Hacía mucho tiempo que Mónica Pont hablaba de escribir un libro. Los años pasaban y daba la sensación de que todo había quedado en agua de borrajas. Sin embargo, se hizo el milagro y ya está en la calle No estás sola (Martínez Roca). Una novela protagonizada por Carolina que, paradojas del destino, es un calco de la vida de Mónica. Sin embargo, el hecho de que esté novelada y, por tanto, situada en el plano de la ficción, evita problemas.
El álter ego de Mónica cuenta que fue maltratada por su padre cuando era una niña. Una época terrible donde las vejaciones psicológicas se mezclaron con el dolor por la muerte de su hermana. Como se recordará, el padre de la actriz salió alguna vez en televisión diciendo cosas nada agradables sobre su hija. Sin duda, aquello supuso un duro varapalo para Pont, que tuvo que sufrir sus dardos envenenados en los medios.
Mónica conocía a su marido desde la adolescencia y fue entonces cuando se ennoviaron. La relación se acabó porque tenían intereses distintos. El álter ego de Mónica, Carolina, cuenta en No estás sola la terrible equivocación que cometió al casarse con su novio de juventud: “Incapaz de resistirse a los encantos de este empresario, exdrogadicto y sometido a una madre autoritaria, Carolina iniciará un descenso a los infiernos con un matrimonio desgraciado y un marido violento”.
Uno de los grandes quebraderos de cabeza para Mónica Pont ha sido la lucha por la custodia del hijo que tuvo estando casada con Javier Sagrera. El pequeño Javier nació el 12 de enero de 2004. Tres años más tarde, llegaría el divorcio. Desde entonces, la actriz intenta que su hijo viva con ella. En principio, la Justicia le dio la razón, pero un año más tarde, un nuevo fallo judicial señaló que el niño debía vivir con su padre por una cuestión de arraigo. Lejos de tirar la toalla, Pont sigue la batalla. Su libro es una muestra más que servirá para otros padres y madres que estén en su misma situación.