El papel de Beatriz Tajuelo (Barcelona, 1979), ex de Albert Rivera, no ha sido fácil. De prácticamente ejercer de primera dama del partido naranja y aspirante a consorte en la Moncloa, pasó a ser “la cornuda de España”. Y para más inri, el influjo cegador de las pasiones mediáticas generadas tras conocerse que “la otra” era la mismísima Malú, hizo que pocos le dieran el papel y el respeto que le correspondía. Ahora, meses después de aquellos días (algunos de los más duros de su vida, según ha confesado ella misma en una reciente entrevista a La Razón) ha comenzado una nueva vida dejando atrás el capítulo que protagonizó junto al actual líder de Ciudadanos.
Llevaban cinco años juntos cuando, de la noche a la mañana, Beatriz Tajuelo advertió que algo estaba pasando en su relación con Albert Rivera. Y ese algo era en realidad alguien: Malú. Según desvelaron diferentes medios en su día, Beatriz “les pilló”. Y todo se acabó. Ella, que había dejado su trabajo como azafata en AirNostrum para acompañar a su pareja en su intento de llegar a ser presidente de España, volvía a Barcelona para reinventarse (y recuperarse del shock). Dejó su puesto en una productora audiovisual, en la que, por cierto, asesoraba a Miguel Poveda (amigo de Malú para más señas) y comenzó a trabajar recientemente en Lightsound, una productora audiovisual catalana.
Cuenta Beatriz Tajuelo que los primeros días fueron muy duros por el acoso de los medios, pero poco a poco lo fue superando y la sonrisa volvió a su rostro para quedarse. Y lo consiguió refugiándose en su familia y en sus amigos más cercanos, además de lanzándose a cumplir su sueño de ser influencer. Porque sí, Beatriz Tajuelo quiere ser la próxima Dulceida. Y en ello está. De hecho, en cu cuenta (@beatriz_tajuelo), en la que acumula algo más de 4.000 seguidores, ya tiene disponible una dirección de contacto para posibles colaboraciones.
Su encuentro con Felipe VI
En las últimas semanas la hemos visto recomendando prendas, lugares o acudiendo a actos como el que tenía lugar hace unos días en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Allí también estaba el actual Rey de España, Felipe VI, quien, para su sorpresa, se le acercó para preguntarle qué tal estaba. Fueron unos diez minutos de charla en los que Beatriz Tajuelo pudo notar la cercanía y el efecto de Felipe.
Fueron muchas las veces que Beatriz Tajuelo pudo coincidir con Felipe VI gracias a los diferentes eventos y actos institucionales a los que acudía acompañando a Rivera. El último, en la ceremonia de entrega de galardones de la edición de 2018 de los Premios Princesa de Asturias, que tuvo lugar el viernes 19 de octubre de 2018. En las imágenes de aquel día, nada hacía sospechar una posible crisis. Ella estaba radiante en un vestido en tono malva con gran lanzada de organza en morado de la colección Babel (primavera-verano 2019) de Ulises Mérida, gran amigo suyo, al que siempre que puede apoya en sus desfiles (y volverá a hacerlo en la próxima edición de la MBFWM, en la que no cabe duda de que Beatriz Tajuelo se convertirá en la estrella de los front row a los que asista).
Al poco tiempo de aquella alfombra azul en la que todo parecía amor, ocurría la que ahora ya toda España sabe. La vida de Beatriz Tajuelo cambió. Y ahora ha decidido coger las riendas