Hacía mucho tiempo que no sabíamos nada de la sobrina Aznar. Pues bien, Aran ha vuelto para gritar al mundo el infierno de su vida. Le robaron su infancia y eso hizo que entrara en una espiral de autodestrucción. Aran Aznar habla a corazón abierto de esos episodios tan duros que siempre había guardado para ella por vergüenza. ¿Qué atormenta a Aran? Te lo contamos todo a continuación.
Infancia robada
> Aran Aznar participó en Supervivientes y eso la hizo conocida para el gran público. Desde entonces, su rastro televisivo se perdió. Pues bien, la sobrina de Aznar ha vuelto para gritar al mundo que le robaron la infancia: “Mi padre biológico me violó con tres años”, un testimonio espeluznante que ha concedido a Lecturas. Así explica ella cómo tomó conciencia de lo que había sucedido: ”Debía tener unos 5 años cuando mi madre me contó que esos días que estuve con mi padre él me había tocado. Me vinieron todas las imágenes, las recuerdo. Nunca se volvió a tocar ese tema”.
La sobrina de Aznar tocó fondo por culpa de lo sucedido al cumplir los quince años: “Tuve que ir a un psicólogo. No soportaba que nadie me tocara. Perdí la virginidad con 18 años. Cuando iba a tener cierto contacto con hombres, me venían flashes”. Sin duda un drama de vida escalofriante.
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Aran, testigo de la violencia de género siendo niña
> En esas visitas al psicólogo, despertó en Aran un recuerdo que había permanecido dormido durante años. Eran flashes en los que “veía cómo mi padre pegaba a mi madre, cómo llegaba borracho a casa, sangrando por haber tenido un accidente con el coche, y tiraba la tele por la ventana. Mi madre lo ha pasado muy mal, pero encontró al hombre de su vida que es al que llamo padre, lo adoro”.
Uno de los momentos más duros para Aran Aznar llegó al volver de Supervivientes. Dejó una relación sentimental y entró en el mundo de las adicciones: “Caí en una depresión. No podía afrontar que no estábamos juntos, y eso me llevó a consumir cocaína y alcohol”. Fue su hija quien advirtió el peligro que corría y actuó.
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La circunstancia que lo cambió todo
> La hija de Aran Aznar descubrió así la difícil situación de su madre: “Mi hija mediana, que tenía 16 años entonces, fue la que se dio cuenta. Una noche me dijo que tenía la nariz blanca. Pasé muchísima vergüenza, sentí que la había defraudado. Mi madre me llevó a un centro y estuve ingresada tres meses. El psiquiatra me puso un tratamiento, aún tomo pastillas. Había días en los que ni me levantaba de la cama, solo lloraba. De ese problema estoy totalmente recuperada», explica la ex concursante de Supervivientes en Lecturas.
Arán también ha conocido el calvario de los malos tratos: “Llevaba tres años con un chico que me maltrataba psíquica y físicamente. He recibido muchas palizas. Una vez me rompió las costillas y me clavó una en el pulmón. Me provocó un neumotórax. Entonces, no me atreví a denunciar. Me amenazaba con matar a mis hijos”.
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El infierno del maltrato
> El infierno de la violencia de género es algo que Aran conoce como la palma de su mano. Así actuaba su pareja: “Me decía que yo estaba viva gracias a que él me lo permitía. Me encerraba en casa con llave, se llevaba mi móvil. No podía salir sola, no podía hablar con nadie. En febrero me volvió a pegar. Tengo mucha suerte de estar viva. Me pegó una paliza que casi me mata, me rompió una costilla, me lesionó la rodilla y me pateó. Cuando me iba a pisar la cabeza, llegó alguien y me salvó la vida, si no estaría muerta. No me atrevía a denunciar, pero lo hice porque me sentí muy apoyada por la policía. Lo tenemos que hacer por las mujeres que ya no están. De esto, se sale. No me siento víctima sino una superviviente”.