Carmen Martínez-Bordiú cumple este 26 de febrero, 70 años, de secretos muy desconocidos que te vamos a desvelar. La duquesa de Franco cambia de dígitos como lo acaba de hacer su amiga del alma Isabel Preysler. Hecha una chavala, la nieta de Francisco Franco vive las mieles de la vida junto a su pareja, Timothy McKeague. McKeague es un coach australiano con el que conoció otra forma de vivir completamente a la que había llevado hasta ese momento. Aun así, la nietísima ha tenido parejas tan diferentes que ha vivido casi tantas vidas como un gato.
Mucho creemos que conocemos de ella, pero hoy te vamos contar los datos menos conocidos de esta mujer que ha vivido la vida a su manera.
Carmen Martínez-Bordiú se casa un 8 de marzo ‘Día de la mujer’, ¿hay mujer que represente más ese día?

> El destino quiso que Carmen Martínez-Bordiú se diera el sí quiero un 8 de marzo de 1972. Justo ese día, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaraba que a partir de 1975 se institucionalizaría el Día Internacional de la Mujer. ¿Podía haber elegido mejor día que fuera con ella? Ella podría ser la abanderada o la imagen de este día en cuestión. Ha vivido como ha querido, se casó embarazada siendo un escándalo para la época según muchos medios comunicación, renunció a sus hijos, y se ha puesto el mundo por montera digan lo que digan.
Publicado está que Carmen Martínez-Bordiú se casó embarazada y que su hijo Francisco nacería ocho meses después, pocos pensaron es que fuera ochomesino. Ella, nieta del General Francisco Franco y casada con el que podría haber sido el rey de España. Y es que Alfonso de Borbón y Dampierre, era el hijo primogénito del Infante Don Jaime, hijo de Alfonso XIII, quien renunciaría a sus derecho dinásticos como futuro Rey al sufrir sordera. Por eso, el hijo de Carmen, Luis Alfonso de Borbón firma como Alteza Real, y los Carlistas siguen luchando porque él fuera el monarca español.
Volviendo a la relación de la pareja, fue otro escándalo porque en tan solo tres meses se anunció su compromiso, algo que vieron muy extraño. Otros pensaron que es que Franco quería hacer a su nieta reina. Pero las conversaciones con Don Juan Carlos ya se habían consolidado y el Generalísimo le había designado como rey tras su muerte.
Alfonso de Borbón no fue su primer amor, sino un ‘paño de lágrimas’ que le hizo olvidarse de uno de sus amores más desconocidos. Te lo contamos a continuación.
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Carmencita Martínez-Bordiú y su primer novio, el más desconocido

> Carmencita Martínez-Bordiú se enamoró ciegamente de Jaime Rivera, jinete y estudiante de Económicas. Tal y como recuerda la revista Semana le recogía nen su Mini. Iban a fiestas y parecía que sonaban campanas de boda pero para la familia y sus padres los marqueses de Villaverde era poca cosa para la niña.
Corría el verano de 1971 cuando la pareja hacía aguas. Era la ‘primera vez’ que le decían no a algo. Y es que tal y como recuerda ella misma, estaba acostumbrada a ser la niña y la princesa de la casa. «Nadie me decía nunca no. El único capricho que no me dieron fue ser como cualquiera». Era la reina de la fiestas de todas partes y era casi la estrella infantil del NODO. Para ver si se le pasaba el flechazo de Cupido, sus padres le llevaron de vacaciones a Estocolmo. Allí sería donde conocería al padre de sus dos hijos: Francisco y Luis Alfonso. Boda casi de Estado acudieron más de un millar de personas donde estarían hasta el príncipe Rainiero y Grace Kelly.
Un matrimonio que haría aguas rápidamente. Amiga íntima de Isabel Preysler, ambas se apoyaron mutuamente tras la separación de la filipina de Julio Iglesias, ante las continuas infidelidades del cantante. De hecho sería aquí, cuando Iglesias comenzaría una relación con María Edité y tendría a Javier Sánchez Santos, una historia que está en el Supremo.
Antes de tanta vida social juntas, la heredera del título familiar, trabajó… ¿Quieres saber en qué? ¿Y cuál ha sido su profesión frustrada? Vas a quedarte con los ojos a cuadros
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Carmen Martínez-Bordiú quería ser modelo y actriz

