El nombre de Ghislaine Maxwell ocupa espacios en los medios de comunicación del mundo. Desde muy joven ocupó espacios en las secciones de la socialité a ambos lados del Atlántico hasta hace un año, tras el arresto de su ex pareja, el multimillonario Jeffrey Epstein, acusado por tráfico de menores en el mundo de élite.
Tras el suicidio de Epstein – a un mes de su detención – en agosto de 2019, la presión pública ha aumentado para detener a quienes podrían haberlo ayudado, incluyendo a Maxwell, que señalada como la gran alcahueta de sus fechorías sexuales, pasó a ser el centro de atención del caso tanto para los investigadores y medios como para los famosos que Epstein y ella invitaban a sus celebraciones con menores.
Ghislaine Maxwell ha sido investigada por el caso Epstein

Maxwell, cuyo paradero era desconocido desde el arresto de Epstein, ha sido investigada por presuntamente facilitar el reclutamiento de niñas y mujeres por parte de Epstein. Durante meses no se supo de ella y hasta un tabloide británico ofreció 10.000 libras a quien diera alguna prueba de su paradero.
Y hoy, literalmente está sentada en el banquillo de los acusados en una prisión de Nueva York. A la espera de una sentencia que podría confinarla 35 años entre rejas.
¿Quién es Ghislaine Maxwell?

Ghislaine, nacida a las afueras de París en 1961, creció en una mansión de 53 habitaciones en Buckinghamshire – Reino Unido – donde se codeó con la aristocracia británica. Estudió en Oxford, habla varios idiomas y siempre ha disfrutado de la proximidad a la riqueza.
Tras la muerte de su padre, el magnate de los medios y Legislador británico – de origen checo – Robert Maxwell, en noviembre de 1991, se desinfló la boyante vida que llevaba. Robert falleció en la costa de Gran Canaria, donde navegaba en su yate ‘Lady Ghislaine’. Poco después de su muerte – certificada como un ahogamiento – salió a la luz que había cometido un fraude masivo, al robar millones de las pensiones de sus empleados para mantener a flote a sus empresas ‘Maxwell Communication Group’ y ‘Mirror Group Newspapers’.
Según un reportaje de la BBC, Ghislaine abandonó Inglaterra para cerrar la herida de la muerte de su progenitor y se instaló en Nueva York

En la búsqueda de un nuevo comienzo – pues no solo acababa de perder a su padre, sino también gran parte de la fortuna familiar y su posición social – se relacionó con el atractivo y acaudalado financiero estadounidense Jeffrey Epstein; marcando así el comienzo de una relación mutuamente benéfica.
Con Epstein, Maxwell pudo recuperar tren de vida que le brindaron en su infancia.
Inicialmente mantuvieron un noviazgo estable que culminó en la década de los 90 para luego tener una íntima y cómplice amistad

La prensa británica no encuentra cómo calificar la relación de Maxwell, de 58 años de edad, con Epstein. ¿Novia, amiga, socia, cómplice, madame, celestina, gestora de sus mansiones, encubridora? Lo cierto es que, de cierta forma, ella le manejaba la vida. Los empleados de sus mansiones en Nueva York, Londres, Palm Beach y Nuevo México dicen que ella las ‘gerenciaba’, lidiaba con las cuentas y supervisaba al personal.
Pero también, como es educada y refinada, sabía moverse como pez en el agua a la hora de atender a los invitados que Epstein quería frecuentar. Mientras que a Epstein, que había crecido en Coney Island y no había terminado la universidad, la sociable Maxwell le proporcionó acceso a los senderos de la alta sociedad.
Ghislaine Maxwell presentó a Epstein figuras influyentes

Fue ella quien presentó a Epstein a muchos de sus amigos ricos y poderosos, entre ellos, Bill Clinton, el príncipe Andrés de Inglaterra, Donald Trump, el saudí Mohammed bin Salman y Woody Allen.
A estas alturas se desconoce si detrás de esa extraña relación habían sentimientos de amor o solo interés económico, pero seguramente había algo muy fuerte si, como dicen los investigadores del caso, ella – además de ayudarle a crear un anillo de relaciones de alto poder- le diseño a su gusto un “anillo de tráfico sexual” de menores.
El testimonio de Sarah Ransome

