Hablamos con Albert Solà (Barcelona, 1956), el supuesto hijo ilegítimo del Rey Juan Carlos, para conocer cuál es su opinión sobre la retirada de la vida institucional del que dice ser su padre, que estaba fijada para este domingo 2 de junio en la plaza de toros de Aranjuez, en la corrida en la que cada año se rinde homenaje a doña María de las Mercedes de Borbón, madre de don Juan Carlos, y por ende, la que sería abuela paterna de Solà si éste pudiera probar lo que tantos años lleva intentando: su filiación Real.
Son las 19:00 horas y en el coso de Aranjuez, los asistentes a la corrida de El Juli (36), José María Manzanares (37) y Morante de la Puebla (39) miran hacia el palco, donde un emocionado rey Juan Carlos, acompañado de algunos de sus familiares, como su hermana, la infanta Pilar; su hija, la infanta Elena; su nieto, Felipe Juan Froilán; o su sobrina, Simoneta Gómez-Acebo, preside por última vez desde el palco en la tarde en la que se retira de la vida institucional, coincidiendo con el quinto aniversario de su abdicación en 2014.
A esa misma hora, nos ponemos en contacto con Albert Solà, quien lleva años defendiendo ser el hijo ilegítimo del Rey, para charlar con él y conocer de primera mano qué opina de la decisión del que podría ser su padre biológico. Nos atiende desde El Drac de la Bisbal, el bar de un pequeño pueblo de Gerona, La Bisbal d’Empordà, donde trabaja de camarero. “Para mí es lo mejor que tiene que hacer y de mi parte tanto él como Felipe tienen todo mi apoyo”, nos cuenta este hombre de carácter afable y buena disposición. Y añade lo siguiente: “En la decisión que él tome, tiene mi apoyo: si me viene a ver, si no me viene a ver, es mi padre y es algo que no puedo negar. Yo reconozco dos padre en esta vida: el que me engendró y el que me cuidó”.
¿Ha tenido que ver la publicación del libro de Solà en la decisión de Juan Carlos?
Le preguntamos a Albert Solà si, como apuntan en los últimos días algunos cronistas especialistas en asuntos de Casa Real, cree que el Rey ha tomado esta decisión acorralado por el posible comienzo de actuaciones judiciales para demostrar otros casos de filiación. A Albert no le consta, pero de lo que sí esta absolutamente seguro, por fuentes cercanas al Monarca, es que El monarca de la Bisbal, el libro que acaba de lanzar al mercado con el sello editorial de Ediciones B (del grupo Penguin Random House), “le ha dejado tocado”. “La información que yo tengo es que el libro le ha dejado tocado, porque gracias a él recordó todo aquello», apunta.
Y con todo aquello se refiere a la supuesta historia de amor entre sus padres biológicos, que se habría vivido a finales de los años cincuenta, cuando ambos tenían 17 años. “No fui un niño buscado pero sí deseado en el momento en el que se supo que mi madre estaba embarazada. Y parece ser que mi madre fue su primer amor, pero es difícil que ella salga a la luz pública por el poder que tiene y por la edad que ya tiene”, explica.
Solà asegura no tener relación con su progenitora, pero sí, de forma indirecta con su padre biológico, quien, de ser cierta toda esta historia, puede que ahora, con su retirada de la vida pública, dé un paso más que le acerque al que sería su verdadero hijo mayor. De hecho éste asegura que si no lo ha hecho antes ha sido por su condición de primogénito.
De momento, a la espera de poder cerrar una entrevista más en profundidad, dejamos a Albert Solà en El Drac de la Bisbal, donde lo más cercano que le une a la Monarquía es el sándwich de nombre monarcaque sirven el bar, con pollo, queso y huevo, entre otros ingredientes. Eso… y una nariz sospechosamente borbona.