La Sala Bagdad está considerada una de las míticas en su género. Dedicada al sexo, este lugar ha sido punto de encuentro de famosos, miembros de la realeza, jeques, millonarios… Así funciona este templo del placer enclavado en el corazón de Barcelona.
La cara visible de la Sala Bagdad es Juani de Lucía. Su llegada a la sala Bagdad fue vía matrimonio. Se casó con el dueño y empezó en un mundo que desconocía. Con los años, Juani se ha hecho tan famosa como su local.
Bagdad dispone de pequeños apartados donde las chicas realizan pases privados. Bailan y se contonean al son de la música. Que la cosa pase a mayores depende de los deseos del cliente y de la chica.
En los pasillos de la sala Bagdad hay cámaras, no así en las habitaciones y salas privadas. El horario de cierre depende de los clientes. Pueden apagarse las luces y echar la persiana y dentro sigue la juerga.
La crisis hizo que Juani de Lucía diera la orden a todas sus chicas de que alternaran. Una forma de obtener ingresos. Al igual que en otros lugares de ambiente, el contenido de las copas que beben las féminas aparenta lo que no es.
Hay clientes que en una noche han gastado fortunas en este paraíso del porno. Especialmente, los que pagan con tarjeta, que les vuela el tiempo mientras están siendo entretenidos por amables señoritas.
Tener a rostros conocidos sobre el escenario es un buen reclamo en el que se apoyan los dueños de Bagdad. Dinio, su hermano Rafa, Nacho Vidal y otros más han ejercido allí sus acrobacias más íntimas.
Muchos de los artistas del sexo masculino que desfilan por Bagdad se ayudan de sustancias artificiales para conseguir la erección. El hecho de tener público enfrente y también el tipo de vida influyen en este aspecto. Pocos son los que funcionan si tomar nada.
Existe la creencia de que las mujeres que se dedican al porno se lo pasan muy bien. No lo crean. En el caso de las que actúan en Bagdad, la mayoría recurre a lubricantes y les resulta difícil obtener placer.
Una camarera en Bagdad gana 60 euros por noche. Si es lista y está pendiente, obtiene buenas propinas. Los clientes en el show privado son generosos tanto con la bailarina como con la camarera. Un buen servicio siempre tiene recompensa.
Debido a la facilidad que existe hoy en día para disfrutar de contenidos para adultos, Bagdad ha experimentado un descenso notable en su clientela. Los responsables del negocio intentan aguantar con líneas eróticas y otro tipo de negocios relacionados con el mundo del entretenimiento para adultos.