> De Carmen Martínez-Bordiú siempre se ha dicho que ella nunca ha trabajado y que aprendió a vivir de las exclusivas y entrevistas. Guapísima como ella, en su juventud tenía una clara vocación que en casa truncaron para siempre. Ella quería ser actriz y modelo.
La aristócrata ha trabajado, por raro que suene. Con 18 añitos, Carmen Martínez-Bordiú entraría a trabajar como secretaria del presidente del Consejo de Administración de Iberia. Ver para creer. Desde entonces, ha sabido hacerse una carrera dentro del papel cuché. A día de hoy, aunque muchas veces ha llorado por cuestiones monetarias, lo cierto es que la familia tiene un patrimonio ingente de propiedades, inmuebles, parkings en Madrid que les reporta unas cuantiosas cantidades.
Tras el adiós a su primer marido, encontraría el amor en el anticuario Jean Marie Rossi, un francés 22 años mayor que ella al que conocería en 1976. Tiempo más tarde, rompió con todo y fue de lo más criticada y cuestionada porque dejó aquí en España a sus hijos. Alfonso de Borbón, duque de Cádiz, se hizo con la custodia de sus hijos.
1984 fue el año más trágico para la pareja. La actual duquesa de Franco perdía a su hijo Francisco en un accidente de tráfico donde iba su exmarido y sus dos hijos. Nunca volvería a ser la misma reconocía ella misma. Rossi también perdió a su hija Matilda con una muerte también difícil de borrar. Ambos quisieron honrar el nombre de sus hijos en Cynthia la hija de la pareja. Pasa la página y descúbrelo.
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Carmen y Rossi pusieron a su hija un nombre en honor a sus hijos fallecidos

> Matilda Rossi fallecía en una muerte muy cruenta, decapitada por la hélice del barco de la familia. Ninguno de los dos pudo reponerse de la dura pérdida de sus hijos. Carmen y Rossi se casaban a finales de ese trágico 1984 y fruto de su amor el 25 de abril de 1985 nacería Cynthia. Pero la hija del anticuario y la aristócrata guarda un bonito recuerdo para siempre en honor de sus hermanos.
Y es que al nacer, Carmen Martínez-Bordiú y Jean Marie Rossi pusieron a su hija el nombre compuesto: Maria Cynthia Francisca Matilda, en honor a Francisco y Matilda, los hijos perdidos.
10 años más tarde de aquella boda, la hija de Cristóbal Martínez-Bordiú, X marqués de Villaverde y de Carmen Franco, se enamoraría perdidamente de Roberto Federici. Un italiano que le devolvió la estabilidad y el equilibrio. 10 años más tarde comenzaría una relación con uno de los hombres más dispares de su vida José Campos.
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De una boda más propia de la alfombra roja del festival de Cannes, a que: «que el mundo se olvide de mí»

> José Campos vino a ponerle alegría macarena a la Bordiú, en una relación más que curiosa en sus inicios. Se trataba de un empresario santanderino muy de andar por casa, noble, divertido, pero algo rudo para la sofisticación de la madre de Luis Alfonso de Borbón. No se casó con Federici y sí que lo hizo con el cántabro en junio de 2006 en una boda más digna del Festival de Cannes que propia de su hijo que siempre había querido ser tan discreto. El que ‘comenzó trabajando’ en BNP Paribás y que luego entabló relación con una de las herederas más ricas del mundo, Margarita Vargas, tuvo sus idas y venidas con su madre.
No fue tan sonadas como otras diferencias familiares a golpe de plató pero haberlas, las hubo. De hecho, con 15 años siempre quiso estar al lado de su abuela materna, la que ha sido una madre para él. Tras el matrimonio con Margarita y con la llegada de los niños, la relación de madre e hijo ha sido incuestionable. Mientras Bordiú estaba encantada de hablar a golpe de talonario, su hijo siempre huía corriendo. La relación entre ellos es estupenda.
En cuanto a Campos, el matrimonio les salió rana. Negocios ruinosos, problemas económicos, aquello salió como el rosario de la aurora. En febrero de 2013 terminaron porque entonces, llegó a su vida un Don Juan con el que volvió a sorprender y luego a sufrir de amor: Luis Miguel Rodríguez, el chatarrero. De él se enamoró y sufrió de lo lindo. Llegó a decir que había sido el amor de su vida pero que él era como era. A día de hoy, disfruta de los beneficios de la meditación y el yoga en Sintra junto a última pareja y está casi desaparecida. En un exilio más que voluntario confesaba a ¡Hola!: «Solo pido que el mundo se olvide de mí«. Pues ya veremos…