GHVIP es un reality que triunfa en el mundo. El hecho de que los protagonistas sean famosos atrae la atención de la audiencia. Si en sus primeras ediciones el formato no acabó de cuajar en España, la nueva oportunidad que Mediaset le dio hace dos temporadas lo ha revitalizado. Así se escribe la historia de GHVIP: peleas, desmadres, enfrentamientos, sexo… ¿Quién da más?
Belén Esteban y su pijama se convirtieron en protagonistas absolutos en el retorno de GHVIP a Telecinco. La rubia protagonizó grandes momentos que hicieron palidecer y hasta enfadar a la audiencia. Uno de los más sonados fue aquel en que fingió tener una subida de azúcar para ir a la cocina y así escuchar lo que sus rivales estaban hablando. Posteriormente se conocería que la salud es una excusa recurrente para Belén.
Que Julián Contreras Jr. no se encontraba muy bien era algo conocido desde que él mismo confesara que tomaba más de 20 pastillas al día. Sin embargo, cuando vimos que se enrolaba en GHVIP, pensamos que se había recuperado. Nuestro gozo en un pozo cuando se puso fuera de sus casillas durante una discusión con Carlos Lozano. Julián se fue a hablar con el Súper y le dijo: “Solo dos veces en mi vida he estado a punto de agredir a alguien en 21 años y la segunda ha sido ahora”. Y ser marchó.
Ylenia se volvió loca de amor por Fede y la excitación se apoderó de ella. Para el recuerdo quedan sus tocamientos y algo más bajo el edredoning. La afición de la rubia de bote a la bebida hizo que tanto el italiano como su amiga Belén Esteban hablaran con ella para que aflojara. Y es que cada noche que había fiesta, Ylenia Padilla se desmadraba al más puro estilo Gandía Shore.
A Raquel Bollo se le fue la pinza cuando le espetó a Carlos Lozano: “Hombres como tu son los que me han maltratado”. Sin duda, una frase que hubiera merecido una sanción en toda regla por la gravedad y por la mala intención. La organización dejó pasar el asunto y la sevillana siguió sus días en GHVIP en modo armario.
Kiko Rivera se vengó a su manera de Laura, la hija del que fuera capataz de Cantora, diciéndole: “Anda, Laurita, tráeme un refresco”. A ella le sentó fatal y se puso a llorar en la cocina de la casa. Argumentó que el DJ lo había hecho a propósito para humillarla ante todos.
Imposible no ponerse al borde del parraque ante el histrionismo de Víctor Sandoval. Y es que este hombre no calla ni debajo del agua. Y como le de por el tema Nacho Polo no hay quien lo resista. Comprendemos perfectamente que Belén lo frenara a base “¡Víctor, cállate!”. Y sí, la rubia tenía toda la razón del mundo cuando le dijo que no había quien lo aguantara porque era muy intenso.
Una peineta de Olvido hacia Ares, Laura e Ylenia desencadenó una discusión. Ares quiso saber el porqué del gesto y como la explicación de la ex concejala no le convenció, en compañía de Laura e Ylenia, se dedicó a perseguirla por toda la casa al más puro estilo pandillero. Cuando la catalana y la de los Yébenes se vieron las caras en el plató, Olvido le dijo: “Lo que me hicisteis era puro acoso”.
El bonus track de las polémicas lo protagonizó Laura Matamoros en solitario. Y es que muchos se alzaron contra ella por silbar el Cara al sol mientras hacía ejercicio en el jardín. Como diría Josep Pedrerol, “Has quedado retratada”.
Si ha habido dos concursantes que han conseguido ponerse al público en contra con una sola acción esas son Charlotte Caniggia y Belén Roca. Y es que, a modo de venganza, no se les ocurrió otra que pasar el cepillo de dientes de Carlos Lozano por el inodoro. Fueron pilladas por el Súper y se saltaron a la torera la recomendación que les hizo de que sustituyeran el utensilio sucio por uno nuevo. Eso le costó la expulsión a la argentina. Belén se la ahorró porque la enfermedad de su madre hizo que tuviera que abandonar Guadalix de forma inminente.
Parecía que había cierta atracción entre Laura Matamoros y Alejandro Nieto. Sin embargo, cuando el concursante dijo que si él fuera el novio de Laura, y la viera pidiendo cariño en un reality, se preocuparía, todo saltó por los aires. Enterada la hija de Kiko y Marián, le respondió: “Me cago en tu puta madre”. Y Alejandro replicó: “Pues yo me cago en la tuya”.
“Mi familia no dio el consentimiento para que se me informara de ello, le dijeron a Tonino que o lo decía él o lo decían ellos pero que se me iba a informar sí o sí. La situación de mi padre es exactamente la misma que hace 3 semanas. Mi padre no entró en Gran Hermano porque no podía pero era su sueño y yo estaba cumpliéndolo por él. Hubiera preferido no saberlo y cumplir el sueño de mi padre”, concluía Bárbara ante un atónito Jordi González que se vio forzado a explicarle que la decisión estaba muy meditada no solo entre los directivos sino también entre los psicólogos que nutren y forman el equipo de responsables de Gran Hermano.
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