Después de que Gustavo González sacara a relucir en Sálvame unos polémicos vídeos de la juventud de Kiko Rivera, en los que además de desvelar secretos sobre su infancia en un internado, también arremetía duramente contra María Patiño, al fin conocemos la identidad del misterioso compañero de aventuras del dj durante esa época tan dura de su vida.
Y es que Kiko se sentía muy solo y abandonado, y contaba con el apoyo de sus amigos para sobrellevar esos complicados momentos. A continuación, te contamos en exclusiva quién es el famoso compañero de internado del hijo de Isabel Pantoja, y que ya te adelantamos que llegó a ir a Supervivientes. Y, tú, ¿ya sabes quién es? ¡Se aceptan apuestas!
La dura infancia de Kiko Rivera
> A raíz del conflicto que Kiko Rivera mantiene con su madre, Isabel Pantoja, hemos podido conocer detalles inauditos sobre la dura infancia que llevó el dj. Y es que hace tiempo que el cantante decidía abrirse en canal sobre el tema, desvelando detalles que no conocíamos y que nos dejaban sin habla.
«Mucha gente piensa que he tenido una vida fácil, que por ser hijo de quien soy mi existencia se basa solo en momentos bonitos y llenos de color. Pero se equivocan. Por supuesto que echando la vista atrás recuerdo con alegría y nostalgia infinidad de momentos, pero no es una vida para envidiar como muchos han llegado a decir. Para empezar, perdí a mi padre siendo un bebé y no tengo más recuerdos que los que mi madre me ha ayudado a construir y unas crudas imágenes de un toro arrebatándole la vida a él y a mí la oportunidad de crecer en su compañía», se lamentaba abriéndoselo en canal.
«Nunca olvidaré esa secuencia que de manera fortuita vi por televisión cuando aún no estaba preparado para hacerlo. Además, durante 13 años de mi vida me he refugiado en el
oscuro y asqueroso mundo de las drogas (unos años en los que me he hecho muchísimo
daño a mí mismo y se lo he hecho también a la gente que más quiero) y he tenido que visitar a mi madre en la cárcel. Cualquiera de estas tres cosas, por no decir más, no se las deseo ni al peor de mis enemigos!», confesaba en la revista Semana.
Siguiente: El misterioso amigo con el que Kiko Rivera compartió su época más complicada
El gran apoyo que encontró Kiko Rivera en sus peores momentos
> Queda claro que Kiko Rivera no tuvo una infancia fácil, lo que le llevó incluso a pedirle a su madre que le internara. Todo, para pasar tiempo con ese misterioso amigo del que no ha dejado de hablarse en Sálvame estos últimos días. «Pero, a pesar de todas las gamberradas anteriormente mencionadas, no fueron estas las que me llevaron a internarme en un colegio de Toledo, el Mayol. Fui yo el que se lo pedí a mi madre. ¿Por qué? Porque tenía un amigo, Antonio Pavón, que estudiaba allí y me decía que aquello molaba mucho. Mi madre, aunque extrañada, aceptó, pero para mi mala suerte, el año que yo entré, Antonio salió. Al final me vi allí, en el Mayol de Toledo, solo y víctima de todo tipo de novatadas», explicaba el hijo de Isabel Pantoja a la revista Semana.
Así, ya tenemos el nombre de ese misterioso amigo de juventud de Kiko, nada más y nada menos que el mismísimo Antonio Pavón. El torero consiguió bastante relevancia tras participar en Supervivientes el año pasado. Pero, ¿quién es él? Además de ser íntimo amigo de Kiko Rivera, también ha participado en diversos realities como ‘Tu cara me suena’ o tener fama de un auténtico rompecorazones.
De hecho, se le ha relacionado Miriam Saavedra, Mónica Hoyos o incluso con la propia hermana de su amigo del alma, Isa Pantoja. Y es que según desvelaba Antonio David, quien también es íntimo de Pavón, el torero y Chabelita pudieron tener una noche de pasión en la feria de Fuengirola de hace cuatro años. Además, también se les habría pillado muy acaramelados paseando por las calles de Lima durante un viaje que hicieron juntos a Perú. ¿Qué la habrá parecido esto a Kiko?
Siguiente: El internado que unió a Kiko Rivera y Antonio Pavón
La terrible experiencia que compartieron Kiko Rivera y Antonio Pavón
> Cuando Kiko Rivera habla de su etapa en el internado, no puede evitar recordarlo como un período bastante turbulento, y es que por lo visto el dj y Pavón a veces las pasaban canutas estando allí encerrados. Una época caracterizada por peleas constantes, desprecios y el desarrollo de vicios que más tarde le pasarían factura. «Yo tendría unos 15 años y fue allí donde aprendí todo lo malo. Durante el primer año me robaron, me pegaron… Eso sí,a partir del segundo año ya era yo el que se encargaba de aleccionar a los nuevos. Recuerdo cómo me hice con la paga de un compañero», contaba Kiko sobre lo vivido en Mayol.
De hecho, no tardó mucho en espabilar y coger los malos hábitos de sus compañeros, llegando incluso a robarles. «Para nuestros pequeños gastos, los padres nos daban una paga semanal. A mí mi madre solo me daba 50 euros y con eso no me llegaba para esos bocadillos que me compraba a diario o para esas escapadas que hacía con mis amigos y con algunas chicas. Entonces me acerqué a uno de los nuevos que sabía que su madre le daba bastante dinero. Recuerdo su nombre, pero no quiero decirlo».
«Le propuse un trato: ‘Quillo, yo ya llevo un año aquí y a ti te van a robar, te van a pegar… Entonces, ¿Cuánto dinero te da tu madre? ¿120 euros? Pues vamos a hacer una cosa: para que no te quiten los 120 euros, me los das a mí y yo te los guardo. Por correr yo el riesgo de guardártelo y que me puedan pegar a mí, me quedo con la mitad. La otra mitad yo te la guardo para que no te lo quiten y tú me vas pidiendo según vayas necesitando. Como un banco’, Al final yo me quedaba con más dinero, estaba claro, pero a aquel chaval, que espero que lea esto, yo le salvé el culo», relataba el dj.
Aunque, finalmente parece que eso le sirvió para hacerse con buenas amistades como la de Antonio Pavón. «La vida en aquel colegio era así y por eso creo que hice unas amistades tan estrechas. También las conservo, por cierto. Aunque aquella fue una de las mejores etapas de mi vida, también tengo que reconocer que allí empecé a conocer todo lo malo. No consumí drogas hasta los 18 años, pero allí empecé a descubrir ese mundo tan sórdido». Y es que fue en el internado donde Kiko desarrolló sus peores vicios.