Twitter se ha convertido en una caza de brujas en contra de Jorge Javier Vázuez. Hay quienes reprochan un comentario que el presentador hizo sobre Dakota. Insisten en que fue desafortunado porque recuerda uno de los episodios más importantes de la línea vital de la concursante. Y también de nuestra historia televisiva reciente.
La cercanía de la televisión actual provoca que el espectador sienta como trascendental aquellos eventuales comentarios que se producen con el único fin de entretener y que, en la mayor parte de las ocasiones, no son más que chascarrillos afilados que se usan como parte del engranaje televisivo. Me sorprende que a estas alturas haya quien se rasgue las vestiduras por las aportaciones mordaces con las que Jorge Javier solivianta a sus concursantes. Con todos, sin excepción. Es su seña de identidad y la prueba irrefutable de que es uno de los presentadores más codiciados de la pequeña pantalla.
El debate sobre la actitud de Jorge Javier ha servido para que también se abra la veda en cuanto a los supuestos privilegios que estaría disfrutando Isabel Pantoja en detrimento de sus compañeros. Los premios en la isla, como puede ser una llamada telefónica, un trozo de pastel o una visita inesperada se ganan en la arena. Y en los vídeos. No nos engañemos: Supervivientes es un programa de televisión que necesita contenido con el que rellenar horas de programación en un modelo transversal, fusionado con Cuatro, que genera una gran expectación.
Y unos resultados de audiencia y retroalimentación que no pueden discutirse. Así las cosas, este año, sin duda alguna, es Isabel Pantoja la concursante que más protagonismo ha alcanzado. No solo por las peleas y bullas con parte del elenco de famosos, sino también por su romance tardío con Colate Vallejo Nagera. Por eso no es raro, extraño ni sorprendente que se le premie con gestos que también consiguen otros de sus compañeros.
En cualquier caso, no seamos hipócritas: nadie es igual. Dakota no es Isabel Pantoja. Ni en protagonismo, importancia televisiva, recorrido ni trayectoria. Como tampoco lo son los impactos que ella tiene en el resto de la prensa nacional. E incluso internacional. Dejemos de juzgar y disfrutemos de un espectáculo que solo es eso: televisión.