Mucho se ha estado hablando sobre una posible crisis matrimonial entre Letizia y don Felipe. Voces cercanas a Zarzuela aseguran que la consorte tiene un carácter difícil de llevar y nuestro soberano podría haberse cansado de soportar tantas insolencias. Todo empezó con el famoso “déjame terminar” que espetó en su pedida de mano, y la situación ha ido a peor desde que se dieron el ‘sí, quiero’ en la Catedral de la Almudena. Ahora, un gesto definitivo de Ortiz ha terminado de evidenciar que su relación no está pasando por el mejor momento. Sus allegados se temen lo peor. ¿Quieres saber qué ha pasado? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
Tú a Mallorca y yo a no sé dónde
> Según las estadísticas, el verano es la época del año en la que se producen las peores discusiones de pareja. Letizia y Felipe no son una excepción. La consorte no soporta tener que pasar parte del estío en Palma de Mallorca, haciendo el paripé de que se lleva a las mil maravillas con su suegra. “¿Tú te crees que esto son vacaciones?”, espetó Ortiz a un periodista cuando le preguntó por cómo lo estaba pasando. Los posados obligados y las salidas forzadas con doña Sofía sacan de quicio a la consorte. Su marido preferiría que guardara las formas, al menos de cara a la opinión pública. El hastío que siente la reina hacia todo lo relacionado con Marivent podría haber provocado unas cuantas discusiones en el matrimonio.
De hecho, aunque todavía es un misterio dónde ha pasado sus vacaciones privadas nuestra familia real, todo apunta a que Letizia y Felipe han puesto tierra de por medio entre ellos. Mientras que el hijo del rey Juan Carlos permaneció durante una larga temporada en Palma de Mallorca, la consorte cogió carretera y manta en cuanto su agenda oficial llegó a su fin. No ha trascendido el lugar al que se marchó la soberana junto a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, pero está claro que ella y su marido han pasado parte de su verano por separado. Un gesto más que denota que hay una crisis entre ellos, aunque no tanto como el último. La reina ha dedicado otro de sus desaires al Borbón y ya no deja lugar a dudas.
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El gesto que denota la crisis entre los reyes
> Ha ocurrido durante un momento, a priori, lleno de felicidad y emoción. La selección española de baloncesto se ha proclamado campeona del mundo en el torneo que se ha disputado en China. Nuestros reyes, Letizia y Felipe, han querido honrar al equipo entero por su proeza y los han recibido en el Salón Magnolia de Zarzuela. Después de los saludos y los posados oficiales, Rudy Fernández ha protagonizado un simpático gesto con el monarca al colgar de su cuello la medalla que los glorificaba como triunfadores. El Borbón la ha lucido con honor, presumiendo de sonrisa ante la cámara.
Nadie se esperaba lo que estaba a punto de suceder a continuación. En busca de tener un gesto cómplice con Letizia y de implicarla en la celebración, Felipe también ha querido colgar de su cuello la medalla. Contra todo pronóstico, Ortiz ha dado un rápido paso hacia atrás y ha reprendido a su marido con una tajante “¡no!” que ha dejado atónitos a todos los presentes. El hijo de don Juan Carlos se ha reído por no llorar. No es la primera vez que su esposa lo abochorna en público con uno de sus famosos desaires. El monarca se ha cansado de esta molesta situación y algunos de sus seres queridos ya se temen lo peor.
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Felipe y Letizia, ¿a un paso del divorcio?
> Al parecer, la situación entre ellos ha sobrepasado todos los límites y algunos expertos en realeza ya se temen lo peor. Los rumores de divorcio suenan con mucha fuerza desde el polémico rifirrafe que protagonizaron Letizia y doña Sofía en la Catedral de Palma de Mallorca. “Tiempo al tiempo”, avisaba Jaime Peñafiel en su columna de El Mundo. Al parecer, ese desencuentro ante los ojos de toda España supuso un punto de inflexión ya no solo en la relación entre la consorte y la emérita, sino también entre don Felipe y Ortiz. El rey está dispuesto a pasar muchas cosas por alto, pero le costó mucho perdonar a su mujer por abochornar a su madre ante la opinión pública.
Según reveló El Español, Letizia asumió su error unos cuantos días después durante una reunión del gabinete de crisis de Casa Real. Sabía que tendría que hacer grandes esfuerzos por recuperar la confianza de su marido, y cedió ante unas exigencias que nadie pensaba que acataría. Por eso la vimos abriendo la puerta del coche a doña Sofía. Era un gesto de redención, ya no por su suegra, sino por don Felipe. A Ortiz se la llevaban los demonios cuando se vio rebajada a semejante sometimiento, pero no le quedaba otra si quería salvar su matrimonio. Lo cierto es que, por muy mal que estén las cosas, la consorte sería la peor parada en caso de divorcio.
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Letizia, la peor parada en el divorcio
> Tampoco hacía falta ser un experto en realeza para intuir que la consorte no saldría muy airosa de una supuesta separación de don Felipe. Sin embargo, sí que gozaría de algunos privilegios que se escapan a la realidad del resto de mortales. Para empezar, aunque se le retiraría su título de reina y cualquier otro que la vincule con Casa Real, doña Letizia disfrutaría de un sueldo vitalicio de 88.000 euros anuales, repartidos en catorce pagas, según apuntaron desde Los Replicantes. También se le compensaría su antigua labor de soberana con la concesión de dos viviendas para su uso y disfrute.
Sin embargo, a Letizia le darían donde más le duele: sus hijas. La consorte y Felipe VI firmaron un pacto matrimonial que recogía que, en caso de divorcio, la custodia de los hijos menores iría a parar a la Casa Real como institución. Así, Ortiz tendría que ajustarse al régimen de visitas que se acordara para poder ver a la princesa Sofía y a la infanta Leonor. Un escenario completamente inimaginable para una madre que ha demostrado sentir verdadero apego hacia sus hijas.