Hace calor y en Zarzuela los termómetros han estallado. Y todo por el plan que han ideado los reyes eméritos y que están ejecutando con maestría. La cuestión es que don Juan Carlos y doña Sofía han puesto al límite a doña Letizia con una serie de movimientos. La reina está de los nervios y sobrepasada. Se niega a ser la mala de la película y anda ocupada y preocupada porque su imagen está por los suelos. ¿Qué ha pasado? Te lo contamos todo a continuación. Sigue leyendo.
Don Juan Carlos y doña Sofía versus Letizia
> La abdicación de don Juan Carlos marcó el fin de una época. Doña Sofía apostó por su hijo y apoyó que sucediera a su padre. Una cuestión que tardó cuatro años en materializarse. Creía entonces la reina emérita que eso no iba a afectarle. Sin embargo, se equivocó. En cuanto se vio como reina consorte, doña Letizia empezó su particular venganza contra su suegra. Quería borrarla de la foto igual que había hecho con su suegro.
Don Felipe no puede prescindir de su madre dado que es el miembro de la familia mejor valorado. Sin embargo, su relación se ha resquebrajado dado que el rey ha tomado partido Letizia. Allá donde va, doña Sofía triunfa. Esto es algo que trae a maltraer a doña Letizia, a quien la sombra de su suegra persigue y ha conseguido atrapar.
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La reina al borde de un ataque de nervios
> Doña Letizia está que se la llevan los demonios. No le gusta que nadie brille y don Juan Carlos y doña Sofía le están robando el protagonismo. Los reyes eméritos pasaron juntos el fin de semana en Sanxenxo. Se vio una entente muy cordial entre ambos. Fue don Juan Carlos quien invitó a su esposa a conocer su feudo gallego. Incluso hasta durmieron en la misma casa tras cenar junto a la infanta Elena. Al día siguiente, doña Sofía vio a su marido y a su hija regatear. Todo un éxito ya que don Juan Carlos y su equipo fueron los ganadores y Elena quedó en segundo lugar.
Queda claro que se ha producido un cambio de tercio entre los reyes eméritos. El asunto ocupa y preocupa a doña Letizia. Ambos tienen en el punto de mira a su nuera. Ni olvidan ni perdonan que haya sido ella quien ha desmembrado a la familia con su política de apartheid. Poco a poco, todos han sido borrados de la foto. Primero, la infanta Cristina. Después, don Juan Carlos. La infanta Elena no pinta nada a nivel institucional y doña Sofía cada vez tiene un papel menos relevante. De hecho, siempre que puede, Letizia se queda con actos por los que su suegra siente especial cariño. Como ha ocurrido este año con la exposición Las edades del hombre.
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Malos tiempos para Letizia
> Se acerca agosto y doña Letizia está de los nervios. Le toca pasar unos días en Marivent y hacer el tradicional posado veraniego. A la reina no le gusta Palma. Considera que la isla está llena de “chonis” y “pijos”. No ha hecho nada para acercarse a los amigos de don Felipe y tiene fobia a las regatas.
El asunto del veraneo en Palma ha sido uno de los grandes escollos entre don Felipe y doña Letizia. El rey sabe que existe un compromiso con la isla que hay que cumplir. Sin embargo, la reina se opone. Al final no ha quedado más remedio que hacer un documento donde se estipulan los días anuales que los reyes pasarán en Marivent. En esta ocasión también habrán comentarios porque el rey llegará antes que su esposa, quien ha alegado que se queda en Zarzuel para recibir a Leonor y Sofía a su llegada del campamento de Estados Unidos donde pasan el mes de julio.
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Doña Sofía paga los platos rotos
> El ambiente en Marivent es muy relajado. Cada uno va a su aire, que para eso son vacaciones. Doña Sofía lo único que pide a su familia es que desayunen todos juntos. Dado que se levantan a la misma hora, el plan es viable. Sin embargo, doña Letizia ha acabado con esta costumbre por considerarla una imposición de su suegra, y por ahí no pasa. A ella nadie le dice lo que tiene que hacer.
La negativa de la reina ha hecho que su suegra estalle. Doña Sofía ha recriminado a su nuera su afán por separar a don Felipe, Leonor y Sofía del resto de la familia. Así las cosas, los días que permanezcan en la isla, Letizia y su familia política no van a coincidir, excepto en los actos oficiales marcados en la agenda real. La reina no quiere trato con suegros, cuñadas y sobrinos. De ahí que jamás se apunte a los planes familiares. A don Felipe le gusta ir a navegar con sus sobrinos y doña Sofía, un plan del que la reina se niega a participar.