Hace ya años que Miguel Bosé pasó a formar parte del grupo de los progresistas de salón. Se trata de famosos que proclaman su amor por la izquierda desde sus mansiones, donde son atendidos por amables empleados que les sirven con esmero el té de las cinco. No es ningún secreto que el cantante quiere pasar a la historia como adalid de la libertad. Sin embargo, con las formas que se gasta, difícil va a resultar. El deshielo requiere de sol, no de frío.
Como decíamos, ya hace tiempo que Miguel Bosé camina tres metros sobre el suelo. Los años le han convertido en un personaje inaccesible que cultiva el divismo. El cantante vive en la creencia de que la prensa le persigue y espía sus movimientos. Craso error, hace ya mucho tiempo que le olvidamos. Eso sí, a veces le recordamos para mostrarle tal como era. Aquí va nuestro The way we were para Miguel.
Miguel Bosé nos sorprendió cuando aceptó participar en Conexión Samanta. Desde el primer momento, se mostró esquivo, receloso, malhumorado… Preguntado sobre si le preocupaba envejecer, contestó: “Me preocupan los ataques”. “¿Qué ataques”, repreguntó la periodista. Y hete aquí la contestación del divo: “Hombre, no te los voy a contar. Para qué, ¿para que se publiquen? ¿Para que se sepan en todos lados? Tú te has equivocado de programa conmigo”.
A Miguel Bosé nada le viene bien. Preguntes lo que preguntes, sales escaldado. De ahí que muchos periodistas pongan velas para evitar tener que ir a sus ruedas de prensa y escuchar “Si la pregunta que me vas a hacer es medio tonta es mejor entonces que no la hagas”. Virgen Santa del Calmante Bendito, ¿en qué momento al cantante se le fue la olla a Camboya?
La relación tensa de Miguel Bosé con la prensa se hace extensible a algunos miembros de su familia. Es el caso de su hermana Lucía Dominguín, que concedió una entrevista remunerada y expresó que tenía miedo a lo que fuera a decirle su popular hermano, quien ejerce el patriarcado al más puro estilo matador: Lo ancho para mí y lo estrecho para vosotros.
Con los años, la lista de exigencias de Miguel Bosé para conceder una entrevista aumenta. Bien lo sufrió Susanna Griso, a quien soltó esta perla cuando le preguntó por los rumores que le señalaban como ministro de Cultura si ganaba Podemos: “Cualquier pregunta que no tenga que ver con el evento no procede contestarla en este momento o pecarás de insolidaria”. Qué manipulación la del cantante. Y aquí van sus exigencias: No preguntar por sus hijos, ni por los papeles de Panamá ni por antiguos amores, ni por lo que cenó anoche…
Pocos se libran de los ataques de ira de Bosé. Da igual si eres persona, animal o cosa. Si todavía no te ha tocado el turno, prepárate porque falta poco. El cantante la lió parda cuando arremetió contra Iberia por los menús que sirven. Que no valen nada, ya lo sabemos, pero tampoco es para hacer de esto una cuestión de estado ni ponerse al borde del infarto. Una tila doble para Miguel, por favor.
Estamos firmemente convencidos de que a Miguel Bosé le ponen algo en el agua que le provoca fuertes dolores de estómago y de ahí la mala leche que se gasta. Miedito es lo que sienten los reporteros asfálticos cuando tienen que ir a meterle la alcachofa porque está de actualidad. “Calla tu bocaza” fue su respuesta cuando le preguntaron por sus hijos, que el mismo anunció habían llegado al mundo.
Miguel Bosé ha perdido la memoria y ya no recuerda cuando jugaba a la ambigüedad, que sus apellidos le valieron numerosos apoyos para lograr el triunfo y un largo etcétera que haría que cualquier otro estuviera un poquito contento de lo recibido en España. Pues todo lo contrario, nada que agradecer. Ah, sí, los golpes que siempre le han dado por estos lares, que dice le han hecho más fuerte.
Hay quien se refiere así al hijo de Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé: “La inteligencia, el talento y la buena fortuna se reúnen en un artista que ha hecho de la franqueza la mejor defensa y de la soledad su única musa”. Y nosotros nos preguntamos: ¿Por qué le llaman franqueza cuando quieren decir arrogancia? ¿Por qué hablan de que la soledad es su única musa cuando vive en pareja hace años? ¿Cuántos armarios tenía en su casa el sastre de Panamá? 1, 2, 3, responda otra vez.
Sinceramente creemos que Miguel Bosé debería cuidarse un poco más. Desde que descubrió el look barba de tres días, melena descuidada y ojos delineados va en caída libre. No hace falta someterse a retoques estéticos. Basta con una piel hidratada y un corte favorecedor, lo de las greñas pasó a la historia, y además le da un aire demodé que tira de espaldas.