El dinero, la fama y el éxito ha sido detonante para que muchos famosos se hayan visto catapultados desde los cielos al más negro de los infiernos. El alcohol, las drogas y los fármacos suelen ser la vía de escape para muchas celebridades que no consiguen dominar una vida donde tienen todo al alcance de la mano. A continuación os mostramos una lista de celebridades que han confesado su adicción a los medicamentos.
El caso de Carmen Ordóñez sobrecogió a nuestro país. Antes de ser hallada muerta el 23 de julio de 2004 en su domicilio familiar, la periodista Pilar Eyre, escribía esto en la Crónica de El Mundo: «su estado actual se debe a la supresión de uno de los medicamentos para dormir que tomaba, Luminal, que crea adicción y cuya falta repentina, según confirmaron fuentes farmacéuticas, puede producir crisis epilépticas agudas».
El periodista Sergio Alis era un profesional fijo de los programas de televisión con contenido rosa. Junto a María Teresa Campos o Emma García, Alis se desarrolló profesionalmente y se postuló como una figura relevante de la prensa rosa. Paralelamente, junto con su ex pareja, Javier Milán, decidieron crear una empresa que finalmente quebró. Javier confesaba que su ex socio “vivía por encima de sus posibilidades” y Alis, por su parte, explicó que su ruina económica lo llevó a consumir somníferos de manera excesiva.
Cristina La Veneno está atravesando uno de los momentos más difíciles de su vida. La vedette se encuentra hospitalizada en estos momentos en el Hospital La Paz de Madrid después de sufrir un grave traumatismo en el cráneo. Al parecer, Cristina fue encontrada en su domicilio madrileño por su actual pareja que fue el encargado de trasladarla hasta la clínica madrileña. Ha sido esta misma tarde en el programa Sálvame donde Lydia Lozano ha relatado que Cristina, para regular y equilibrar el estado de nerviosismo e intranquilidad en el que se encontraba, estaba tomando una fuerte combinación de medicamentos.
Melanie Griffith en el año 2000 tuvo que ingresar en una clínica de desintoxicación por su adicción a los fármacos. Un tratamiento que su médico le recetó tras sufrir un accidente y por el que la ex mujer de Antonio Banderas se vio absolutamente dependiente.
Corría el frío invierno de 2008 en Nueva York cuando el cuerpo sin vida del actor del momento, Heath Ledger, era hallado sin vida en su espectacular penthouse de Manhattan. ¿El autor de su muerte? Él mismo. Según su propio padre, «fue su culpa absolutamente. No hubo nadie más. Él llegó a ellos (medicamentos). Él los puso en su sistema. No puedes culpar a nadie más en esa situación.»
Son muchas las adversidades por las que ha tenido que atravesar y superar Demi Moore. Tras haber sido tratada por adicción a los fármacos y anorexia, en 2014 fue su hija Tullah la que ingresaba en un centro de desintoxicación como consecuencia de su adicción a las drogas y el alcohol.
Drew Barrymore no ha tenido más remedio que confesar en infinidad de entrevistar que, tras ser una niña fenómeno en Hollywood, pasó por un mundo de tinieblas. «Mi primera raya de cocaína la tomé a las 12 años», confesaba la actriz en un documental sobre su propia vida. Además, añadía que, para poder dormir y descansar con el objetivo de poder rendir al día siguiente en los rodajes, tomaba fuertes somníferos a los que se hizo adicta.
Fue el propio Michael Lohan, su padre, el que dio la voz de alarma a los medios de comunicación afirmando que «no reconocía a la hija que había criado y que temía que la pequeña Lindsay acabase como Heath Ledger o Michael Jackson a causa de la adicción tan fuerte que tenía a las drogas, el alcohol y los fármacos.
Todos recordamos dónde estábamos en el momento en el que se anunció la muerte de Michael Jackson. Es uno de esos momentos imborrables. A pesar de que su médico resultó culpable en el juicio donde se le acusaba de la muerte del «rey del pop», en 2013, el doctor Stuart Finklestein declaró que Jackson era adicto a los fármacos.
“Necesito dormir. Mis admiradores me quieren glamourosa. No les decepcionaré”, declaraba Marilyn Monroe en una entrevista donde confesaba su insomnio crónico. La única opción que la actriz tenía para conseguir conciliar el sueño era tomando una cantidad ingente de somníferos que la sumieron en una profunda adicción a los barbitúricos.