No es un buen momento para la reina emérita. Hace tiempo que a doña Sofía la invade un sentimiento de preocupación por algunos de sus seres más queridos, y por desgracia no se equivocaba. La madre del rey Felipe VI ha recibido la peor de las noticias y, en estos momentos, lamenta la pérdida de alguien muy amado por ella. Sigue leyendo para conocer más detalles acerca de este triste episodio.
Doña Sofía se vuelca con su familia
> Nuestra reina emérita siempre se ha sentido muy apegada a su familia griega. En sus hermanos ha encontrado el refugio y el cariño que no siempre ha tenido en España. Constantino de Grecia es uno de los pilares principales de doña Sofía, muy preocupada por su estado de salud de un tiempo a esta parte. El otrora jefe de Estado heleno sufrió una embolia pulmonar en 2016, y desde entonces no ha levantado cabeza. Los problemas de movilidad que padece Tino, mote cariñoso con el que se refieren a él sus seres queridos, tienen en vilo a la madre del rey Felipe VI, que escapa a la tierra que la vio nacer cada vez que tiene ocasión.
Doña Sofía viaja hasta Grecia siempre que puede para reencontrarse con su hermano y conocer de primera mano su estado de salud. Numerosos medios helenos recogen la debilidad que en los últimos meses ha mostrado el monarca destronado, manifestando serios problemas incluso a la hora de hablar. Desde la Casa Real griega mantienen que sus achaques no se salen de la normalidad y que se deben a la avanzada edad de Constantino, pero nuestra emérita sigue preocupada y así lo refleja en su rostro. Para colmo, una inesperada pérdida ha terminado de destrozar a la mujer de don Juan Carlos de Borbón.
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Muere alguien muy querido por doña Sofía
> Son días grises para nuestra emérita. La madre del rey Felipe VI todavía arrastra la muerte de su modista, que tuvo lugar el junio pasado. Apenas alcanzó trascendencia mediática. María Antonia Molinero, el nombre de la estilista de doña Sofía, siempre fue una mujer muy discreta y lo siguió siendo incluso después de fallecer. La griega le debe algunos de sus atuendos más famosos, como el vestido rosa que lució durante la proclamación del rey don Juan Carlos I tras la muerte de Franco; o el abrigo negro que llevó a la capilla ardiente del Generalísimo.
Se dice que fue la diseñadora quien introdujo la alta costura en España, y de seguro que también la llevó a la Corona. A su misa funeral, celebrada en la madrileña Iglesia de San Fermín de los Navarros, acudieron todo tipo de personalidades influyentes, antiguos clientes y amigos de María Antonia Molinero. Sin embargo, doña Sofía de Borbón prefirió no presentarse a la despedida de su querida modista, quizás para evitar que la ceremonia acaparara el protagonismo que la costurera nunca quiso darle. En cualquier caso, de seguro que su majestad todavía la recuerda y, a su modo, le dio su último adiós desde la intimidad que le ofrece Zarzuela.
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La otra preocupación de doña Sofía
> Lo cierto es que no gana para disgustos. Como se ha mencionado anteriormente, doña Sofía se desvive por sus hermanos, y Constantino de Grecia no es el único que la tiene en vilo. La princesa Irene de Grecia también ocupa los pensamientos de la madre del rey Felipe VI. Desde que le diagnosticaron cáncer de mama en 2002, la emérita no le quita ojo y aprovecha cualquier hueco en su agenda para reunirse con ella, incluso aunque ya esté completamente recuperada.
Doña Irene reside desde hace unos cuantos años en Madrid, tantos que el Gobierno decidió otorgarle la nacionalidad española. Doña Sofía aprovecha esta cercanía para quedar con su hermana cada vez que su agenda se lo permite. Desde que don Juan Carlos abdicó en su hijo, tanto él como su mujer gozan de más tiempo libre para dedicárselo a los suyos. Cierto es que doña Irene cuida mucho de su salud. No bebe, ni fuma, y mantiene una dieta vegetariana. Aun así, la emérita no puede evitar preocuparse por ella. Las dos están muy unidas y forman un grupo entrañable con doña Pilar, la hermana del emérito.
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La relación entre doña Sofía y doña Pilar
> Las dos mujeres lograron dejar atrás los tópicos que rodean a la figura de las cuñadas. Doña Sofía y doña Pilar se llevan a las mil maravillas y entre ellas se formó un intenso vínculo que hoy parece imposible de romper. Así lo han demostrado en numerosas ocasiones. La duquesa de Badajoz recibe de forma continua las visitas de su amiga, muy preocupada por la enfermedad que padece la infanta: cáncer de colon. A principios de este mes, la madre del rey Felipe VI se desplazó hasta su casa de Calvià acompañada de su hermana, la princesa Irene de Grecia.
Las tres almorzaron en compañía de otras amigas de la duquesa de Badajoz, y al terminar la velada doña Sofía aportó algunos detalles sobre la salud de su cuñada. “Están todos muy bien, ¡fenomenal!”, reveló a los periodistas que aguardaban a las puertas de la casa de doña Pilar. La emérita ha dejado claro con estos gestos que su familia es lo primero y que siempre está dispuesta a brindar su apoyo a todo el que lo necesite.