Letizia Ortiz sigue sin aceptar que su vida privada no puede tener más peso que la institucional. La reina se comporta como una funcionara de alto rango y así ejerce el cargo. Por más que le han hecho ver que esto es una equivocación, ella no transige y hace las cosas según su criterio. Las alarmas han saltado en Zarzuela y ya se han tomado medidas drásticas para evitar que doña Letizia cause más daño a la monarquía. Te lo contamos todo a continuación.
Letizia, una reina de ocho a tres
> La historia se repite. Doña Letizia no asume su realidad y eso está pasando factura a la monarquía. No le entra en la cabeza que ser reina consorte es algo que hay que ganarse a diario. A esto se refería don Juan Carlos cuando dijo que doña Sofía “es una gran profesional. Pero es que, además, tenemos que serlo: el rey, la reina, el príncipe Felipe. Yo a veces a mi hijo se lo digo: «Oye, no te creas que esto está ganado pa’siempre. Aquí hay que ganarse el sueldo día a día»”. Así se expresó el rey para Pilar Urbano en La Reina.
En estas cuestiones, doña Letizia va por libre. Ha estructurado su agenda de tal manera que la prensa internacional ya habla abiertamente de que es la consorte menos activa. Lejos de aclarar sobre su paradero, la reina ha impuesto una ley del silencio donde no hay respuestas alegando a que se trata de temas privados. Todo esto no hace más que alejarla de la sociedad y la coloca en una difícil posición. La mayoría sigue prefiriendo a doña Sofía.
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Letizia provoca una crisis en Zarzuela
> Cuando Letizia era princesa se encargó de explicar a algunos funcionarios de Zarzuela que las cosas cambiarían cuando ellos reinaran. Ya entonces mostraba hostilidad a seguir ciertos usos y costumbres, y así sigue. La cuestión es que ha impuesto una serie de cambios que perjudican a la Corona. La reina es uno de los miembros de la familia real peor valorados. La sociedad percibe que para ella su parcela privada prima sobre la institucional. En este sentido, no cede.
Desde Zarzuela ya han tomado cartas en el asunto y le han dicho a doña Letizia que tiene que cambiar su proceder e implicarse más. No puede ser reina de ocho a tres. Tampoco puede tener una agenda tan liviana. La semana pasada tuvo un acto y esta dos. Por otro lado, tiene muy poca presencia internacional. En los viajes que realiza por cuestiones del cargo exige regresar el mismo día a Madrid. Manifiesta que no desea separarse de Leonor y Sofía. Ciertamente, nadie sabe qué le pasa con sus hijas pero el caso es que algo le pasa porque su comportamiento no es normal.
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La peor versión de Letizia
> Las exigencias de Letizia son tantas que hasta ha impuesto que ella y su familia solo estarán en Palma un determinado número de días al año. Fuera de ese periodo de tiempo, se muestra inflexible. Así ocurrió el verano de 2013. Don Juan Carlos pidió a su hijo que se quedaran unos días más. Él no pudo negarse y doña Letizia se plantó ateniéndose a lo establecido. Abandonarían la isla el día pactado. Y llegado el día, la reina se fue sola a Madrid. Mientras tanto, don Felipe, Leonor y Sofía se quedaron en Marivent.
En Palma todavía recuerdan que doña Letizia se las hizo pasar canutas ese verano: “Llegó tarde a Palma y, por supuesto, no bajó al Club Náutico. Hizo un posado con Felipe y con las hijas en la Granja Esporles en el que, además, estaba gritona… Era una forma de gritarnos a todos pero gritando a las niñas. Y, al día siguiente, ¿dónde está Letizia? No sabíamos si se había ido por la noche, a última hora o en el primer avión de la mañana. El rey Juan Carlos solía comentar a sus íntimos que se había a sus cosas, a sus pinchazos y a sus cirugías” así se recoge el comportamiento de la reina en La corte de Felipe VI (La esfera)
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Letizia y la obsesión por sus hijas
> En muchas ocasiones se ha comentado que doña Letizia tiene cierta obsesión por sus hijas. Siempre está encima de Leonor y Sofía en los actos públicos. El deseo de privacidad para sus hijas las ha convertido en las niñas más desconocidas de la realeza. Llegó un punto en el que la cosa ya dio origen a infinidad de crónicas sobre la cuestión y la reina tuvo que quitar el pie del acelerador. Si por ella fuera, a Leonor y Sofía solo las veríamos una vez al año.
En el centro escolar donde estudian las hijas de los reyes han visto como algunas cosas han cambiado. Nada más inscribir a Leonor y Sofía, doña Letizia habló con la directora del centro para sugerir ciertos cambios en el menú. La dama declinó amablemente la oferta. Sin embargo, con el cambio de director, la reina se ha salido con la suya. Son muchas las normas que se han impuesto. Además de la alimentación, la asistencia a los festivales de alumnos del centro está controlada por un férreo sistema de seguridad. Tampoco se pueden hacer fotos de estos eventos. Leonor y Sofía tienen prohibido hacer comentarios sobre su vida privada.
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El tiempo ha dado la razón a don Juan Carlos
> El tiempo ha acabado dando la razón a don Juan Carlos. Al rey no le gustó Letizia no solo por su pasado. En este sentido, sabía que la iban a trinchar. Lo que le preocupaba era su forma de ser. Se dio cuenta enseguida que el gran problema de Letizia era su carácter. Si algo tiene el rey es que es muy intuitivo. Sabía que la periodista no se adaptaría a la vida de princesa y que acabaría imponiéndose. Y así ha sido. Por otro lado, parece que el fondo de la periodista no le convence. Algo debió ver cuando pronunció: “Es lo peor que ha entrado en la Casa en años”. Y algo debió oler cuando pronunció que “Felipe va a cargarse la monarquía al elegir a Letizia”.
No es exagerado hablar de que doña Letizia ha llevado a cabo una purga en el círculo de don Felipe. Muchos de sus grandes amigos han desaparecido de su lado. También hay damnificados en el lado de sus familiares. El rey ha cedido demasiado terreno y ahora se da cuenta de su error. Quiere recuperar el tiempo perdido pero sabe que será difícil. Letizia y sus formas mandonas están pasando factura al rey y a la Corona.
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