Es una de las colaboradoras más emblemáticas de la televisión. María Patiño se dio a conocer por su fuerte carácter y por la vena que se le marcaba en la frente cada vez que se encarnizaba con alguien. Con el paso del tiempo ha ido creciendo profesionalmente y ya no solo se dedica a poner a parir a todo el mundo desde la comodidad de una silla, sino que se ha lanzado a presentar Socialité, su propio programa. Pero la periodista nunca tiene suficiente y ha empezado a hacer negocio con su obsesión más enfermiza. Sigue leyendo para saber de qué se trata.
La gran ambición de María
> A la tertuliana se le llena la boca asegurando que ha llegado hasta dónde está empezando desde cero. Cada vez que tiene ocasión, recuerda su origen humilde y recalca lo mucho que tuvo que trabajar para conseguir alcanzar su meta profesional. María Patiño es una mujer ambiciosa y no para hasta lograr todo aquello que se propone. Nada se parece ahora a esa becaria que empezó en las redacciones de los medios más pequeños, especialmente en lo que a su cuenta bancaria se refiere. La colaboradora ha amasado toda una fortuna.
Y no es de extrañar, teniendo en cuenta lo que cobra gracias a la televisión. María se embolsa la friolera de 1000 euros por cuatro horas de programa en Sálvame, pero no es esta su única fuente de ingresos. Patiño también ejerce de presentadora en Socialité y, en algunas ocasiones, en el Deluxe, lo que le reporta otro buen pellizco de dinero. Además, la colaboradora ha protagonizado numerosas campañas publicitarias que no han salido nada baratas a la empresa que se anuncia, y es que su caché no es precisamente bajo. Sin embargo, toda este patrimonio podría quedarse en nada por culpa de una enfermiza obsesión de la tertuliana.
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La obsesión enfermiza de Patiño
> Detrás de esa fachada de mujer fuerte y con carácter que nadie puede pisotear, se esconde una de las debilidades más grandes de Patiño: su físico. La edad y el paso del tiempo se han convertido en una obsesión enfermiza para la colaboradora, e intenta mantenerla a raya a base de bisturí. María quiere parecer joven eternamente y es de las tertulianas de Sálvame que más veces ha pasado por ‘chapa y pintura’. La última de ellas ha tenido lugar hace muy poco tiempo, y es que la periodista quería estar a punto para el comienzo de sus vacaciones.
Como si no tuviera la piel de la cara suficientemente estirada, Patiño se ha vuelto a someter a un lifting para borrar de su tez cualquier rastro de arrugas o líneas de expresión. Como si fuera una muñeca. Eso sí, en esta ocasión no ha pasado por quirófano, ya que los avances tecnológicos en medicina estética permiten valerse de la radiofrecuencia para esta clase de tratamientos. Lo cierto es que estos procedimientos no le salen nada baratos a María, por lo que ha tenido que buscar una forma de amortizar su enfermiza obsesión y sacar tajada de ello.
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María saca tajada de su obsesión
> Todo el mundo organiza su salario mensual para poder asegurarse unos bienes y servicios básicos, como el alquiler, la comida, la luz o el agua. María hace lo mismo con sus ingresos, pero ella también destina una buena parte de su sueldo a estos retoques tan importantes para ella. La adicción de Patiño por la medicina estética le estaba saliendo demasiado cara, por lo que tuvo que hallar un modo de rentabilizar su preocupación por el paso del tiempo. Así, la colaboradora ha encontrado la forma de fusionar en un negocio sus dos principales obsesiones: mantenerse joven y rica. Vanidosa y pesetera, lo tiene todo.
María llegó a un acuerdo con su clínica de referencia para convertirse en imagen de la cadena. Su rostro polioperado aparece en la cartelería y marquesinas del centro como ejemplo de lo que pueden hacer contra la edad. Es un negocio redondo. La empresa gana en publicidad y ella se lleva unos ingresos extras para financiar sus retoques. Todo un ejemplo de economía circular. Además, Patiño se ha subido al carro de las influencers y muestra en su cuenta de Instagram cada intervención que se realiza, por lo que también se lleva su correspondiente dineral. Teniendo en cuenta el número de veces que pasa por boxes, seguramente gane más por el patrocinio de lo que lo que le cuesta el arreglo.
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Todas las operaciones estéticas de María
> Patiño está hecha de plástico. Desde que comenzó a hacerse famosa en la televisión, no ha parado de pasar por quirófano para mejorar su imagen. Primero empezó con intervenciones sencillas que no requerían cirugía. Un relleno por aquí, un pinchacito por allá… Pero la cosa se le fue de las manos y ha cambiado tanto su rostro que ya nada queda de la María de hace 20 años. Los cambios más notorios en ella son el levantamiento de cejas al que se sometió hace tiempo, el maxirrelleno de pómulos que dejó su cara mucho más angulosa y las dos rinoplastias que se realizó en 2013 y mayo de 2019.
Pero la cosa no termina aquí. María también ha reducido su mentón, se ha puesto pecho y le ha dicho adiós a las arrugas del cuello gracias a un lifting cervical. Además, de vez en cuando se pasa por la clínica para rellenarse las líneas de expresión y las bolsas de los ojos, que envejecen mucho la mirada. En cuanto a los retoques menores, Patiño se blanquea los dientes y se da rayos UVA para tener una tez mucho más morena. En resumen, ninguno de nosotros podría reconocerla ahora sin toda la chapa y pintura que lleva puesta encima.