Juan Valentín se ha trasladado hasta la prisión de Brieva para visitar a su padre Iñaki Urdangarín. Lo hizo el pasado viernes. Todo esto ha provocado el enfado de la reina Letizia. Ella no quiere que ninguno de los miembros de la Casa Real acuda a ver a Iñaki Urdangarín a prisión. Quiere evitar que eso se filtre y que salpique de rebote a la imagen de la Casa Real. Todo ello implica volver a hablar del Caso Nóos y eso no les beneficia en absoluto.
La familia está en uno de sus peores momentos y su desunión es más visible que nunca. Os contamos los motivos.
La polémica visita de Juan Valentín a su padre Iñaki Urdangarín que ha enfadado a Letizia

Parece que las ansias por ver a su padre le han podido. Juan Valentín, de dieciocho años de edad, tomó la decisión de visitar a Iñaki Urdangarín el pasado viernes seis de julio. Según informa Semana, lo hizo por la puerta principal y acudió solo y sin la compañía de ningún familiar. Eso sí, con la seguridad pendiente de él en todo momento.
El primogénito de los ex Duques de Palma ha asumido que se tiene que enfrentar a ver a su padre en las peores condiciones. Pero parece que le ha compensado, pues pasó casi una hora y media en el interior de la prisión charlando con su padre.
Todo esto no ha sentado nada bien a la reina Letizia. Ella no quiere de ninguna manera que nadie de la familia acuda a visitar a Iñaki Urdangarín a prisión. No quiere que se filtren imágenes, ni verse envuelta en polémicas relacionadas con los ex Duques de Palma y con el Caso Nóos. Juán Valentín se ha saltado las normas. Ha desobedecido a Letizia, y eso podría traer consecuencias.
Los encuentros de la infanta Cristina con Urdangarín

Pese a las advertencias y a la negativa por parte de la reina Letizia para que no fuese a prisión a ver a su marido, la infanta Cristina también vivió su encuentro con Urdangarín.
A Letizia le preocupa la corona. A Cristina le preocupa su marido. El paso de la infanta por la cárcel de Brieva el pasado 24 de junio fue tan discreto que, en un primer momento, nadie se enteró de su presencia. Incluso se encargó de avisar de su llegada pocos minutos antes. Fue la primera visita que tuvo el ex Duque de Palma tras su ingreso en prisión, y ambos disfrutaron de casi cuarenta y cinco minutos de conversación.
Los Urdangarín reciben el apoyo de muchos miembros de la familia. Letizia, por su parte, monta en cólera con todo esto. Mientras ella intenta proteger la imagen de la corona, las infantas Elena y Cristina y los reyes eméritos actúan por libre, cómo la monarquía no les importase.
La mala relación de la Reina Letizia con la infanta Cristina

Esta fotografía quedará para el recuerdo. La esposa de Don Felipe piensa que todos van en su contra debido al gran el apoyo apoyo que está recibiendo Cristina de Borbón. La mala relación entre ellas viene de años atrás, concretamente desde el año 2005 en el bautizo de Irene Urdangarín. Los veranos en Palma no afianzaron, precisamente, su buena relación. Letizia y Felipe iban por libre. A raíz del Caso Nóos se produjo el claro distanciamiento público.
La mayoría de los miembros de la Casa Real se posicionan del lado de Cristina. Eso es algo que, evidentemente, no gusta a Letizia. En el funeral de Don Juan de Borbón el pasado mes de abril, ni se miraron a la cara. Se llegó a decir que el encontronazo de Letizia con doña Sofía fue debido, en gran parte, porque Letizia se enteró de que Sofía hizo todo lo posible para que su hija Cristina estuviese presente en el homenaje.
La familia Real está más desunida que nunca

