Se ha convertido en una de las bodas más esperadas y vistas del momento. Más de 400 invitados se dieron cita en la catedral de Sevilla para presenciar cómo se daban el sí, quiero a los novios. Y para qué nos vamos a engañar: ya de paso lucían sus chaquetas y vestidos ante la prensa. Pero parece que no todo ha sido bonito en la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio. Se ha destapado la cara oculta de la boda.
La boda más esperada
> Era normal que Belén Esteban se sintiera atacada cuando comparaban su boda con la de Sergio Ramos y Pilar Rubio. El pasado sábado, muchos telespectadores y curiosos se acercaron a la catedral de Sevilla para presenciar la que se ha convertido en la boda del año. Pilar Rubio y Sergio Ramos se dieron el sí, quiero, rodeados de gente. No solo por los invitados sino que al rededor del monumento, se agolparon miles de medios de comunicación.
El futbolista fue el primero en entrar, acompañada de su madre con quién ya ha compartido varias fotografías en sus redes sociales. Su hermano, René Ramos, acompañado de su actual pareja, Lorena Gómez, y de su padre, fueron los siguientes en entrar. Los hijos de la pareja recién casado también captaron por escasos segundos las cámaras: vestían igual que su padre. Pero la llegada de Pilar Rubio cautivó todas las miradas. Llevaba un vestido de lentejuelas que provocó todo tipo de opiniones, malos y positivos. Pero no solo los novios llamaron la atención.
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Unos invitados de lujo
> Los protagonistas indiscutibles fueron Sergio Ramos y Pilar Rubio. Pero no hay que negar que los más de 400 invitados también nos llamaban mucho al atención. A la iglesia no acudió ni la mitad de los celebrities que después, se unieron al festín. Aún así, la presencia de algunos de ellos sirvió para demostrar que todos los invitados eran de lujo.
Nos llamó mucho al atención la presencia de Alice Campello y Álvaro Morata. Su reciente paternidad nos tiene robado el corazón. Pero hubo una pareja que llamó mucho más la atención a su llegada. Victoria Beckham y David Beckham. Ambos acudieron de la mano pero el revuelo de su presencia fue mayor de la esperada. Quizás el vestido blanco de la diseñadora no gustó a nadie de los allí presentes. Victoria se saltó el protocolo que la novia impuso: no vestir con los colores blanco, rosa, rojo naranja y verde. Pablo Motos junto a su mujer también llamaron mucho al atención. Aunque parece que el periodista ha metido la pata hasta le fondo.
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Pablo Motos se va de la lengua
> Y cuando pensábamos que después de la celebración ya se había guardado los mayores secretos de la ceremonia, llegó Pablo Motos para liarla. Hace tan solo unas horas, el presentador recibía en su programa, El Hormiguero a Santi Cazorla. El jugador del Villarreal también estuvo invitado a la ceremonia y en pleno directo, hablaron sin remordimiento de lo que pasó en la fiesta de Sergio Ramos y Pilar Rubio.
«Menuda fiesta nos montamos el pasado sábado», espetó el jugador a Pablo. De esta entrevista, conseguimos averiguar algunos de los detalles aún desconocidos como por ejemplo, los chocolates con churros. ¿Chocolate con churros en una boda? La respuesta es sí. Aquellos a los que se les alargaron la fiesta, recibieron un buen desayuno de la mano de los novios. Pero, lo que no imaginábamos era que, tan solo uno de los 400 invitados podía tener el móvil en la mano. Florentino Pérez fue la persona más afortunada en aquella noche. Pero aunque Pablo Motos se haya ido de la lengua, tan solo destapó detalles excelentes de aquella noche. Sin embargo, hace tan solo unas horas, se han destapado las pésimas condiciones que vivieron los trabajadores de aquel día.
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Se destapan las pésimas condiciones
> A pesar de que todos los trabajadores en la boda del futbolista y la colaboradora firmaron un contrato de confidencialidad, ya han salido públicamente declaraciones de una trabajado a la que no le gustó nada trabajar ese día. Estas declaraciones se han publicado en Sálvame y por lo que parece, no dejan en muy buen lugar a los novios.
La empleada ha asegurado que tan solo les pagaron diez euros la hora. «Nos pagaron solo diez euros por hora de trabajo. Ni siquiera nos llevaron a la finca y de comer nos dieron unos simples bocadillo». Pero para ella, lo peor vino después. En plan celebración, los empleados cenaron las sobras de los invitados y, asegura que «tuvieron que cambiarse todos juntos. Estábamos todos desnudos, una vergüenza», concluía. ¿Dará la pareja algún tipo de declaración al respecto? Solo queda esperar.