Sarah Ransome, una de las mujeres que dijo haber sido víctima de Epstein afirmó, en un programa de la BBC, que “Ghislaine controlaba a las chicas. Era como la madame”. Se aseguraba de que ellas “estuvieran haciendo lo que se suponía que debían estar haciendo”, declaró. Y si no lo hacían “las intimidaba”.
Tras la acusación federal contra Epstein por cargos de tráfico sexual y abuso de niñas; ella ha negado todo acto indebido y no ha sido acusada penalmente.
Pero este 2 de julio cayó, no en una isla remota, sino en Estados Unidos, no muy lejos de Nueva York. Con más de millón de dólares en efectivo se había comprado una propiedad de 63 hectáreas en New Hampshire Tuckedaway con mansión incluida, donde podía disfrutar de naturaleza y privacidad.
Allí la apresó una veintena de agentes después de tumbar la puerta de la casa y, pocas horas más tarde, ya estaba acostada en una celda con traje de papel y sin sábanas para evitar que se quitara la vida como Epstein.
Maxwell fue inculpada de tráfico sexual de jovencitas

Hoy Ghislaine Maxwell, a sus 58 años, está en una celda de una prisión de Brooklyn, en Nueva York, a la espera del avance del proceso en su contra por seis delitos y sin la posibilidad de usar su dinero y sus influencias para pagar una fianza.
Maxwell fue inculpada la semana pasada de tráfico sexual de jovencitas para satisfacer los deseos de Epstein y sus amigos. Ella se declaró ‘no culpable’ y, argumentando el riesgo de contagiarse por coronavirus, pidió quedar libre a cambio de una fianza de 5 millones de dólares, con el respaldo de seis de sus socios y garantizada por una propiedad de 3,75 millones de dólares en Gran Bretaña.
Su defensa ofreció entregar sus pasaportes de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, y la promesa de permanecer confinada en un lugar de Nueva York, con un brazalete electrónico. Sin embargo, la juez Alison Nathan negó la solicitud, precisamente por todo eso. Su considerable fortuna, sus pasaportes de varios países, sus contactos sociales y la perspectiva de una condena a 35 años de cárcel eran razones suficientes para evitar cualquier posibilidad de fuga.
No obstante, los amigos de la que fue, según la Fiscalía de Nueva York, la proveedora de Jeffrey Epstein, temen que muera en la cárcel. Y muchos de los que estuvieron en el círculo de Epstein, temen que Maxwell, les salpique para salvar su pellejo, entre ellos miembros de la realeza, políticos del nivel más alto, multimillonarios y famosos.
“Estoy totalmente preocupado por su seguridad”, aseguró a The New York Post hace unos días Christopher Mason, presentador de televisión y amigo de Maxwell. “¿Creo que está en peligro? Sí”, añadió Mason, en una referencia a la muerte de Epstein, encontrado muerto en su celda el pasado año a la espera del juicio.
Pero a pesar de que Ghislaine Maxwell ha intentado por todos los medios que no se hiciesen públicos los documentos de su caso, la decisión de la magistrada Loretta Preska fue irrevocable.
Varias figuras públicas están relacionadas con el caso Epstein

Este jueves a última hora, cientos de documentos se han hecho públicos, que incluyen todas las comunicaciones que tuvo con Epstein y los nombres de importantes personas que participaron en las conocidas orgías con niñas menores de edad. Entre lo más llamativo, se encuentra el vuelo que hizo el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton a la rebautizada como la ‘isla de las orgías’ acompañado por dos mujeres.
En estos mismos documentos también aparecen las orgías que la madame de Epstein mantenía a diario con menores en Nueva York, Nuevo México, Florida y Francia, como así describe Virginia Roberts, una de las víctimas cuando fue interrogada, y recoge The Sun. La misma que acusa al mismísimo príncipe Andrés y que además asegura que los encuentros sexuales con menores se producían casi a diario y que se trataban de niñas de 15 años. “Había rubias, morenas, pelirrojas. Todas eran chicas hermosas. Diría que las edades oscilan entre los 15 y los 21 años”, se puede leer en los documentos.
Fue la propia Roberts quien demandó a Maxwell en 2015 por ayudar a Jeffrey Epstein a mantenerla como su esclava sexual. Pese a las pruebas que existen, la rica heredera se declaró inocente de todos los cargos y se encuentra en prisión a la espera de que se celebre el juicio, previsto para el 2021.