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jueves, 21 noviembre 2024

Preocupación en Zarzuela con la última obsesión de Letizia y su impacto social

Doña Letizia Ortiz está en boca de todos desde que decidió unirse en cuerpo, alma y responsabilidad con Felipe de Borbón. Desde entonces, todos las miradas se posan en ella para analizarla hasta la extenuación. Y tanto análisis ha provocado que se haya descubierto una nueva obsesión que preocupa a Zarzuela, sobre todo por el impacto social que puede tener.

Su físico siempre a debate

Preocupación en Zarzuela con la última obsesión de Letizia y su impacto social

> Letizia Ortiz tiene un físico envidiable. A pesar de que en los últimos años su extrema delgadez ha provocado grandes debates sobre la verdad sobre su estado de salud, lo cierto es que Letizia tiene una vida totalmente saludable. Ella misma se encargó de desmentir que sufriera alteraciones alimenticias como se especulaba en medios internacionales. Se llegó a hablar de anorexia y bulimia después de aparecer casi sin masa muscular en algunas fotografías que dieron la vuelta al mundo. Harta de ser la comidilla periodística, Letizia se confesaba con algunos de los compañeros que cubren la información de realeza: «estoy perfecta, como de todo y bien», les decía para atajar las polémicas. Sin embargo, de lo que no ha hablado nunca ha sido de sus operaciones estéticas. Pequeñas correcciones que se han hecho más que evidentes con el paso de los años. La morfología de su rostro nada tiene que ver con la de la joven presentadora de informativos que se colaba cada noche en las casas de los españoles.

De lo que tampoco ha dado explicaciones es de su gran obsesión. La misma que ocupa y preocupa en Zarzuela y que, además, podría provocar una auténtica revolución social. Y es que Letizia no quiere dejar nada al azar y ha tomado una decisión que en Cotilleo.es no ha dejado impactados

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La obsesión de Letizia por el deporte

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> Lo publica El Español. Según este diario, doña Letizia estaría absolutamente entregada en cuerpo y alma al deporte. Tanto, que su conducta podría rozar la obsesión y dependencia. Según este digital, la reina consorte dedica gran parte de su jornada a forjar sus músculos en un gimnasio privado que ha ordenado instalar en Zarzuela. Además, habría decidido contratar los servicios de un entrenador personal que, cada mañana, le ayuda a mantenerse activa desde las siete de la mañana, hora en la que inicia sus rutinas deportivas. Las mismas se inician con un trote ligero por los jardines del Palacio y suelen acabar con una clase de yoga con cuerdas tensoras y posiciones de larga duración que, dicen, sirven para mejorar la estabilidad y reducir la ansiedad. Aunque ha probado el boxeo, parece que Letizia se siente mucho más cómoda haciendo la posición del perro o del saludo al sol. No solo eso, sino que además también ha descubierto el baile. Doña Letizia se marca clases de Zumba para bailar, hacer deporte y quemar toxinas al mismo tiempo. Pero, ¿cuánto nos cuestan todos estos caprichos reales?

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El coste de los caprichos deportivos de Letizia

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> Es, tal vez, el gran temor de Zarzuela tras haberse descubierto el amor incontrolable de Letizia por el deporte. Temen que la sociedad civil ponga el grito en el cielo al saber que la reina tiene a su disposición un gimnasio privado, clases de yoga y zumba, un entrenador personal que visita el Palacio todos los días. Sin embargo, según informa El Español, Letizia decidió que esos gastos no formaran parte de la partida presupuestaria de la Institución y los derivó a sus gastos personales. Los paga de la asignación anual impuesta por el rey. Una cifra que supera los 132.000 euros anuales, lo que significa que Letizia cobra más de 10.000 euros mensuales, muchos de los cuales dedica a su cuidado personal. Otra de las grandes «locuras» de nuestra reina es la alimentación. Y en Cotilleo.es sabemos lo que come y lo que ha decidido desterrar de su nevera.

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La obsesión de Letizia por la comida

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Es evidente que para lucir como Letizia hay que mantener una dieta muy estricta. Por eso ella se ha puesto en las sabias manos del doctor Perricone. Aunque no hace dietas o ayunos, sí sigue las pautas de este afamado médico en el que también confían celebridades internacionales como Kate Moss o Gwyneth Paltrow. El Español asegura que Letizia solo come productos que proceden de la agricultura ecológica y que mucha de la materia prima se recoge en el huerto que ordenó plantar y que ella misma supervisa, tal y como le contó a Michelle Obama durante su visita a la Casa Blanca en 2015. Sus alimentos fetiche, según esta misma fuente, son la verduras de hija verde, el té verde, salmón salvaje, lácteos enteros y cuanto más naturales mejor, cúrcuma, frutos rojos, copos de avena y té de kombutxa. No toma café ni bebidas azucaradas o gaseosas. Tampoco arroz o legumbres. Pero las «obsesiones» de Letizia también se alargan a la vida de sus hijas. Hasta el punto que ha hartado a los padres del colegio en el que estudian.