La separación en la familia real española quedó confirmada públicamente a raíz del Caso Nóos. El momento en el que a Cristina de Borbón y a Iñaki Urdangarín les quitaron el título de Duques de Palma, supuso un antes y un después en la relación entre todos ellos. A la infanta Elena también la apearon de las obligaciones institucionales. Los reyes eméritos no tragan a la reina Letizia.
La familia está desunida y el próximo mes harán el «paripé» con su típico posado veraniego en Marivent. Sabemos que Felipe y Letizia estarán en Palma más días de lo habitual y lo harán, precisamente, para limpiar esa imagen de separación que hay entre toda la familia. El rey Juan Carlos también irá, de hecho ya se ha apuntado a una regata, como de costumbre. Está previsto que Cristina de Borbón también asista junto sus hijos. La infanta Elena también estará. Prácticamente todos estarán. Letizia, por su parte, ha enviado a las «infantitas» a Estados Unidos para que no coincidan con los hijos de Iñaki Urdangarín en Palma de Mallorca.
El 2018 está resultando un año complicado para doña Letizia. La soberana tiene que lidiar con varios frentes abiertos de importante calado. Y lo que se suponía un cálido y dulce verano, tampoco lo será. Agosto se presenta como un mes horribilis para la Reina.
Las vacaciones

Tanto don Felipe como doña Letizia están de acuerdo en que tienen derecho a veinte días al año de vacaciones privadas. El hecho de que su trabajo sea escrutado por el ojo público hace que necesiten unas semanas para poder moverse a sus anchas y sin testigos de vista. Esto deja fuera de juego la opción Palma de Mallorca que, durante años, fue el santo y la seña de la Familia Real en verano.
A pesar de todo, don Felipe y doña Letizia han consensuado pasar unos días al año en la isla balear. El Rey aprovecha para regatear y estar con sus amigos. Mientras tanto, la Reina se aburre porque las opciones que ofrece la isla no van con ella. Sabe que cada paso que dé, va a ser inmortalizado. Además, tampoco es amiga de que los fotógrafos disparen sus objetivos sobre las infantas Leonor y Sofía a placer.
Palma, un lugar incómodo

Poco se deja ver doña Letizia cuando está en Palma, tampoco las infantas. La Reina permanece en Son Vent descansando. Aprovecha para leer y recuperar fuerzas. Su actitud ha levantado algunos comentarios poco favorables. Mientras tanto, cual guardiana de las costumbres ancestrales, doña Sofía se deja ver mucho. Por las mañanas, está con sus nietos y por las tardes gusta de ir de tiendas con su hermana Irene.
Las vacaciones privadas que hasta ahora han disfrutado los Reyes están más en el aire que nunca. Lo sucedido en Palma durante la última misa de Pascua ha hecho que en Casa Real hayan tenido que desarrollar un plan destinado a mejorar la imagen de la Familia Real. Lo que sucedió demostró que estaban en lo cierto quienes aseguraban que doña Letizia no se lleva bien con su familia política.
Iñaki y Cristina, doble juego

Todo indica que las desavenencias entre la Reina, doña Sofía y las infantas Cristina y Elena vienen de atrás. Al parecer, doña Letiza se sintió muy poco apoyada cuando entró a formar parte de la Familia Real. Pronto descubrió que Iñaki Urdangarín comentaba cosas poco afortunadas sobre ella a don Felipe. El entonces duque de Palma actuaba con la complacencia de la infanta Cristina.
Cuando la Reina se enteró del juego de Urdangarín, cortó la relación, y hasta ahora. En el caso de doña Elena, ni se hablan. Si coinciden en público, se ignoran. Esto hace que la restitución institucional de la hija mediana de los Reyes Eméritos haya constituido un jarró de agua fría para doña Letizia. Sin embargo, don Felipe hizo lo correcto. No era justo mantener a su hermana apartada cuando no ha formado parte de ningún escándalo de corrupción.
Medidas drásticas

