A pesar de que desde hace nueve meses las noticias de Iñaki Urdangarin nos llegan a cuenta gotas, lo cierto es que cada cosa que conocemos de él es más sorprendente que la anterior. Su condena se le está haciendo muy larga y no soporta que no hagan distinciones con él. Se le trata como a un preso corriente y eso llena de ira al vasco, que ha visto como sus planes más inmediatos se ven trastocados. Nadie se rinde ante sus pretensiones.
El pasado mes de junio Iñaki Urdangarin hacía frente al peor momento de su vida. El yerno de los Reyes ingresaba en la prisión de Brieva para cumplir condena. Un juez había dictado poco antes que el exjugador de balonmano tendría que estar cinco años y 10 meses en la cárcel a causa del desvío de fondos públicos del Instituto Nóos. Un caso que llevó incluso a la infanta Cristina a declarar ante un tribunal. Se trata de un hecho insólito que supuso un duro mazazo para la corona. Esta institución nunca antes se había visto salpicada por una inmoralidad de tal envergadura.
La tranquilidad que rodeaba a Urdangarin en este centro penitenciario de Ávila ha saltado por los aires. Según ha informado el periodista Juan Luis Galiacho al programa Socialité, el cuñado de Felipe y Letizia está «completamente hundido». Además, ha desvelado los motivos que le han llevado a esta alarmante situación. «Él creía que saldría en la temporada estival, pero no. A día de hoy, Iñaki Urdangarin no va a pasar el verano con la infanta Cristina. Lo pasará en Brieva. La prisión determinó en la última reunión que siguiera clasificado como preso de segundo grado. Por tanto, no puede obtener ese tipo de permiso», aseguraba.
Una nueva negativa a sus peticiones más pretenciosas
El que fuera duque de Palma pidió el tercer grado y estaba convencido de que se lo iban a conceder. Pero parece que aquella etapa en la que todos era intocable ya ha pasado y nunca más volverá. Iñaki Urdangarin es un preso más y no tiene un trato especial por ser quien es. «La votación del penitenciario ha sido de cinco a favor y dos en contra, así que no tiene solución. Lo lógico es que espere hasta diciembre para tener sus permisos», explicaba el periodista anteriormente citado.
Lo curioso de todo es la reacción que ha tenido el marido de doña Cristina ante esta negativa. Altamente competitivo (quizá por su pasado como deportista profesional), está dispuesto a llegar hasta el final por conseguir su objetivo. Así, su estrategia ha pedido cambiarse de cárcel. «Instituciones Penitenciarias no va a cambiarle. Me imagino que él querría ir a Vitoria para estar cerca de la familia, eso es lo único que puede argumentar. Aunque realmente lo que quiere es tener un trabajo y dormir en la cárcel de lunes a viernes. Pero le han dicho que no. Si se lo dan sería un escándalo», recogía el programa presentado por María Patiño.