La concesión del permiso penitenciario del marido de la infanta Cristina ha dado mucho que hablar. Iñaki Urdangarín saldrá de la Prisión de Brieva dos veces a la semana, los martes y los jueves, durante ocho horas, para llevar a cabo labores de voluntariado en el Hogar Don Orione. En los últimos días se ha estado especulando sobre un supuesto trato de favor del que se habría beneficiado el deportista. Ahora, se han destapado los lujos a los que el cuñado del rey ha tenido acceso durante su condena. Se trata de unas opulencias que no están al alcance de cualquier preso, generando así un enorme revuelo entre la opinión pública. Sigue leyendo para conocer todos los detalles sobre esta polémica.
En el punto de mira
> Era fácil imaginar que una horda de paparazzi se agolparía ante las puertas del Hogar Don Orione para captar la llegada de Urdangarín. De momento, el cuñado del rey se ha dejado caer por la institución en dos ocasiones, siendo perfectamente conocedor de la expectación que se generaría en torno a su primera aparición desde que entró en prisión. Iñaki sabe que está en el punto de mira y ha cuidado cada detalle de su aspecto para dar que hablar lo menos posible. Si bien el marido de doña Cristina de Borbón lució un estilo bastante discreto y sencillo en sus dos visitas, algunos aspectos que rodearon su llegada no terminaron de cuadrar a parte de la opinión pública.
Para empezar, la Administración de la Prisión de Brieva permitió a Urdangarín, de forma excepcional, abandonar las instalaciones en coche y no a pie, como hacen la mayoría de los presos, alegando razones de seguridad. Así, algunos no pueden evitar rechinar los dientes al ver llegar a Iñaki en un ostentoso vehículo negro, escoltado por varios policías. El supuesto trato de favor que el cuñado del rey está recibiendo durante su condena suena con fuerza en los últimos días, y su visita más reciente a Don Orione ha terminado de sacar de quicio a la opinión pública. Se han descubierto todos los lujos a los que el deportista ha tenido acceso en prisión, unas opulencias que para nada están al alcance de todos los bolsillos.
Siguiente: Los lujos de Urdangarín en prisión
Los lujos de Urdangarín en prisión
> Como se ha mencionado anteriormente, el marido de doña Cristina de Borbón ha estudiado muy bien todos los aspectos que rodean a su reaparición pública. Su estilo a la hora de vestir ha sido uno de los detalles que más ha tenido en cuenta, decantándose siempre por prendas sencillas y alejadas de las marcas de alta costura a las que nos tenía acostumbrados antes de su entrada a prisión. Sin embargo, Urdangarín ha pecado de pretencioso a la hora de escoger sus complementos: un reloj y una mochila cuyo precio no está al alcance de todos los bolsillos. Sin quererlo, el deportista ha confirmado que tiene acceso a una serie de lujos durante su condena.
El reloj que lució en su muñeca es un modelo de la prestigiosa marca Garmin, una compañía especializada en ropa y complementos deportivos. La pieza está valorada en casi 700 euros y cuenta con todo tipo de prestaciones: cronómetro, GPS, pulsómetro, … Una avanzada herramienta para gimnastas que despierta ciertos interrogantes acerca de la necesidad de usarla que puede tener un preso. Pero la cosa no termina aquí, sino que la bolsa que portaba Urdangarín tampoco tiene un precio bajo, precisamente. El saco está firmado por Ecoalf y puede llegar a costar hasta 120 euros. Nos encontramos ante un aoutfit que ronda los 1000 euros, nada que ver con el de resto de reclusos.
Siguiente: Los privilegios de Urdangarín en prisión
Los privilegios de Urdangarín en prisión
> Pero no solo encontramos en su ropa la prueba de que el empresario podría estar recibiendo un trato de favor durante su condena, sino que algunos testimonios que han salido a la luz también avalan esta versión. Al parecer, la estancia en prisión de Urdangarín es muy diferente al de resto de presos, hasta el punto de que se le han concedido algunos antojos que otros reclusos ni se plantean solicitar. Según apuntan algunas voces cercanas a la institución penitenciaria, Iñaki pidió una bicicleta para hacer ejercicio y mejorar su forma física. Sus deseos son órdenes y muy poco tiempo se tardó en concedérsela.
Urdangarín no es el único al que se le han concedido ciertos privilegios en la Cárcel de Brieva, sino que su mujer también ha contado con varias facilidades a la hora de acudir a visitarlo. La prisión de Ávila es de las pocas españolas que cuenta con un aparcamiento subterráneo destinado a los trabajadores de la institución. Doña Cristina de Borbón utiliza este acceso para poder entrar al centro sin que los paparazzi capten el momento. Mientras, el resto de familiares de otros reclusos han de utilizar la puerta principal, en la calle, a la vista de todo el mundo. Una vez más, ha quedado de manifiesto que la familia del rey vive un escalón por encima de los demás ciudadanos.
Siguiente: La peor pesadilla de Iñaki
La peor pesadilla de Iñaki
> Por desgracia para él, hay quien se ha cansado de este supuesto trato de favor y ha decidido poner contra las cuerdas al marido de doña Cristina de Borbón. La Fiscalía Provincial de Valladolid recurrió la semana pasada la sentencia del Juzgado de Castilla y León por la que se concedía el permiso penitenciario del que actualmente goza Urdangarín. Según el documento, el empresario “no cumple con los requisitos legales” para disfrutar de este tipo de concesión. De hecho, recalca que ni siquiera ha alcanzado el cuarto de su condena, de cinco años y diez meses de prisión.
Además, la Fiscalía echa por tierra la versión del juez que autorizó el permiso de Urdangarín. El togado argumentó su decisión asegurando que la situación de aislamiento impuesta por la Administración estaba pasando factura al estado de salud del empresario. Sin embargo, en el recurso se asegura que fue Iñaki quien eligió la prisión donde cumpliría su condena, con conocimiento pleno de las condiciones en las que se desarrollaría su internamiento. Por si fuera poco, niega la existencia de cualquier reconocimiento médico o psicológico que atesoren las palabras del magistrado. Así, es más que probable que se cumpla la peor de las pesadillas del empresario: que se revoque la concesión de la que ahora disfruta.