El asunto de Miguel y su prótesis capilar (el peluquín, vamos) ha sido uno de los temas más comentados y debatidos de esta última edición de Gran Hermano. Aunque ha ido desvelando el secreto con cuentagotas a sus compañeros, y en cada una de estas confesiones el discurso estaba fundamentado con un profundísimo speech basado en la importancia de quererse a uno mismo sin mirar el físico y sus obsesiones por la perfección estética, el gallego ya hace menos de una semana que se presentó ante el mundo tal y como era.
Tanto su compañero Rodrigo como él se han rapado la cabeza y Miguel ha gritado feliz: «¡Por fin soy libre!» ¿Calvo? ¿Con entradas? Sus compañeros ponen el duda el testimonio y el papelón del de Pontevedra. La conversación en cuestión sucedió en el cuarto de baño, cuando Alain se acercó a Miguel por detrás y le dijo: «tienes entradas pero tienes pelo… Tu no estás calvo».
Y de hecho, es así. El francés lleva toda la razón. El pelo le nace más atrás, tiene algunas entradas, pero Miguel no tiene la alopecia que nos enseñó, entre lágrimas, en su vídeo de presentación. Nunca cuestiones el poder de un rapado. Y no, no hablamos de Miguel porque ahora se haya «rapado» sino de Christina, que fue la primera que nos avisó de que lo de su ex amigo era puro teatro y que ni es modelo, ni lo más importante, es calvo.
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