Los contenciosos que enfrentan a Raquel Bollo y Chiquetete han hecho que Carmen Gahona pierda el temple, si es que alguna vez lo tuvo. Y es que Carmen, ávida de platós, tanto por necesidad económica como por enganche a la pantalla, intenta recuperar el protagonismo mediático.
En estos envites verbales que lanza Gahona una de las daminificadas es Lydia Lozano. Sin comerlo ni beberlo, la periodista se ha visto en el centro de la diana. Carmen apunta y amenaza con revelar una grave información. No podrá contarla porque aparte de que no tiene pruebas que la avalen, ¿en qué lugar quedaría Chiquetete? ¿Acaso quiere levantar el manto negro que cubre una de las grandes vergüenzas del artista?
De carácter impulsivo, Carmen es de las que cuentan carros y carretas de los colaboradores de televisión. Tiene para todos. Nadie escapa a su ira. Ni tan siquiera de los que afirma le caen bien. No es verdad. En cuanto alguien le lleva la contraria, se lanza en tromba. Eso sí, en plató da un pasito para atrás porque no es tan fiera la leona como la pintan.
Aunque hoy Rocío Cortés se posiciona al lado de Carmen, no está tan lejano el día en que realizó una entrevista previa para contar sobre la novia de su padre. Sin embargo, debido a que su testimonio no era convincente, la descartaron. La realidad es que ni ella ni su madre, Amparo Cazalla, soportan a Gahona. Consideran que es una mandona que quiere organizarles la vida y la prefieren más lejos que cerca.
Deseosa de chupar rueda mediática, Carmen lanza miguitas de pan que forman un camino hasta Guadalix. Sin decir, dice que será una de las concursantes de la próxima edición de GHVIP. A menos de que la liara muy gorda, y eso sirviera como revulsivo para la productora del reality, hoy no cuentan con ella.
.
