cuidados que durante la época estival”.

Y es que el frío causa vasoconstricción en los capilares de la piel haciendo que se contraigan y disminuya la irrigación. “El aspecto apagado de la piel es debido a que no llegan suficientes nutrientes y oxígeno a las células de la epidermis”. Además, las bajas temperaturas hacen que se retrase el ciclo de renovación celular y se acumulen las células muertas que impiden la secreción sebácea natural de la piel, lo que hará que no se nutra y lubrique la epidermis, por lo que la piel adquiere un aspecto seco y sensible, provocando a su vez esa típica sensación de tirantez y falta de confort.

El frío además de tener sus propios efectos sobre la piel de cualquier persona hace que determinadas enfermedades de la piel empeoren, como es el caso de la tan común en la actualidad dermatitis atópica, la psoriasis, la urticaria por frío, problemas circulatorios como eritema pernio, enfermedad de Raynaud y un largo etcétera. Ni que decir tiene que estos problemas afectan con más frecuencia a las zonas más expuestas, como es el caso del rostro y las manos.

Desde Rosa Belleza indican que “la aparición de rojeces es uno de los principales efectos de los cambios de temperatura en la piel, algo que puede llegar a agravarse si no se utilizan los productos y tratamientos adecuados, dando lugar a la rosácea que ya no resulta tan fácil de tratar”.

La correcta hidratación y la eliminación de las células muertas son por lo tanto clave para que la piel luzca sana y bonita. Siendo esencial, por lo tanto, elegir los productos adecuados a cada caso y persona.