La corona española corre grave peligro. Los reyes no están pasando por su mejor momento como matrimonio y los más allegados a Casa Real están empezando a temerse lo peor. Letizia y Felipe VI podrían estar atravesando una crisis de pareja tan profunda que incluso algunos expertos llegan a plantearse el divorcio. Esperemos que la sangre no llegue al río y que finalmente puedan solucionar sus problemas. ¿Quieres saber qué ha pasado entre ellos? Sigue leyendo para descubrirlo.
Marivent, la tumba de su amor
> No es ningún secreto que a la reina no le hace ni pizca de gracia tener que pasar parte de sus vacaciones afincada en el Palacio de Marivent. Para ella, su estancia en Palma de Mallorca no se sale de su agenda oficial como consorte y se convierte en una de las partes de su trabajo que más detesta. La presión mediática en la isla balear es mucho mayor que en la capital, y Letizia se ve obligada a medir cada gesto o palabra para no salir mal parada en los titulares. Este control exhaustivo le agobia y ha llegado a sobrepasarla en numerosas ocasiones. Con los nervios a flor de piel, es normal que las discusiones con su marido se multipliquen durante el verano.
De hecho, el Palacio de Marivent ha sido testigo de algunas de las broncas de los reyes más importantes. Para recordar la última hay que remontarse al año 2013. No se sabe con certeza qué fue lo que pasó entre ellos, pero se debió tratar de algo muy gordo para que Letizia abandonara la isla varios días antes de lo previsto, dejando a Felipe y a sus hijas en el archipiélago balear. «Como también había llegado a Palma tres días después, Felipe sólo estuvo acompañado por su mujer cinco de los 10 días que pasó en la isla. Lo está pasando fatal», aseguraba entonces Almudena Martínez-Fornés, una cronista experta en realeza que publica en ABC. Este verano ha vuelto a ocurrir. La crisis ha sido tan tremenda que algunas voces expertas llegan a temerse el divorcio.
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El peor verano de Felipe y Letizia
> Un año más, Letizia ha vuelto a abandonar Palma de Mallorca un poco antes que su marido, pero en esa ocasión se ha llevado a sus hijas con ella. Resulta chocante que Juan Carlos I regresara a la isla justo después de que su nuera abandonara Marivent. Padre e hijo aprovecharon la ausencia de la consorte para reunirse con unos colegas de la zona y degustar una suculenta cena en uno de los mejores restaurantes. Muy a su pesar, el encuentro terminó trascendiendo a los medios y todo el mundo se enteró de que los reyes habían tomado caminos diferentes durante sus vacaciones.
No es la primera vez que el monarca se da cita con sus amigos justo cuando su esposa coge la puerta y se larga. Al parecer, la consorte no traga a los íntimos de su Felipe VI, y el sentimiento es mutuo. Precisamente por esto, el cabreo de Letizia podría ser monumental. Solo ella y el rey conocen los motivos que la llevaron a abandonar la isla un poco antes que su marido, pero de seguro que la cita del rey con sus amigos no ha hecho otra cosa que aumentar la tensión entre ellos. Algunos expertos ya se atreven a pronunciar la palabra divorcio. «Tiempo al tiempo», avisa Jaime Peñafiel en su columna de El Mundo. El hijo de Juan Carlos I se ha cansado del fuerte carácter de su mujer, y así se lo ha hecho saber en unas cuántas ocasiones.
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Felipe VI planta cara a Letizia
> Hubo un tiempo en el que el amor que Felipe sentía por Letizia era tan grande que se lo perdonaba todo. Ortiz quiere ser una reina con horario de oficina, y no entiende que su papel de consorte le exige responsabilidad durante las veinticuatro horas del día. El soberano quiere hacérselo ver, y por eso ha llegado a corregirla en público. De seguro que esta nueva actitud intransigente no sienta nada bien a su mujer, que «se muestra impermeable a consejos y sugerencias», aseguraba Almudena Martínez-Fornés. Una de estas llamadas de atención tuvo lugar en Asturias, la tierra natal de nuestra reina.
Mientras contemplaban una representación del baile típico, Letizia estaba de cháchara con un amigo, sin prestar mucha atención a la actuación. Se trata de un gesto nada propio en una reina y su marido se lo hizo saber. Al parecer, Felipe le exigió «respeto» y que cesara de forma inmediata su conversación. Así, pueden relatarse unos cuantos momentos más que han ido añadiendo más leña al fuego. Es la pescadilla que se muerde la cola. El soberano no soporta los desaires de su mujer y esta no pasa porque nadie le diga lo que tiene que hacer. Solo hay una cosa que pueda salvar este matrimonio que hace agua por todas partes.
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El salvavidas de Felipe y Letizia
> De todas las tradiciones y protocolos que Letizia se pasa por el aro, parece que hay una a la que sí le gusta ser fiel: la inventada por ella misma. Desde que Ortiz aterrizó en Zarzuela, siempre organiza un viaje privado con su marido y sus hijas tras las vacaciones oficiales en el Palacio de Marivent. Se trata de un respiro para ella, que le permite escapar a un lugar más discreto y alejado de la atención mediática. Es el único consuelo de la consorte mientras que tiene que pasar unos cuantos días rodeada de su familia política en Palma, aunque este año solo doña Sofía se ha atrevido a reunirse con ella.
Todavía no ha trascendido el lugar que sus majestades han elegido para disfrutar de sus vacaciones privadas, pero raro es el año en el que la prensa no termina enterándose. Lo único seguro es que ambos podrán tomarse estos días de desconexión como un momento de reflexión que les servirá para acercar posturas. El verano es peligroso. La estadísticas lo confirman: es la época en la que más divorcios se producen. Esperemos que Letizia y Felipe puedan relajarse, alejados de las tensiones de la familia real, y solucionar todos sus problemas conyugales antes de reiniciar su agenda pública.