La toxina botulínica paraliza los músculos, de tal forma que no se mueven. Sin embargo, un uso exagerado puede provocar desastres faciales. Te presentamos a las famosas y famosos que han perdido la expresión por culpa de su adicción al botox.
La bellísima Nicole Kidman se ha quedado sin expresión por culpa de tanto botox. Es como una esfinge a la que no se le mueve ni un solo músculo. Francamente, la preferíamos antes, cuando sonreía y se le marcaban las arruguitas.
La presentación del Padrenuestro de Camilo Sesto ha servido para comprobar que el artista no puede ni gesticular. Entre liftings, infiltraciones y botox le resulta un inmenso esfuerzo hablar.
Carmen Lomana también va pinchadísima de botox. Tanta artificialidad no casa con el rostro de una de las celebrities más queridas del país. Sin embargo, está muy guapa, eso no hay quien lo ponga en duda. ¡Nos encanta!
Muchos creen que Donatella Versace nació así. No, no, lo que ocurre es que la empresaria es tan fan del botox que tiene pinta de inyectárselo a diario. No puede mover el rostro, ni gesticular, ni nada de nada.
Tom Cruise también ha sido seducido por el botox. El resultado, horrible. No parece él. De hecho, el actor no ha quedado nada contento y parece poco probable que repita la experiencia.
Adoramos a Ana Obregón pero no nos gusta nada cuando se pasa con la toxina botulínica. Una cosa es luchar contra el paso de los años de forma controlada y otra parecer una máscara. Aún así, como nos encanta le damos un acierto.
Los arreglos faciales a los que se ha sometido Isabel Pantoja son muy evidentes. Tanto botox es el responsable del aspecto achinado que se observa en sus ojos. En cuestiones de estética, también menos es más.
Naty Abascal no se resiste al paso del tiempo y de ahí su afición a la cirugía plástica y la medicina estética. Sin embargo, su rostro parece de piedra debido a la ausencia de movimiento. Tiene ese rictus característico de los que abusan del botox.
María Teresa Fernández de la Vega es otra desde que descubrió el botox. Su cara, antes llena de arrugas, ha dado paso a un rostro liso. Sin embargo, lo evidente del resultado hace que resulte excesivo, aunque le damos un acierto.
La princesa Michael de Kent fue una de las primeras royals en confesar que se había pinchado botox. Las arrugas de su rostro desaparecieron y lucía tersa pero con ese aspecto artificial que deja la sustancia botulínica cuando se aplica en demasía.
Los hombres también se pinchan
Luis Miguel también se ha hecho un cambio de imagen a base de medicina estética. Su rostro aparece más rellenito, producto de los cocktails antiaging, el plasma enriquecido en plaquetas y, como no, el botox. Si se observa, no se le marcan las arrugas de la frente y tampoco las de alrededor del ojo.
Meg Rian probó el botox para mejorar pómulos y frente y, desde entonces, no ha parado. La actriz es una de las principales valedoras de esta sustancia en Hollywood.
Madonna está enganchada al botox desde hace años. Si en las primeras sesiones que recibió el resultado fue estupendo, resulta todo lo contrario con el paso de los años, imaginamos que por exceso.
Melanie Griffith y el botox es una historia de amor y odio. El aspecto artificial que confiere la sustancia a su rostro no es positivo. Sin embargo, la actriz continúa pinchándose porque no quiere ni una arruga.
Goldie Hawn era una de las actrices más atractivas de su generación. Sin embargo, cuando empezó con la medicina estética, la fastidió. Primero fue el relleno de sus labios y luego empezó con las sesiones de botox, que han acabado por desgraciarle el rostro.