No aprende la lección. Después su rifirrafe público con doña Sofía en la Catedral de Palma de Mallorca, parecía que Letizia había rebajado su carácter, al menos de puertas de palacio para afuera. Nada más lejos de la realidad. La consorte ha vuelto a protagonizar uno de sus famosos desaires que ha avergonzado a toda la Casa Real. Se avecina otra gran polémica que de sugura dará mucho que hablar. ¿Quieres saber qué ha pasado? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
El mal carácter de Letizia
> Todo el mundo sabe que nuestra consorte es una mujer de armas tomar. No consiente que nadie le pase por encima, y menos aún desde que se sienta en el trono de España. Algunos compañeros de su época como periodista ya avisaron de su carácter difícil de llevar. Letizia es muy controladora y suele perder los papeles cuando las cosas no salen según lo previsto. Bien lo saben sus asistentes de palacio, que han de trabajar con la imponente sombra de la soberana a sus espaldas. A Ortiz le cuesta controlarse y no tiene reparos a la hora de abroncar a sus empleados por un simple descuido.
Se trata de una prueba más del despotismo de Letizia, que podría haber permanecido en secreto si fuera capaz de guardar la compostura. En más de una ocasión, Ortiz no se ha cortado a la hora de mostrar públicamente su carácter altivo, sumiendo a toda la Casa Real en una tremenda polémica. Ahora ha vuelto a pasar. Se avecina un nuevo escándalo a la altura de lo sucedido con doña Sofía en la Catedral de Palma de Mallorca. ¿Quieres saber qué ha pasado? ¿Quién ha sido, en esta ocasión, víctima de la altanería de nuestra soberana? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
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El desaire de Letizia que avergüenza a Casa Real
> Ha ocurrido en Sevilla. Los reyes españoles se desplazaron hasta la capital andaluza para conmemorar el VI centenario de la primera vuelta al mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. A las puertas del lugar de la celebración se agolparon cdecenas de curiosos que querían ver a sus majestades con sus propios ojos. Como es costumbre, Letizia y Felipe VI se acercaron a pasearse entre los mortales para saludar a su pueblo. Y fue en ese momento cuando la consorte descargó toda su furia contra uno de sus escoltas. El guardaespaldas ha cogido el testigo de doña Sofía y se ha convertido en la nueva víctima de Ortiz.
Mientras que la consorte saludaba, el escolta no se percató de que un escalón se interpuso en el camino de Letizia. ¿Para qué queremos más? Ortiz se tropezó y entró en cólera con su guardaespaldas. «Casi me caigo. No me has avisado del escalón. ¿Es que no has visto que ahí hay un escalón? ¿Eso es posible? Casi me mato», apuntó una Ortiz visiblemente molesta, mientras agarraba del brazo al agente. ¿A caso la reina no tiene ojos en la cara?, nos preguntamos desde Cotilleo.es. No es la primera vez que la mujer de Felipe VI protagoniza un escándalo de este tipo. Sus aires de grandeza ya son de sobra conocidos.
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Los aires de grandeza de doña Letizia
> Parece que Ortiz se ha olvidado demasiado rápido de su cuna humilde. Voces cercanas a Casa Real aseguran que la consorte se ha acostumbrado a la vida de palacio y que ya nada queda de su origen plebeyo. En Zarzuela, las exigencias de Letizia están a la orden del día y… ¡Pobre del que no las cumpla! Al parecer, la soberana es intransigente con sus empleados y no permite ni un solo despiste. Claro que, teniendo en cuenta quien la formó a la hora de convertirse en reina, no resulta extraño que la mujer de Felipe VI se comporte con unos aires de grandeza desmesurados. Todo apunta a que se le han pegado de doña Sofía.
Si bien la emérita siempre ha sido más discreta y se ha mostrado muy comedida ante la opinión pública, lo cierto es que voces cercanas a palacio también han señalado la soberbia de doña Sofía. A la emérita le gusta que la traten por lo que es, un miembro de la realeza, y no consiente una sola muestra de cercanía por parte de la plebe. «Las niñas no lo sé, pero las infantas muy bien», respondió altivamente cuando una azafata de vuelo le preguntó por «las niñas», en referencia a Cristina y Elena. Todo se pega, menos la hermosura. Así, Letizia también ha sorprendido con alguna mala contestación, incluso a los más pequeños.
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Letizia corta la cara a una estudiante
> Al parecer, Ortiz suele levantarse con el pie izquierdo más veces de lo que le gustaría. Su pasión era el periodismo y, por amor, tuvo que dejar de lado su amada profesión. Ahora ejerce de reina y, aunque disfrute de todos los privilegios que su papel conlleva, no le hace ni pizca de gracia tener que cumplir con sus obligaciones de consorte. Letizia afronta con desidia los actos oficiales que marca su agenda, y a veces disimula muy mal las pocas ganas que tiene de acudir a los eventos. Si no, que se lo digan a una alumna de la Escuela de Grabado y Diseño Gráfico de la Real Casa de la Moneda.
Letizia se encontraba de visita en el centro y la joven quiso explicarle cómo hacía su trabajo. Lo que menos se esperaba era que la reina la cortara con este inapropiado desplante: «No me cuentes esto otra vez, que ya me lo han contado al entrar». La alumna, ojiplática, no sabía dónde meterse. Al parecer, la reina no tenía un buen día y no dudó en pagar su mala racha con una joven apasionada por su trabajo. Ortiz tiene menos paciencia a medida que pasan los días, pero debería aprender a controlar su altanería si no quiere el pueblo se le termine echando encima.