Fue durante el estreno de Inés Ballester al frente de Está Pasando en la Televisión Autonómica Madrileña donde Cayetano Martínez de Irujo se explayó hablando de sus bienaventuranzas y, cómo no, de los problemas que mantiene actualmente con algunos de sus hermanos.
Sincero, divertido, afable y con ganas de contar al mundo quién es realmente el Conde de Salvatierra. Así irrumpió Cayetano Martínez de Irujo en la recta final del estreno de Inés Ballester al frente de Está Pasando en Telemadrid. Durante la entrevista, Cayetano mostró una cara desconocida hasta ahora, su elogiable implicación con los refugiados sirios. Y es que el hijo de la Duquesa de Alba no solo acogió en su casa a unos sirios que se veían abocados a un exilio definitivo, sino también a una mujer y sus hijos que veían complicada su subsistencia.
Unas conmovedoras declaraciones que emocionaron a las colaboradoras del espacio que, por supuesto, no dudaron en ahondar sobre la vida personal de uno de los personajes más codiciados del mundo del corazón. En este sentido, Cayetano aclaró que la relación con Jesús Aguirre «fue muy complicada durante los primeros años» e insistió en aclarar que si bien tuvo dudas con las intenciones de Alfonso Díez, no dudó en claudicar cuando le conoció en profundidad.
Mala relación con sus hermanos
Lo más jugoso de la entrevista llegó al final. Fue cuando la Ballester le preguntó por la herencia. Cayetano confesó, entonces, que le hubiera gustado «sentir mayor generosidad» por parte de su hermano Carlos, máximo beneficiario debido al mayorazgo: «sobre todo porque todos los hermanos hemos estado implicados en la causa por convicción», insistió. Cuando le preguntaron qué pensaría su madre ante el enfrentamiento familiar, Martínez de Irujo lo tuvo claro: «Esté donde esté estará estupefacta, nunca se habría imaginado esto ni muchas otras cosas que han pasado y que no puedo contar en televisión», dijo.
Mala relación con la prensa
Cayetano no dudó en mostrarse simpático y cercano, algo que para Ines Ballester también fue reseñable. El Conde de Salvatierra quiso aclarar que, es cierto que durante un tiempo tuvo mala relación con la prensa, pero que no fue con todos: «con un sector de la prensa porque me insultaban, me humillaban y me defendía… Lo probé todo para ver si resultaba, y siendo agresivo tampoco fue. También es cierto que yo también he cambiado».