El pasado siempre vuelve. Esto es lo que les ocurre a don Juan Carlos y doña Sofía. Los reyes están viviendo un momento muy complicado. Un tema que creían enterrado ha resurgido con fuerza dejándolos vendidos. Tanto don Juan Carlos como doña Sofía esperan que la tormenta pase pronto. Sin embargo, queda cruz para rato. ¿Qué ha pasado? Te lo contamos todo a continuación.
Juan Carlos y Sofía, entre rosas y espinas
> Don Juan Carlos y doña Sofía han conseguido ponerse de acuerdo en algo. En estos momentos han hecho frente común para proteger a sus hijas. Tanto Elena como Cristina están sufriendo la desidia de don Felipe y doña Letizia. No hay lugar para las infantas a nivel institucional. Y lo que es peor, tampoco a nivel familiar. Los reyes no las quieren cerca. La cuestión se ha enquistado en los últimos tiempos. La sombra de Letizia es alargada en esta cuestión.
A pesar de sus problemas de movilidad, don Juan Carlos no duda en desplegar una gran actividad alrededor de sus hijas. Estuvo en Alemania viendo jugar a su nieto Pablo. Posteriormente, se desplazó a Sevilla con Froilán para disfrutar de las motos. Estuvo muy pendiente del debut de Victoria Federica como madrina de la Exhibición de Enganches.
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La pesadilla que atemoriza a los reyes
> Don Juan Carlos y doña Sofía están en un sinvivir. Un asunto del pasado vuelve al presente. Se trata de una espinosa y dolorosa cuestión que les quita el sueño. Y es que Bárbara Rey ha puesto en venta su chalet de Boadilla del Monte. Fue allí donde las crónicas han situado al rey como asiduo visitante. La vedette y don Juan Carlos mantuvieron una estrecha amistad que acabó fatal. Es, quizás, la única de sus amigas con la que no ha mantenido el contacto tras el adiós.
Bárbara puso en jaque a la monarquía cuando anunció que habían sustraído un material muy delicado de su domicilio. Se trataba de unas cintas donde se escuchaban conversaciones mantenidas con el rey emérito. La cuestión tuvo gran calado y don Juan Carlos se temió lo peor. Durante años, la vedette recibió del CNI pagos mensuales hasta completar la cantidad pactada, quinientos millones de pesetas. Se dice que el dinero fue depositado en una cuenta en Luxemburgo y que sirvió para frenar a la lenguaraz murciana.
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Sofía, objeto de charlas entre Juan Carlos y Bárbara
> La amistad entre don Juan Carlos y Bárbara se describió como muy estrecha. Tanta fue la intimidad que el rey habló hasta de la reina Sofía y su complicada relación. El ex marido de la vedette, Ángel Cristo, confesó no sorprenderse al conocer el asunto de las grabaciones: “Si esta señora (Bárbara Rey) ha sido capaz de chantajear a uno de los hombres más importantes de este país, ¿cómo no va a tratar de destruir a un pobre hombre de circo como yo?».
Sin duda, estamos ante uno de los asuntos que más ha hecho sufrir a la reina emérita. Se trata de una humillación agravada por el hecho de que Bárbara escogiera el nombre de Sofía para su hija. Solo gracias a su gran sentido de la realeza, la reina ha podido sobrellevar este agravio provocado por don Juan Carlos llevado por su querencia hacia las amigas especiales. Lógicamente, se comprende el temor de los reyes eméritos. La venta del chalet de la vedette hace que empiecen a recuperarse capítulos de las aventuras y desventuras del rey emérito, demoledores tanto para él, como para su esposa y la monarquía en general.
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Juan Carlos y Sofía dan la cara
> No pasa desapercibido el despliegue de gestos de don Juan Carlos y doña Sofía hacia sus nietos. Nos referimos a los hijos de las infantas Elena y Cristina. No tienen contacto con sus primas, Leonor y Sofía, por expreso deseo de Letizia. Tampoco don Felipe demuestra excesivo apego a sus sobrinos. Todo esto ha indignado a los reyes eméritos, que siempre han tenido mucho contacto con los niños Marichalar y Urdangarín. De ahí que el trato que reciben de los reyes les haya hecho plantarse. Por ahí sí que no pasan.
A estas alturas de la película, la división en la familia real es total. La monarquía sufre las consecuencias de una reina consorte que ejerce a su manera. El rey se ha posicionado con ella y ha dejado de lado a los suyos. Se cumplieron los peores presagios que auguraron los detractores de Letizia nada más conocer que ella era la elegida. Caen chuzos de punta en Zarzuela.