Está claro que Terelu Campos atraviesa un buen momento profesional. Telecinco está a punto de estrenar la segunda temporada del reality show que protagoniza junto a su madre, el novio de ésta, y su hermana. Además, su estancia en Sálvame le ha otorgado una estabilidad económica que, en ocasiones, parecía desestabilizarla. No parece que haya demasiados problemas en su horizonte profesional en el que sigue, además, contando con sus colaboraciones habituales en el Qué tiempo tan feliz que su madre presenta los fines de semana en Telecinco.
Sin embargo, las cosas no parece que le sonrían en exceso en el terreno personal. Al menos no se le conoce, de momento, una nueva relación sentimental. Dicen que la presentadora tiene ilusiones que se evaporan rápidamente. Nadie encaja en su prototipo de hombre. Ni siquiera el reportero Kike Calleja con el que tuvo una aventura durante varios meses. Aquello ya es pasado. Quizás por eso insisten a esta revista que Terelu sigue todavía enganchada a José Valenciano, su última pareja. Es con él con quien vivió los momentos más intensos de su vida. Se sintió madre por segunda vez y encontró refugio en el deporte gracias a las indicaciones del boxeador.
Ya no queda nada entre ellos
Pero el amor se apagó. Y la revista Lecturas publica que Valenciano ha encontrado a la sustituta perfecta para que ocupe su corazón. Se trata de una mujer morena con la que se ha dejado ver de lo más cariñoso. Besos, caricias y miradas de amor. Un reportaje que, según ha sabido Cotilleo.es, no ha sentado demasiado bien a la tertuliana. De alguna manera le resulta increíble que la prensa haya seguido a su ex novio y, mucho más, que haya tenido trascendencia pública.
Sin embargo, lejos de quedarse en casa llorando al desamor, Terelu se lo pasa en grande con sus amigas y amigos. Así lo ha compartido con sus seguidores en las redes sociales. Y es que ella misma ha colgado en las redes sociales unas fotografías de la última comida que ha disfrutado junto a viejos amigos y amigas. ¡Qué bien se lo ha tomado!
Algunos toreros tenían por costumbre celebrar la Operación Polvorón, que consistía en una reunión de amigos, con la excusa de la Navidad, en la que se dejaban caer por locales de lucecitas. Cuando el asunto saltó a los medios, se acabó esta tradicional costumbre navideña de cuajo.
Alejandro Fernández se tomó unos días de descanso en Puerto Vallarta. Acudió acompañado de unos amigos y contrató los servicios de seis señoritas, que dieron pelos y señales de lo que allí sucedió. El anfitrión mantuvo contacto íntimo con tres de las damitas allí presentes.
A Ronaldo le salió bien cara la invitación que hizo a tres prostitutas para que subieran a la habitación del hotel. El escándalo que armaron hizo que otros huéspedes avisaran a la policía. Al presentarse los agentes, se encontraron con la sorpresa de que ellas eran ellos. La cara del ex futbolista era un poema mientras decía que había sido engañado.
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