Un mes y nueve días. 40 días y 40 noches. Suena a clásico de Joaquín Sabina pero no. Son los días que van a pasar estas acérrimas seguidoras de Justin Bieber a los pies del Barclaycard Center de Madrid hasta que su ídolo llegue el próximo 23 de noviembre.
Olga Santos, Ainhoa Barradas y Ángela Sánchez son tres chicas de 19 años que estudian en la Universidad, tienen su vida, su familia, sus amigos y un amor en común: Justin Bieber. Una misma pasión que las ha llevado a coger mantas, casetas de campaña, sillas y mucho café para aguantar más de 40 días acampadas en los aledaños del Palacio de Deportes de Madrid.
Raúl Rodríguez: ¿Cómo se explica este amor por él para estar acampadas aquí un mes y nueve días antes?
Olga Santos: A mí me gusta Justin Bieber desde que soy pequeña. Ahora tengo 19 años y me gusta desde que tengo 12. Creo que el verlo cerca y el poder sentirlo tan cerca es algo que no se puede explicar. Es una sensación única que siento cada vez que lo veo en directo.
Cuando les pregunto si saben si tienen el récord nacional de espera para ver a un artista en directo (recordemos que hubo fans de Beyoncé que estuvieron dos semanas a las afueras del Estadio Olímpico de Barcelona el pasado mes de agosto) se acerca un señor que escuchaba tímido en un segundo plano y comenta: «yo vine ayer a ver a Ana Belén y Víctor Manuel y entré 15 minutos antes». A lo que Sonia contesta, «el primer grupo de nosotras lleva desde el día 14 de octubre acampando. La verdad es que no sabemos si tenemos el récord».
RR: ¿Qué pensáis del momento tan complicado que está pasando Justin Bieber? Abandona entrevistas a medias, ha borrado su cuenta de Instagram…
OS: Todo el mundo comete errores. Simplemente no quiere que se le agobie. Todos pasamos por momentos difíciles pero gracias a nosotras y a nuestro apoyo saldrá adelante. No es grave, solo ha preferido mantenerse al margen y decida lo que decida nosotros lo apoyaremos.
RR: ¿Haga lo que haga? ¿Aunque abandonase y se fuese del concierto de Madrid, después de un mes de espera, como hizo en Oslo?
OS: En ese momento me decepcionaría y me daría pena pero tardaría poco en perdonarlo. A mí me gusta desde siempre y sin duda volvería a seguirlo con la misma intensidad de antes aunque se vaya en pleno concierto.
RR: ¿No os duele que Justin Bieber haya prohibido por deseo propio hacerse fotos con sus fans?
Ángela Sánchez: Yo entiendo su posición. Para las Beliebers las fotos están en un segundo plano. Simplemente con darle un abrazo y hablar un poco con él nos basta.
Me sorprende que las chicas utilicen las mismas palabras que Justin empleó en su statement cuando comunicó que jamás se volvería a hacer una foto con ninguna de sus fans. ¿Las fotos en un segundo plano? Palabra de Dios. Lo que diga el Señor, ellas lo predican.
RR: ¿Cómo os vais a organizar para estar más de un mes aquí acampadas?
Ainhoa Barradas: Ahora mismo somos cuatro grupos, en total unas 200 personas. Hay tres turnos: mañana, tarde y noche. Más o menos todo el mundo intenta ir a clase, va a casa a ducharse, está con su familia… Hacemos todo lo que queremos cumpliendo siempre los horarios de la guardia.
RR: ¿No teméis que en las famosas avalanchas que se forman en este tipo de conciertos tan multitudinarios, por un error logístico, se os adelante gente que haya llegado el mismo día del show?
OS: En el anterior concierto que hizo lo tuvieron muy bien organizado. La policía hizo una barrera diferenciando las franjas y se dio prioridad a la gente que hicimos cola antes.
RR: ¿No encontráis injusto que muchas fans estén ahora en su casa tranquilamente, como por ejemplo la hija de Belén Esteban, lleguen aquí el mismo día del concierto y después consiga estar en primera fila y tener una foto con él?
OS: El «enchufismo» hoy en día es una realidad y no se puede hacer nada contra ello. Lo que sí nos molesta de Andrea es que otros años, pudiendo su madre haber pagado la entrada, no se la haya pagado y haya entrado «por la cara» y además conocerlo y hacerse fotos con él.
En definitiva, son jóvenes ilusionadas, aman la música y defienden con uñas y dientes a su artista favorito. 40 días y 40 noches. Más de 900 horas de cola para ver a su ídolo. Esperemos que el canadiense les entregue el mejor show de sus vidas y que al menos, su espera, haya valido la pena.