Nadie podía creerlo. La representante y la asistenta de Carmina Ordóñez encontraban su cuerpo sin vida durante la mañana del 23 de julio de 2004. La divina nunca salió de la bañera de su casa de Madrid. Todavía hoy, las causas y las circunstancias que rodean su muerte son todo un misterio. Su familia se ha empeñado en mantener en secreto todo lo que rodea a este triste suceso, pero no han podido evitar que algunos datos terminen viendo la luz. Esto es lo que se sabe 15 años después de la tragedia.
Carmina Ordóñez era todo un espíritu libre. Hacía lo que se le viniera en gana sin importarle en absoluto lo que la opinión pública pudiera pensar de ella. La primera mujer de Paquirri no se privó de nada durante su vida, y quizás por ello fue capaz de vaticinar su trágico destino. «No voy a llegar viva a los 50», bromeaba la divina. No se equivocó. Por desgracia, murió un año antes de alcanzar el medio siglo. Fue todo un golpe para su familia y seres queridos, especialmente para sus hijos.
Julián Contreras fue el que peor lo pasó. Por aquel entonces tenía 18 años y el apego que sentía hacia su madre todavía era muy fuerte. Además, nunca llegó a sentirse del todo arropado por sus hermanos, Cayetano y Fran Rivera. Si pudiera verlo, Carmina se sentiría profundamente dolida con sus hijos por no haber sido capaces de crear un vínculo fuerte e intenso entre ellos. Los toreros no quieren saber nada del pequeño de la familia y hace mucho tiempo que no tienen ningún tipo de relación. Por su parte, él sobrelleva como puede su exilio y afronta un mal momento de su vida por algunos problemas económicos.
Una muerte con dos versiones
Hace ya 15 años que Carmina pasó a mejor vida, y las causas de su fallecimiento siguen siendo todo un misterio. Eva Carreño, su representante; y Luisa, su asistenta, fueron las que la encontraron flotando en la bañera, con el grifo aún abierto salpicándole en la cara. La última arrojó un poco de luz al trágico suceso y aseguró que los últimos años de Ordóñez no fueron nada fáciles. No es ningún secreto que la divina tuvo que lidiar con varias adicciones, lo que, según la trabajadora del hogar, la habría llevado a este terrible final. «En el baño quedaron restos de polvo blanco y un rulillo», reveló al diario La Razón.
Sin embargo, otros medios apuntaban a un infarto de miocardio como la posible causa de la muerte, dejando a un lado la hipótesis que apuntaba a una sobredosis. Su familia hizo una buena labor a la hora de confundir a la prensa para esconder los detalles más escabrosos del suceso. Tras 15 años del fallecimiento de la divina, la teoría que se sostiene con más fuerza es la que mantiene que las adicciones de Carmina fueron las que le quitaron la vida. Fuera como fuese, ya son tres los lustros que Ordóñez no está con nosotros, y el vacío que dejó todavía se nota con fuerza.