Pepe Rodríguez se ha convertido en una de las personas más conocidas del panorama televisivo español por formar parte del jurado de ‘MasterChef’, el talent-show más rentable de los últimos tiempos. Ya era un chef reputado antes entrar en TVE, y es que creció entre fogones. Es dueño del restaurante El Bohío, que fue fundado por su abuela y su tía abuela en 1934 como casa de comidas. Cuando la empresa familiar pasó a sus manos, Pepe le imprimió su particular visión de la cocina y, en 1999 recibió una estrella Michelin.
Fue discípulo de Ferrán Adriá y Martín Berasategui y siempre ha reconocido que la cocina es su pasión. Pero también ha repetido en muchas ocasiones que la vida da muchas vueltas, como lo demuestra su propia historia. Y es que el chef nunca se propuso dedicarse a la cocina profesional, sus sueños iban encaminados hacia otro lugar. La vida de Pepe Rodríguez está llena de curiosidades sorprendentes que le vinculan con el mundo del toreo, las drogas y las disputas familiares.
ERA MAL ESTUDIANTE
Cuando recuerda su etapa de estudiante Pepe no lo oculta: no le iba nada bien en el colegio y era un alumno más bien mediocre. Su familia mantenía el negocio del restaurante, aunque a él y a su hermano tampoco les gustaba ese mundo. Sin embargo como ninguno de los dos era buen estudiante terminaron dejando la escuela para dedicarse a ayudar en El Bohío a tiempo completo. Ahí empezaba la carrera de joven Pepe. Sin embargo antes de comenzar a desenvolverse en los fogones se dedicó a atender a los comensales del restaurante, y era una tarea que se le daba bien y realizaba con eficacia, pero al final, el volumen de trabajo le obligo a tener que meterse en la cocina y de ahí a obtener la estrella michelín, solo pasaron algunos años.

RELACIÓN CON LA DROGA
Pepe Rodríguez ha estado vinculado con el mundo de la droga pero en el sentido más positivo. La historia es la siguiente: a sus 20 años el joven cocinero contactó con Amidemar, una asociación de la provincia de Toledo dedicada a ayudar a personas toxicómanas. Como él a contando en alguna ocasión, tuvo un profesor que dejó la docencia para dedicarse a reinsertar a jóvenes que habían tenido problemas con las drogas, y su labor le pareció toda una inspiración. Una vez se lo encontró en su pueblo y se ofreció a ayudar. A partir de aquel día estuvo colaborando durante muchos años ayudando a adictos a desintoxicarse en centros, dando soporte a las familias e incluso formaron una asociación. El chef lo recuerda como una de las etapas más bonitas de su vida.
SU PADRE QUISO SER TORERO
Su vínculo con el mundo de los toros le viene de parte de su padre, que iba para torero, pero tuvo que conformarse con ser fotógrafo taurino. En aquella época entrar en este mundillo era un trampolín a la fama y al éxito económico, pero al final se dedicó a hacer retratos de toreros tan conocidos como Domingo Ortega. Sus fotos han sido expuestas en algún evento homenaje de la ciudad de Toledo, así que supo destacar en una profesión que no era la que tenía como objetivo en un principio, más o menos como le ocurriría a su hijo.

ES UN SUPERVIVIENTE DE LA COVID-19
Pepe Rodriguez es uno de los muchos personajes conocidos que ha pasado la enfermedad provocada por el coronavirus. Según ha explicado, después de cerrar el restaurante por el estado de alarma, él y su esposa empezaron a sentirse mal y a tener fiebre. Ambos guardaron reposo y la infección no se les agravó demasiado, aunque su mujer si se encontró mal durante una semana entera.

SEPARACIÓN DE SU HERMANO
Pepe y Diego Rodríguez han pasado media vida trabajando juntos, desde que sus primeros días en El Bohío. Ambos tomaron los mandos del negocio familiar como co-propietarios, sin embargo Diego ha decidido alejarse porque la relación personal entre ambos, al menos a nivel laboral, estaba volviéndose cada vez más complicada debido a grandes diferencias. El jurado de ‘Masterchef’ ha reconocido en alguna entrevista que la marcha de su hermano del restaurante le ha hecho un bien al restaurante, cuya situación se estaba descontrolando. ‘Le deseo lo mejor del mundo, pero creo que ese parón ha venido estupendamente’.

CONOCIÓ A SU MUJER EN UN BAR
Hemos conocido a Mariví, la mujer de Pepe en alguno de los programas de ‘MasterChef Junior’ donde se animó a contar como se conocieron hace ya muchos años. Por lo que relata había ido a jugar al tenis con unas amigas y antes de marcharse cada una a su casa, entraron en un bar a tomar algo. El bar era propiedad de Pepe y él estaba allí. Dice Mariví que enseguida le echó el ojo y que ella siempre que iba a Illescas entraba en ese bar. Desde el principio le pareció muy educado y elegante, pero lo que terminó de conquistarla fue su cocina. Obviamente. La pareja tiene tres hijos y está felizmente casada.

QUERÍA SER ROCKERO
Aunque ahora le conocemos en su faceta televisiva, donde muestra un gran carisma, la realidad es que Pepe se ha definido a sí mismo como una persona tímida, que de niño y joven quería ser cantante. También futbolista, claro, porque era lo que querían todos los niños de su generación (y de las actuales). Nunca pensó en ser chef porque de aquella no era llamativo para un niño ni la cocina estaba tan de moda como ahora. Pero como reconoce, la naturaleza no le dotó con buena voz ni con habilidad para manejar el balón.
















































