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sábado, 23 noviembre 2024

Doña Sofía trató de impedir la boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar

Ha pasado más de una década desde aquel “cese temporal de la convivencia” entre doña Elena de Borbón y Jaime de Marichalar. El divorcio entre la infanta y su marido supuso uno de los primeros escándalos de nuestra monarquía, y los motivos que llevaron al matrimonio a tomar esta decisión se guardaron bajo llave. Ahora, conocemos unos cuantos detalles acerca de la separación, y de seguro que no dejarán indiferente a nadie. Sigue leyendo para conocerlos.

Un divorcio escandaloso

Doña Sofía trató de impedir la boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar

> Todo parecía ir viento en popa entre los duques de Lugo. Poco tiempo después de darse el ‘sí, quiero’ en la Catedral de Sevilla, doña Elena de Borbón y Jaime de Marichalar concibieron a su primogénito, el cuarto en la línea de sucesión al trono español: Felipe Juan Froilán. La infanta y su marido vivían su particular cuento de hadas, al menos de cara a la opinión pública, y la entrada del nuevo milenio les sorprendió con otra bendición: su hija Victoria Federica. Sin embargo, entre tanta felicidad, se produjo un movimiento que hizo saltar todas las alarmas: la familia se mudó a Nueva York y los medios de comunicación empezaron a especular sobre una crisis entre la hermana del rey Felipe VI y el aristócrata.

No se equivocaban. En 2007, Casa Real confirmó que se había producido un “cese temporal de la convivencia” entre la infanta y de Marichalar, un eufemismo que pretendía evitar que la palabra “divorcio” ocupara todos los titulares. Aun así, esta separación significó un gran escándalo para nuestra monarquía, muy ligada a la tradición católica, y con el paso del tiempo hemos sabido que la ruptura entre don Jaime y doña Elena no tenía nada de temporal. De hecho, apenas han vuelto a coincidir desde entonces. Pero, ¿qué los motivó a la hora de dar este polémico paso? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.

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Los motivos del divorcio

Doña Sofía trató de impedir la boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar

> Nunca se produjo una confirmación oficial por parte de Zarzuela que explicara las razones que se escondían tras esta polémica separación. Sin embargo, algunas fuentes cercanas a Casa Real han ido soltando prenda con el paso de los años. La periodista Carmen Enríquez fue una de las que más luz arrojó sobre este tema, tras la publicación de su libro Doña Sofía: la reina habla de su vida. Entre sus páginas profundizó en diferentes aspectos, como la relación que la griega guardaba con otros miembros de la familia real. Así, reveló que la emérita no miraba con buenos ojos a Jaime de Marichalar porque “nunca estuvo convencida de que se casara con su hija por amor, sino que siempre creyó que le movieron otros intereses”. De hecho, doña Sofía intentó disuadir a Elena de que siguiera adelante con sus planes de matrimonio. Sin embargo, la infanta no escuchó. Creía que Jaime estaba profundamente enamorado de ella.

Al parecer, a la emérita no le agradaban las formas que de Marichalar empleaba en su trato con doña Elena de Borbón. “No le gustó el trato que la hija recibió del marido durante el tiempo que estuvieron unidos en matrimonio”, asegura Carmen Enríquez en su libro. Así, a pesar de la polémica que generó el divorcio, se puede intuir que doña Sofía no puso impedimento alguno en que la infanta se separara del aristócrata. Como bien ha demostrado en los últimos meses, la griega siempre antepone su papel de madre al de reina, y nadie puede culparla por ello. Pero no fue esta la única razón que precipitó la ruptura entre el matrimonio.

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La noche confunde a de Marichalar

Doña Sofía trató de impedir la boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar

> Según recoge Carmen Enríquez en su libro, todo parece indicar que la convivencia entre los duques de Lugo fue, cuanto menos, complicada durante su matrimonio. Ambos tenían formas muy distintas de disfrutar de su tiempo libre. Mientras que doña Elena siempre ha sido más hogareña y prefería ocupar las horas muertas junto a sus hijos, Jaime de Marichalar se aprovechaba de su posición para dejarse caer por cada evento o fiesta que se celebraba en la ciudad. “La Infanta estaba muy disgustada al ver llegar a su marido al domicilio conyugal a la misma hora que ella se levantaba para acompañar a los hijos al jardín de infancia. Mientras que Jaime prefería trasnochar y hacer presencia en cualquier acontecimiento social, la mujer optaba por retirarse pronto”, apunta la periodista.

Así se sucedían los días en el domicilio conyugal, hasta que a doña Elena se le terminó la paciencia. La infanta decidió separarse dos años antes de hacerse público el divorcio, llevando una vida completamente ajena a la de Jaime de Marichalar. Ahora, un tiempo después de esta polémica, la primogénita de los eméritos ha de enfrentarse, una vez más, a la predilección por el ocio nocturno que parecen mostrar sus hijos. De tal palo, tal astilla; y no hay más que echar un vistazo a Victoria Federica y a Felipe Juan Froilán para comprobarlo.

