El enfrentamiento de Feliciano López y Alba Carrillo es impredecible. Y más ahora que el tenista ha decidido ponerse el mundo por montera, patrocinar eventos en los que concede entrevistas y, en efecto, entrar en el circuito televisivo. Alba, por su lado, tampoco tiene intenciones de seguir en silencio. Es pasional, directa, y sus palabras siempre tienen una carga de autenticidad que no solo muestran su innegable dolor, sino que muestran las heridas de una relación que no olvidará fácilmente, quizás porque Feliciano ha sido el hombre más importante de su vida, la persona por la que hubiera dado su vida.
Porque lo suyo -y lo de él- fue amor del verdadero. Lo ha reconocido el toledano durante una impagable entrevista concedida al programa Corazón de TVE. No le importa reconocer que, al contrario de lo explicado por muchos periodistas, sí contrajo matrimonio después de meditarlo y sentirlo profundamente: «Nadie se casa porque sí, yo lo pensé y lo medité. No es que no estuviera preparado, es que las cosas suceden como suceden», explicó con una serenidad que a muchos parece frialdad.
¿Habrá acuerdo?
Sea como fuere, lo cierto es que tras el encontronazo en los juzgados de Villalba queda ahora mucho por hacer. Ya no depende de las explosivas declaraciones que uno y otra puedan hacer en los próximos días, sino del buen hacer profesional de las representantes legales de ambas partes. Las abogadas de Feliciano y Alba intentarán convertir el tsunami que afrontan en una simple marejadilla marítima. Teresa Bueyes, una de las mejores abogadas de nuestro país y defensora de los intereses de la modelo, tiene claro que antes de un buen pleito, siempre preferirán un mal acuerdo.
