Durante mucho tiempo ha estado callada y tranquila. Sin embargo, doña Sofía ha dicho «hasta aquí». Cansada ya de la tensa situación que vive con su nuera, ha tomado la decisión de plantarse. La madre de Felipe VI no está dispuesta a aguantar más los desaires de Letizia. Han echado un pulso y la emérita ha ganado. Descubre a continuación qué ha pasado y cuáles son las consecuencias.
Letizia, muy desagradecida con su único apoyo
> La llegada de Letizia Ortiz a la familia real fue una autentica revolución. Era la primera vez que los Reyes aceptaban a una plebeya para desposar al entonces príncipe de Asturias. Un auténtico hito que la periodista consiguió sin (aparentemente) mucho esfuerzo. Así, cabía pensar que la personalidad de la presentadora de los Informativos era tan arrebatadora que había conquistado al heredero y a también su círculo. Pero pronto descubrimos que no era así. Los monarcas aceptaron la elección de su hijo, pero rápidamente se dieron cuenta de que Letizia podía poner en peligro los cimientos de la monarquía. No se equivocaron.
Ni siquiera su curso intensivo de Protocolo consiguió frenar el fuerte temperamento de la asturiana. Un carácter que le ha llevado a protagonizar un sinfín de escándalos con los que la imagen de los Borbones se han visto irremediablemente salpicados. A pesar de que doña Sofía decidió darle un voto de confianza y le tendió su mano, las cosas han cambiado. Ella ha sido la primera damnificada, la gran víctima de Letizia. Pero no está dispuesto a aguantar más desaires y ha plantado cara a la mujer de su hijo. Repasamos a continuación los momentos que han propiciado que el vaso se colme.
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Sofía, cansada de que le den donde más le duele
> El nacimiento de la princesa Leonor y la infanta Sofía supuso una gran alegría para toda la familia. Por todos es sabido que la emérita siente especial predilección por sus nietos, con los que le encanta compartir planes. Además, que Felipe VI tuviera descendencia le hacía especial ilusión. Y no porque sea su ojito derecho sino porque, al convivir todos en La Zarzuela, podría disfrutar de estas niñas con mayor frecuencia. Pero las ilusiones de la Reina se desvanecieron. Además, de manera precipitada. Letizia no le permite a su suegra estar con la heredera y su hermana menor.
Fue Pilar Eyre la que destapó la caja de los truenos al asegurar que, al menos desde hace tres años, la doña Sofía le habían limitado el acceso a sus nietas. Un hecho que genera una enorme sorpresa, especialmente si tenemos en cuenta que la madre de Letizia tiene total libertad para verlas cuando le apetece. Paloma Rocasolano entra y sale de palacio siempre que desea. Es más, cuando los Reyes viajan, se queda al cuidado de las pequeñas. A ella tampoco le ponen limitaciones en cuanto a horarios o comida. Una restricción que sí tiene Sofía. Cabe recordar que Letizia abroncó a su suegra por dar a las niñas caramelos de anís. Está en contra de los dulces y no le sentó bien que la griega no tuviera en cuenta sus decisiones. Pero el tiempo ha hecho que todo se vuelva en su contra tal y como te relatamos más abajo.
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Las comparaciones son odiosas
> Desde que don Juan Carlos abdicara y su hijo se pusiera al frente del Estado, todos los ojos se posaron en él y en su mujer. En su nueva etapa como Reyes, es inevitable en muchos momentos que comparen su comportamiento con el que tuvieron en su día los eméritos. Y aunque don Felipe suele contar con el agrado de buena parte de la población, a Letizia le pasa justo lo contrario. Siempre que se la compara con su suegra, pierde por goleada. Especialmente desde que hace un año protagonizaran aquel famoso rifirrafe a las puertas de la catedral de Palma.
La Reina lleva cada vez peor estos continuos duelos a los que se ve sometida. No entiende por qué después de casi cinco años la gente sigue teniendo presente la impecable trayectoria de la emérita. No le gusta nada que sus suegra goce de tanto estima y ella solo reciba críticas. Además, la campaña para limpiar su imagen no ha obtenido los frutos esperados. Ni siquiera el hecho de mostrarse encantadora en público con doña Sofía de un tiempo a esta parte ha hecho que la gente cambie de opinión. Letizia solo recibe halagos cuando lo que se comenta es su look (y no siempre). Pero su comportamiento es calificado la mayor parte de veces como negativo, y eso la llena de ira. Además, hay que sumarle a esto la inesperada decisión de Felipe. En la siguiente página te la contamos.
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El tremendo enfado de la Reina al verse sin protagonismo
> La imagen de la monarquía está altamente debilitada. De hecho, cada vez son más los que piensan que Leonor nunca llegará a reinar porque esta dinastía tiene los días contados. Las cosas ya no son como antes y los escándalos de la corona no han sido en vano. La entrada en prisión de Iñaki Urdangarin ha supuesto un tremendo borrón. También conocer los trapos sucios y las continuas infidelidades de don Juan Carlos ha hecho que la gente deje de respaldar a toda la familia. Unas consecuencias que debe revertir ahora Felipe VI si quiere que las cosas vayan bien.
En su intento por volver a ganarse el cariño de los españoles, el Rey ha optado por contar con su madre. Es consciente de que las encuestas la sitúan como el miembro más querido de la Casa Real. Así, Felipe cuenta con ella para representar a la institución en diversos actos oficiales. La agenda de la emérita es prácticamente tan activa como la de Letizia. Por supuesto, esto no le sienta nada bien a la periodista, que se ve relegada a un segundo plano.
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Los continuos desplantes de Letizia
> Sofía siempre se ha caracterizado por una profesionalidad y una paciencia sin límites. Su comportamiento ha sido y es impecable. Pero en privado también tiene su carácter y ha dado un golpe en la mesa: Letizia no va a manejar más sus hilos. No está dispuesta a que su nuera le diga lo que puede o no puede hacer. A sus 80 años lo que quiere es disfrutar de la vida y hacer lo que quiere (siempre y cuando eso no perjudique a la corona). No quiere seguir poniendo buena cara a los desplantes. Sobre todo porque hay cosas que le duelen.
A Sofía no le sienta nada bien que Letizia no haya puesto nunca de su parte para tener una relación cordial y amable con los griegos. Cuando ha habido alguna celebración con ellos, la reina siempre se ha ausentado. A la periodista le ha dado igual que Felipe adore a su familia materna, ella nunca ha querido ser una más y tampoco se ha esforzado por aparentar serlo. Un tremendo feo a su suegra que ya no le perdona.