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Somos lo que comemos

Reina Letizia

> Algunas voces cercanas a Zarzuela aseguran que doña Letizia está obsesionada con los hábitos de vida saludables. La consorte controla cada aspecto de la dieta de Leonor y Sofía y no consiente que en sus platos se pose un solo gramo de grasas saturadas, azúcares o cualquier otro compuesto químico que haya entado en su lista negra. Está muy bien que una madre quiera asegurar la salud de sus hijas y que haga todo lo posible para que coman de forma equilibrada. El problema aparece cuando entra en juego la alimentación de todo un colegio.

Al parecer, en cuanto Leonor y Sofía se matricularon en el Colegio Santa María de los Rosales, doña Letizia volvió a pecar de déspota y se reunió con la dirección del centro para imponer sus normas sobre el menú del comedor. “Hay que educar a los niños a que coman de todo, pero en un momento dado, a un niño también se le puede dar una croqueta. Me molestó mucho el tema de la alimentación y afectó a todos los alumnos”, reveló Terelu Campos en Sálvame, cuya hija también cursó sus estudios en la elitista escuela. Pero la cosa no termina con la dieta, sino que la consorte impuso sus ideas en otros muchos aspectos.

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La prohibición de Letizia que afectó al resto de padres

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> No es ningún secreto que doña Letizia ejerce sobre sus hijas una sobreprotección desmesurada. La consorte quiere evitar a toda costa que se filtre información a la prensa acerca de Leonor y Sofía. Su preocupación la ha llevado a tomar medidas extremas en varias ocasiones. Todos recordamos cuando prohibió a la princesa y a la infanta participar en los tradicionales cursos de vela de verano de los Borbones. A la consorte no le hacía ni pizca de gracia que sus pequeñas entraran en contacto con otros niños que más tarde podrían irse de la lengua.

Una vez más, su afán desmedido por proteger a sus hijas la llevó a imponer una drástica medida en el Colegio Santa María de los Rosales: todos los alumnos tienen prohibido el simple hecho de portar un teléfono móvil. Sí, en todos los centros de enseñanza existen normas que limitan el uso de los terminales en clase, pero los estudiantes pueden llevarlos libremente en sus mochilas por si hubiera una emergencia. No en este caso. A Ortiz le preocupa tanto que puedan fotografiar o grabar a sus retoñas que insistió a la dirección de la escuela para que penalizara el uso de estos aparatos en todo el recinto. Otra medida que ha sacado de quicio al resto de padres, incapaces de comunicarse con sus vástagos por culpa de la reina

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¿Cárcel o colegio?

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> Como se ha mencionado anteriormente, el colegio Santa María de los Rosales no solo acoge a Leonor y Sofía como alumnas conocidas, sino que otros hijos de famosos también se forman entre sus aulas. Álvaro Fuester, José Bono o Raphael son algunas celebrities que han confiado en este centro para educar a los más pequeños de su familia. Así, parece comprensible que el recinto tenga que estar protegido con numerosas medidas que aseguren el bienestar de los estudiantes, pero para Letizia no fueron suficientes. La consorte sugirió a la dirección que se aumentara la altura de las vallas que cercaban el lugar, levantándose ahora a dos metros sobre el suelo.

Además, varios perros entrenados salvaguardan las inmediaciones del centro para asegurar que no hay ni rastro de explosivos por la zona. En cuanto a la seguridad privada de Leonor y Sofía, un equipo de guardaespaldas las acompaña en todo momento. Si bien intentan ser todo lo discretos que les sea posible, se han comentado episodios en los que han llegado a intervenir por el simple hecho de que algún alumno se acercó más de la cuenta a sus protegidas, provocando un tremendo susto en el estudiante. Letizia quiere tratar a sus hijas como unas niñas burbuja y las ha instruido para ello.

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Letizia dificulta la labor de los profesores

Letizia

> ¿Quién no recuerda a los profesores de Lengua que siempre ordenaban redacciones sobre la familia, los fines de semana o los hobbies de sus alumnos? Leonor y Sofía nunca lo harán. Las exigencias de Letizia han llegado a tal punto que incluso se ha atrevido a mostrar a los profesores cómo tienen que dirigirse a ellas en sus clases. Con tal de que no se revele ningún detalle privado sobre la vida de puertas de Zarzuela para adentro, la consorte exigió al equipo docente que no preguntara a Leonor y Sofía sobre sus rutinas allende los muros del Colegio Santa María de los Rosales.

Si bien se va perdiendo esta tradición conforme los escolares avanzan de curso, es bastante habitual en la educación primaria que los estudiantes hablen entre ellos sobre lo que han hecho los fines de semana o a qué se dedican en sus vacaciones. Es una forma de socializar que Leonor y Sofía tienen prohibida de manera fulminante. Su vida es un misterio para el resto de compañeros, suponiendo este hermetismo una traba gigantesca a la hora de entablar amistad con sus iguales.