La consorte vigila hasta el más mínimo detalle en lo que se refiere a la educación de sus hijas. Doña Letizia es muy recelosa de la intimidad de Leonor y Sofía e intenta mantenerlas al margen de la opinión pública. Su obcecación por asegurar la privacidad de la princesa y la infanta es tan fuerte que ha llegado a jugarle algunas malas pasadas en más de una ocasión. Ahora, la imagen de las niñas se ha rebajado a la altura del betún por culpa de la obsesión de su madre con protegerlas de la prensa. ¿Quieres saber qué ha pasado? Sigue leyendo para descubrirlo.
La gran obsesión de Letizia
> La consorte no asume que sus hijas están destinadas a cumplir una serie de obligaciones y deberes con el Estado. Letizia quiere proteger a Leonor y Sofía a toda costa y pretende que sus vidas sean lo más normales posible. Si bien a priori puede parecer una noble intención de salvaguardar su infancia, lo cierto es que Ortiz no está haciendo ningún bien a las niñas. Tarde o temprano deberán asumir sus tareas reales y no estarán preparadas porque la reina las ha mantenido en una burbuja durante toda su vida. De hecho, su obsesión por proteger la intimidad de la princesa y la infanta les ha jugado varias malas pasadas y ha terminado consiguiendo el efecto contrario: que todo el mundo hable de ellas.
Incluso la prensa internacional se ha hecho eco de la sobreprotección que Letizia ejerce sobre sus hijas, especialmente con Leonor. Algunos medios de la prensa alemana señalaron la excesiva timidez con la que la princesa se desenvolvía ante los medios, buscando siempre el arropo de sus padres, a pesar de tener casi catorce años. Ahora, un nuevo escándalo relacionado con esta obsesión de Ortiz por alejar a las niñas de los medios ha vuelto a dejar por los suelos su reputación. La imagen de las más pequeñas de la familia real se ha visto muy dañada y solo hay una culpable: la consorte.
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Sofía y Leonor, criticadas por culpa de su madre
> La operación cardíaca del rey Juan Carlos I ha dado mucho de qué hablar. Especialmente comentado ha sido que pasara solo la noche previa a la intervención, aunque al día siguiente recibió la visita de algunos de sus familiares. Primero se presentó en el hospital la reina Sofía, y más tarde los reyes Felipe y Letizia. Sorprendió la llegada de la infanta Cristina acompañada de tres de sus cuatro hijos, y una vez que el emérito fue trasladado a planta llegó la infanta Elena con Froilán y Victoria Federica. A estas alturas, casi todos los seres queridos del Borbón se han acercado a la Quirón de Madrid para visitarlo, pero ni rastro de Leonor y Sofía.
Resulta bastante chocante que las hijas de los reyes sean las únicas nietas de Juan Carlos I -a excepción de Pablo Urdangarín, que reside en Francia desde hace un tiempo- que no se han acercado al hospital a ver a su abuelo después una operación tan delicada. Las críticas ante este serio desplante no se han hecho esperar y los expertos en Casa Real señalan a una única culpable: doña Letizia. Al parecer, la consorte se ha negado en rotundo a exponer a sus hijas ante la prensa, que hace guardia en el hospital desde hace varios días. Sin embargo, se espera que Leonor y Sofía acudan tarde o temprano a la clínica para acallar los rumores de distanciamiento, aunque el daño ya esta hecho.
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Las visitas a Juan Carlos, a cuentagotas
> Lo cierto es que las visitas a Juan Carlos están siendo bastante polémicas. En lugar de acudir a la clínica Quirón de Pozuelo como una familia unida, los encuentros con el emérito se están produciendo a cuentagotas. La única que ha coincidido con todos los hijos del emérito ha sido la reina Sofía, que aunque no pasó la noche con su marido en ese momento tan delicado, se presentó a primera hora de la mañana en el hospital para hacerle compañía. Letizia y Felipe han hecho todo lo posible por no coincidir con las infantas, ni siquiera con Cristina y sus hijos, con los que no se encuentran de forma pública desde hace más de un año.
Los reyes se han demorado bastante en regresar al hospital una vez que Juan Carlos ha sido trasladado a planta. Quienes no se han separado del emérito han sido Elena y sus hijos, Froilán y Victoria Federica. La infanta tiene muy buena relación con su padre y pasó toda la mañana en la clínica Quirón, celebrando junto a doña Sofía los progresos del Borbón, que ya ha empezado la rehabilitación e incluso puede dar algunos pasos por su habitación. Una buena noticia para él, después de haber sentido el frío de la soledad en uno de los momentos más críticos de su vida.
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Juan Carlos, solo en su peor momento
> Según cuentan algunas voces cercanas a Zarzuela, Juan Carlos ha sufrido el distanciamiento de su familia desde el momento en que abdicó en Felipe VI. Ni siquiera su operación cardíaca ha servido para acercar posturas entre la familia real, como suele ocurrir en estos momentos delicados. «No hay un español, por humilde que sea, que esté más solo que el rey! No quiero ni imaginar lo desamparado que se sentiría esa primera noche antes de la operación, sin nadie que le cogiera la mano o le susurrara: no te preocupes», apuntaba Pilar Eyre en su columna de Lecturas.
La periodista experta en realeza ha recogido el testimonio de una fuente que ha cargado especialmente contra doña Sofía. El informador le reprocha que no haya hecho noche junto a su marido en el hospital. Para él, el mal comportamiento del Borbón en su juventud no justifica el desinterés que la emérita muestra hacia su esposo. «Don Juan Carlos ha sido un mal marido, pero a ella le gusta mucho ser reina. O se está a todas o no se está a nada! ¿Prebendas, honores, estatus, sí. Pero quedarse en el hospital, al lado de su marido, no?», sentenciaba el confidente de Pilar.