Si ha existido un verdadero golpe bajo, un mazazo absoluto a los cimientos de Casa Real en los últimos tiempos, ese es, sin lugar a dudas, el caso Nóos. Por primera vez en la historia de la democracia, y su correspondiente monarquía parlamentaria, un miembro del núcleo interno de la Familia Real se veía envuelto en un entramado de corrupción.
Iñaki Urdangarin, condenado en primera instancia
El pasado 17 de febrero de 2017, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma dictaba sentencia sobre el caso de corrupción Nóos. Iñaki Urdangarin resultaba condenado a seis años y tres meses de prisión, y la infanta Cristina, acusada de ser cooperadora necesaria en la empresa Aizóon, finalmente salía absuelta. Pese a que la hija del rey don Juan Carlos tenía el 50% de las acciones de una de las empresas con la que Urdangarín trabajaba ilícitamente, la justicia tan solo la condenó a pagar 265.000 euros.
Iñaki Urdangarín, por el contrario, fue condenado por un delito continuado de prevaricación en concurso con otro de falsedad en documento público a la pena de dos años y ocho meses. Además, por otro de fraude a la Administración fue condenado a una pena de siete meses, otro delito de tráfico de influencias a la pena de un año y otros dos delitos contra la Hacienda pública a dos años de cárcel. Por estos dos últimos delitos, tendrá que pagar una multa de más de 500.000 euros.
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El recurso y su situación personal fuera de Casa Real
A principios del pasado mes de julio, la Fiscalía del Tribunal Supremo solicitaba el incremento de la pena para Iñaki Urdangarin de seis años y tres meses a diez años de prisión. En un escrito emitido por el ministerio público se manifestó que «Ignacio Urdangarín deberá ser condenado como autor de un delito continuado de prevaricación en concurso medial con un delito continuado de falsedad en documento público, así como de malversación, aplicando el artículo 65.3, al no ser funcionario público y la atenuante simple de reparación del daño».
Recordemos que en un principio, la Fiscalía Anticorrupción con Pedro Horrach al frente solicitaba diecinueve años y medio de prisión para el marido de la infanta. Tras el dictamen de la sentencia condenatoria, Mario Pascual Vives, abogado de Urdangarin, presentó un recurso de apelación ante el Supremo el pasado 1 de agosto argumentando, en palabras del propio yerno del rey que él simplemente se limitó a ser un «amigable componedor», un «mediador sin conocimientos en Derecho Administrativo».
Casa Real sabe que ha empezado la cuenta atrás
El Supremo, con la apelación del equipo jurídico de Urdangarin, no celebrará otro juicio ni valorará nuevas pruebas aportadas, simplemente se limitará a revisar las diferencias de interpretación jurídica del fallo, y en ningún caso los hechos considerados probados en la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia de Palma.
El mismo día en que Iñaki Urdangarin era condenado a más de seis años de prisión y la infanta salía absuelta de todo delito penal, Casa Real se vio forzada a dar un paso al frente y sin emitir un comunicado oficial, sí que quiso dejar claro que sentían «respeto absoluto a la independencia del poder judicial». Los días de libertad de Iñaki Urdangarin podrían estar contados. Según publica OKDiario, a través de fuentes consultadas «la tramitación de los recursos de casación aún no ha terminado, al ser muchos los procesados y estar pendientes aún los escritos de impugnación de algunas de las partes».
La situación de la infanta Cristina
No obstante, se conoce que el Supremo tiene la intención de publicar la sentencia lo antes posible: «lo más probable es que el fallo definitivo sobre el caso Nóos llegue en primavera, entre los meses de marzo y mayo». Si nada lo impide, la familia Urdangarin y Borbón se plantearán este como un verano absolutamente diferente. A todos estos contratiempos hay que añadir la delicada situación personal por la que estaría atravesando la infanta Cristina según apuntan diferentes medios de comunicación del ámbito internacional.
La infanta Cristina y sus cuatro hijos se llevarán, sin duda, la peor parte y las consecuencias de toda esta situación. Tal y como recogía hace unas semanas la revista portuguesa VIP, la hija del rey Emérito podría estar atravesando una grave depresión. Sin el apoyo ni el cariño de su hermano, el rey Felipe, y desterrada de su país, las alarmas se activaron cuando doña Sofía hacía su aparición urgente en Ginebra, ciudad en el matrimonio Urdangarin y Borbón instauraron su hogar tras la explosión del caso Nóos. Y no era la única visita sorpresa que recibiría Cristina aquella tarde de gélido invierno ginebrino.
¿Últimos días de Urdangarin en libertad?
Apenas unas horas más tardes, hacía lo propio don Juan Carlos. Un viaje, según publicaron algunos medios de comunicación y pudo confirmar ‘Cotilleo’, consensuado con el rey Felipe y con su absoluto beneplácito. En el país neutral se encontró con la reina doña Sofía y con su entrañable amiga, Marta Gayá, además de acudir a una exclusiva feria de relojes de lujo y a un evento íntimo y familiar, pues en esos días, además, su yerno cumplía la edad de 50 años y lo celebraba en la intimidad de su destierro de lujo.
Se tuercen las cosas para el cuñado del rey de España. Un año complicado para Casa Real y para Urdangarin, quien en los próximos meses se enfrentará a la decisión firme e irrecurrible del Alto Tribunal, con su más que probable ingreso en un centro penitenciario en España.