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La infanta Elena, en pie de guerra con sus hijos

Infanta Elena Froilán Victoria Federica

> El cuarto en la línea de sucesión al trono español se convirtió en protagonista de diferentes polémicas hace pocos años, todas ellas relacionadas con las fiestas. Felipe Juan Froilán ha hecho temblar los cimientos de Zarzuela a raíz de sus peleas a las puertas de las discotecas o de sus insultos racistas. Por fortuna, parece que de un tiempo a esta parte, el primogénito de doña Elena ha corregido su comportamiento y mantiene un perfil mucho más bajo ante los medios de comunicación. Sus escándalos son cosa del pasado, pero su hermana ha recogido el testigo.

Ahora, Victoria Federica se ha convertido en la oveja negra de las Borbones y su madre no gana para disgustos. A doña Elena no le hace ni pizca de gracia que su hija ande “trifásica” por conocidas discotecas de la capital, llegando siempre a altas horas de la madrugada, tal y como hacía su padre. “Estoy harta, haces lo que te da la gana, esto se va a acabar”, habría espetado la infanta a la joven, ante la atónita mirada de un testigo que viajaba con ellas en ascensor. La hermana del rey Felipe VI sale de un charco para meterse en otro, y todavía no vislumbra el día en el que el apellido de Marichalar deje de traerle problemas.

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Dos hermanos distanciados

Doña Sofía trató de impedir la boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar

> Tampoco podría decirse que Victoria Federica y Froilán fueran uña y carne en algún momento de su vida, pero lo cierto es que entre ellos sí que existía una muy buena relación fraternal. Debido a la poca diferencia de edad que hay entre ellos, los jóvenes comparten aficiones, gustos e incluso pandilla de amigos. De hecho, se les ha visto llegar juntos a diferentes eventos, tanto oficiales como privados, demostrando la buena química que solía haber entre los dos hermanos. Por compartir, compartían hasta el título de oveja negra de la familia, y es que ambos se convirtieron en el quebradero de cabeza número uno de Casa Real. Su predisposición a la juerga y a sacar malas notas los llevaron a protagonizar más de una polémica que puso Zarzuela patas arriba.

Sin embargo, muy poco queda ya de ese vínculo que parecía inquebrantable. Froilán se ha convertido en un hombre con pareja mientras que su hermana todavía se encuentra en plena adolescencia. Además de esta notable diferencia en lo que a madurez se refiere, Victoria Federica podría haber echado las cruces a Felipe Juan después de que este vetara del grupo de amigos a Gonzalo Caballero, el torero al que se le atribuía una relación amorosa con la hija de la infanta Elena. La joven no se lo ha perdonado y ahora está pasando por uno de los peores momentos de su vida. La brecha que hay entre ellos es abismal y cuesta aventurarse a vaticinar cuándo se cerrará.

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El peor momento de Victoria por culpa de su hermano

Victoria Federica y Gonzalo Caballero

> Al principio, Felipe Juan parecía estar encantado con la relación de su hermana y Gonzalo Caballero. De hecho, el sobrino del rey Felipe VI era uno de los amigos íntimos del torero y lo acompañó en numerosas corridas. Froilán contemplaba el espectáculo con la boca abierta, asombrado por la destreza del diestro, pero esos buenos tiempos terminaron más pronto que tarde. De repente, empezaron a filtrarse a la prensa numerosas informaciones que ponían en un serio aprieto a los más jóvenes de los Marichalar, y el matador tenía todas las papeletas de ser el topo de los hermanos. Solo él podía saber todo lo que los medios estaban contando, por lo que el hijo mayor de la infanta Elena le dio puerta y lo vetó del grupo de amigos.

No ha trascendido si se trató de una decisión personal o si Casa Real intervino para guiar a Froilán en su forma de actuar, pero de seguro que no tuvo que ser fácil ‘deshacerse’ de uno de sus amigos de toda la vida. Quien no lo ha podido superar ha sido Victoria Federica. Al parecer, la monarquía le ha recomendado alejarse de él, y la joven está pasando por uno de los peores momentos de su vida. Se ve distanciada del que probablemente ha sido su primer gran amor. De hecho, la nieta de doña Sofía ni siquiera ha podido acudir a la vuelta a los ruedos de Caballero, tras varios meses alejado de las plazas. Según la versión oficial, se trata de un problema de agenda, pero no sería sorprendente que Zarzuela hubiera puesto tierra de por medio entre los tortolitos para intentar redirigir el cada día más torcido camino de la menor de los Marichalar.