Letizia Ortiz era un rostro conocido para el público que escogía Televisión Española para ver el telediario. A la reina Sofía le llamó poderosamente la atención que su hijo eligiera ese canal de televisión para informarse y que protestara si alguien cambiaba. “¿Qué tendrá esa chica?”, se preguntaba la soberana. Meses más tarde, conocimos que la periodista era la prometida del príncipe Felipe. No había vuelta atrás, porque, para evitar polémicas, la noticia se dio como un hecho consumado. Casa Real decidió saltarse el anuncio de noviazgo y optó por el del compromiso matrimonial. A partir de ese día, empezó a escribirse otra historia. La parte oficial, es de sobra conocida. Sin embargo, hay secretos que no han trascendido. Te los contamos.
Una Reina con pasado de plebeya
Letizia Ortiz vivía de soltera en un piso situado en Rivas Vaciamadrid. El lugar se convirtió en objeto de guardia para la prensa una vez se anunció lo suyo con el príncipe. A partir de ese momento, pasaba a ser miembro de pleno derecho de la primera familia del país. Se instaló en uno de los pabellones de Zarzuela hasta su boda con don Felipe. Después, se mudarían a la casa que hoy ocupan.
Ya convertida en princesa de Asturias, Letizia decidió que su hermana Erika, su marido y su hija se trasladaran a la vivienda que ella había ocupado cuando era periodista. Una estupenda decisión ya que su hermana y su cuñado iban justos de dinero y eso suponía reducir los gastos. Nadie imaginaba que el piso iba a ser el escenario escogido por Erika Ortiz Rocasolano para quitarse la vida. La vivienda estaba marcada por la desgracia y la princesa decidió deshacerse de ella.
Muy preocupada por su aspecto físico
Antes de casarse con el príncipe Felipe, doña Letizia jamás mostró un excesivo interés por su aspecto físico. De hecho, siempre optaba por un maquillaje muy natural en televisión. Sin embargo, una vez entró a formar parte de la familia real, empezó la operación Suavizar a la princesa. Sus rasgos resultaban demasiado marcados y había que endulzarlos. Entró en quirófano con la excusa de operarse la nariz pero es notorio que se hizo otros arreglos. El mentón no luce tan pronunciado y su rostro está más redondeado
La Reina está a favor de la cirugía estética
Letizia dedica una buena parte de su tiempo a su cuidado personal. A los tratamientos convencionales realizados por esteticistas, une los que recibe de médicos estéticos. Consisten en chutes que revitalizan la piel a base de minerales, silicio y otras sustancias que se inyectan. También le aplican botox para frenar las arrugas y elevar esas partes del rostro que el paso del tiempo hace caer. El ácido hialurónico sirve para rellenar las arrugas.
En sus últimas apariciones, la reina ha llamado poderosamente la atención por lo torneado de sus brazos. Su secreto ha quedado al descubierto. Trabaja a fondo la musculatura. Le encanta el pilates, el yoga y está metida en una dinámica deportiva que era desconocida para ella antes de casarse, pues dedicaba la mayoría de su tiempo al trabajo.
Siempre atenta a la alimentación de los suyos
La reina es devota de la frase “Somos lo que comemos”. Hace ya tiempo que optó por una alimentación equilibrada y lo pone en práctica con su familia. Sus hijas, las infantas Leonor y Sofía, solo tienen permitidas las chucherías y dulces los días de fiesta y en poca cantidad. El menú familiar se compone de verduras, carne y pescado a la plancha y fruta.
Cuando se casó, doña Letizia escribía un diario. Anotaciones personales sobre lo que veía o sentía. Sin embargo, su marido le hizo saber que aquello era peligroso dado que la libreta la acompañaba allá donde iba a fin de poder plasmar sus sensaciones cuando las obligaciones lo permitían. Si se cumplían los peores presagios, no solo la reina, sino todos los protagonistas de su diario quedarían al descubierto. Así las cosas, abandonó esta práctica para siempre.
Sigue queriendo tener una parte de vida privada
Si hay algo que le gusta a doña Letizia es ser una ciudadana de a pie. De ahí que hayan sido varias las ocasiones en que ha tomado precauciones para no ser reconocida y así poder adentrarse en las zonas comerciales de Madrid para hacer algunas compras. Le encanta esa sensación de ser anónima. Lleva fatal la pérdida de libertad de movimientos que conlleva su estatus. Le molesta ser escrutada y de ahí que haya luchado para conseguir que las vacaciones familiares sean una cuestión privada.
¿Quieres saber cómo es la verdadera relación que mantiene con la Infanta Cristina y con Iñaki Urdangarín? Pasa a la siguiente página y descúbrelo.
La Infanta e Iñaki fueron dos de sus grandes cómplices
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarín fueron unos de los valedores del noviazgo de don Felipe y doña Letizia. Los enamorados habían disfrutado de su amor en la casa de Barcelona de los entonces conocidos como duques de Palma. Sin embargo, antes de saltar el caso NOOS, la princesa tuvo conocimiento de que su cuñado practicaba un peligroso juego donde la dejaba a los pies de los caballos ante su marido. La confirmación plena la obtuvo cuando se hicieron públicos algunos de los correos de Iñaki donde se mofaba de ella. Fue entonces cuando hizo cruz y raya a sus cuñados.