Lo sucedido en Palma durante la misa de Pascua marcó un antes y un después en la Familia Real. Don Felipe vio claro que había que tomar medidas porque era inaceptable que su esposa se comportara de esa manera con su madre. Al fin y al cabo, doña Sofía solo quería hacerse una foto con sus nietas. El espectáculo fue contemplado con horror por don Juan Carlos. Parece que padre e hijo mantuvieron una profunda charla destinada a arreglar el desaguisado.
Así como no fue justo que doña Sofía tuviera que sufrir esa humillación en público, tampoco lo era que todo el buen trabajo realizado por doña Letizia como Reina se fuera al traste por culpa de una equivocación. Así las cosas, don Felipe y don Juan Carlos trazaron un plan de acción debidamente consensuado con altos funcionarios de palacio.
Jugando a la familia feliz

Lo principal es transmitir que la Familia Real está unida, de ahí que tanto los Reyes Eméritos como sus hijas vayan a estar unos días en Palma con sus hijos. Doña Sofía anhela que llegue el día porque, por fin, tras varios años de espera, Cristina volverá a pisar la isla. Se prevé que las tres se dejen ver en público. La esposa de Urdangarín no quiere esconderse y que mejores escuderas que su madre y su hermana.
En cuanto al Rey Juan Carlos, participará en las regatas. Se ha recuperado estupendamente de sus problemas de salud y está con mucha ilusión por competir. Su asistencia está asegurada. También don Felipe regateará. En cuanto a doña Letizia y las infantas Leonor y Sofía, las veremos en el club náutico y paseando por la isla. Toca trabajar para mejorar la imagen de la institución.
Cristina, una piedra en el zapato

A doña Letizia le preocupa mucho que la visita de la infanta Cristina a Palma pueda ser perjudicial para la Corona. En este sentido, ya se ha consensuado que los Reyes no se dejarán ver en público con ella. Tampoco parece probable que celebren un encuentro en el ámbito privado. Los Reyes están molestos por la poca cooperación que Cristina de Borbón ha prestado a la Corona en relación al caso Noos.
Don Felipe y doña Letizia consideran que la infanta debería haber renunciado al tratamiento de alteza real. Sin embargo, se negó en rotundo. Así las cosas, al Rey no le quedó más remedio que retirar a Cristina e Iñaki el título de duques de Palma. Desde que eso ocurriera, la infanta no hace más que lanzar órdagos a los Reyes.
Jaque a los Reyes

Cuando el Caso Noos estaba en su punto álgido, doña Cristina barruntó conceder una entrevista para explicar la posición en que ella y su marido se encontraban. Quería cobrar porque los gastos derivados del juicio eran muy elevados. Estaba dispuesta y un emisario enviado en su nombre se reunió con un importante director. Sin embargo, consiguieron frenarla.
A don Felipe y doña Letizia no les ha salido gratis desactivar las minas que Cristina ha ido sembrando a su paso. Han tenido que ceder en algunas cosas para que la infanta no la liara parda. Junto a ella, los Reyes Eméritos y su hermana Elena. Y, mientras tanto, Cristina de Borbón va explicando que ella y su marido son inocentes y que a Iñaki le han cogido como cabeza de turco para dar un mensaje ejemplarizante a la sociedad.
Iñaki Urdangarín es carne de titular desde que arribara a la cárcel de Brieva. Allí permanecerá durante cinco años y diez meses, que es la condena que le han impuesto por el Caso Noos. Los familiares de Iñaki consideran que no es culpable y ya han manifestado que no se van a quedar callados. Apuntan directamente a Casa Real. Doña Letizia está muy preocupada y temerosa de lo que pueda pasar.
Más madera para Letizia

La Reina Letizia no gana para disgustos. Los apoyos que está recibiendo Iñaki Urdangarín por parte de algunos miembros de la Familia Real han puesto a la soberana al borde del colapso. No se explica el por qué no siguen las indicaciones que en su día marcó don Felipe. Doña Letizia está convencida de que se han propuesto arruinar su reinado y el de su marido. Otra cosa no se lo explica.
La última noche en libertad del marido de la infanta Cristina ha traído problemas entre Doña Letizia y su suegra. La soberana montó en cólera al conocer que doña Sofía organizó el operativo para que su yerno pudiera pasar sus últimas horas antes de entrar en prisión en un lugar tranquilo y sin la incómoda presencia de los paparazzi.