‘First Dates’ es el programa de citas que se emite en Cuatro, conducido por Carlos Sobera, en el que participantes de lo más variopintos, de diferentes edades, gustos y orientación sexual, quedan para cenar en busca de la pareja ideal.
Águeda, una ex monja de clausura
Águeda, una mujer de Olite (Navarra), ex
monja en un convento de clausura en Pamplona, en donde pasó 22 años de su vida,
se presentó a ‘First Dates’, para encontrar el amor. Águeda confesó que entró al convento con 21 años y salió con 44,
en el año 2006 y que tras dejarlo no volvió a misa nunca más. “Yo era feliz, ni móvil ni revistas ni
comprarte unas zapatillas, nada. Cuidabas a las mayores y todo por amor a dios.
Te juro que era feliz”, recordó.
Asimismo, explicó que colgó los hábitos por el amor de un
joven: “Era mayor que yo, se lo trabajó.
Me hice pareja de hecho. Estuvimos juntos diez años. Hace tres años me quedé
viuda. Te cambia la vida, te deja completamente sola. Se está mejor acompañada.
Se llamaba Julián”.
El mismo nombre de su cita en ‘First Dates’, al que le confesó – entre otras cosas – que: “a mí alguna vez que pasa alguien que está fumando un porro de marihuana, es que me gusta, pero no quiero fumar. Me gusta el olor a porro, yo paso al lado de uno y digo: ‘joe, huele a porro’. Es que huele bien, huele interesante”.
Carlos: “No te asustes, soy ninfómano”
“Estoy nervioso. A lo
mejor conozco al amor de mi vida”, admitía Carlos,
el entrenador personal que considera muy importante que la persona que esperaba
por conocer se cuide: “Eso significa que
se quiere a sí misma, algo muy importante para encontrar el amor. Primordial”,
afirmó.
Fue entonces cuando hizo su entrada Carlota, quien comentó al llegar: “Los chicos me gustan que sean altos, sobre todo más que yo que siempre
voy con tacones; que se cuiden mucho; que tengan un estilo de vestir
arregladito, más bien pijito”. Carlos
quedó encantado con Carlota, nada más verla, dijo: “está buena, las cosas como son, que se ve a simple vista. Es
atractiva, llamativa… me ha gustado mucho”.
Los dos comenzaron a conocerse; durante la cena conversaron a cerca de sus gustos y aficiones. Pero en un momento de la velada, Carlos quiso hacerle una confesión: “Tengo que confesarte una cosa, una vez a la semana voy a terapia. Llevo año y medio yendo porque, no te asustes, soy ninfómano”. Carlota, visiblemente sorprendida reaccionó: “¿Lo estás diciendo en serio?”, a lo que Carlos admitió entre risas que se trataba de “una broma”. Al final, la conexión entre ambos era palpable.
Jota, sin rodeos en ‘First Dates’
Jota, un estudiante y relaciones públicas
de 22 años, que fue muy directo al demostrar
su interés en tener una segunda cita con Fran, un chico con el que descubrió tener varias cosas en común
durante la cena que compartieron de ‘First Dates’, e incluso sorprendido
con la el hecho de que el hermano de Fran mantiene una relación de trío con
otros dos chicos. “Me parece una cosa muy
heavy y guay que su madre lo comprenda perfectamente como vengan a cenar
contigo”, dijo Jota.
“Soy muy open-mind,
pero no acabo de entenderlo. A mí me costaría estar con dos cuando me cuesta
estar con una. Llevo seis años solteros. Yo me enfadaría con uno y me aliaría
con el otro para putear al primero. Seguro, pero ellos son felices así. Así que
mientras mi hermano sea feliz”, contó Fran.
Ya al final de la cita Jota
revelaba: “Sinceramente, tendría una
segunda cita. Me lo paso muy bien con él. Es muy agradable. Físicamente, sí que
es verdad que no me ha llamado la atención a primera vista”, pero en la
‘decisión final’ le confesó: “Me
acostaría contigo”.
“Yo también la tendría. Me lo he pasado muy bien. Me parece muy mono, muy guapo y muy simpático. Seguro que fuera nos lo pasamos mejor”, afirmó Fran.
Ody: “Se dice que los calvos son unos toros en la cama”
Ody, una dominicana de 47 años, llegó a ‘First
Dates’ para su cita con Antonio,
un barcelonés – también de 47 años – que reconoce que le “gustan las chicas latinas” y cuya calvicie se convirtió en algo
positivo tras una inesperada confesión de la dominicana: “Se dice que los calvos suelen ser románticos, cariñosos y que en la
cama suelen ser unos toros”. “No me
desagradan los calvos”, añadió.
Ody se definió a sí misma como “una mujer guapa, que tengo un cuerpazo y lo
trabajo. Quiero que un hombre, al mirarme, quiera conocerme”. Antonio, por su parte manifestó: “Siempre he estado soltero porque soy una
persona muy exigente conmigo mismo. Si estoy con una chica, quiero una mejor”.
La cita iba viento en popa, pero cuando Antonio intentó dar un beso a Ody, la dominicana evitó el contacto; no obstante aceptó tener una segunda cita con el barcelonés: “Siento que tenemos tantas cosas en común que nos quedaron muchas en el aire”.
Ana, en busca del sustituto de su vibrador
“Me considero un poco
payasa, me gusta hacer bromas todo el tiempo y hacer cosas que a lo mejor no
pegan en ese momento como cantar por la calle, bailar sin ningún tipo de tapujo
o vergüenza”,
afirmaba Ana, una granadina de 26
años en su presentación.
Mientras esperaba por su cita, Ana confesaba a Matías Roure – el barman del restaurante – y a Carlos Sobera, que nunca ha tenido una relación larga en su vida: “Nunca he tenido una pareja duradera. Siempre hablo con mi hermana que estoy buscando al sustituto de mi vibrador, por así decirlo”. Y añadió: “le pido encarecidamente a ese chico que me de lo que me da mi aparato”.
Su cita fue Pedro, un malagueño de 34 años que afirmó: “Me veo atractivo, no me cuesta ligar, lo que pasa es que soy tímido y las chicas eso lo ven como una inseguridad”. Durante la cena, ambos intentaron destacar puntos en común, con los que pudieran determinar la posibilidad de una relación entre ambos. No obstante, y aunque Pedro afirmó que le gustaría tener una segunda cita con Ana, la granadina, no quiso volver a quedar con él.
Martín: “…más sencillo que el mecanismo de un botijo”
Martín fue elegido por ‘First Dates’ para tener
una cita Mariví, la primera en
llegar al lugar de encuentro. “Me quedé
viuda con 27 años y me he dedicado a ser feliz con mi familia, con mi hija y
con mi nieto. Pero mi corazón me está diciendo que necesito compartir todo con
alguien especial”.
“Soy más sencillo que
el mecanismo de un botijo”, reconocía Martín
a su llegada al restaurante, quien parece haber cautivado a su cita desde el
primer momento. “Nada más verle me ha gustado, he visto a un hombre normal,
sencillo, guay”,
afirmó Mariví.
Durante la cena, ambos contaron algunos detalles sobre sus orígenes, sus experiencias en el amor y sus respectivas familias; fue entonces cuando Martín contó que tenía un hijo de 22 años, “pero le he dicho que a ver cuándo me hace abuelo, que se liga mucho en el parque con el carrito”. Al final, los dos conectaron perfectamente, dispuestos a una segunda cita.