Está claro que la relación entre Kiko Rivera y Jessica Bueno es un auténtico tobogán. Sube y baja con una naturalidad pasmosa, casi terrorífica. Y es que desde que se separaron, hay temporadas en las que no dudan en echarse los trastos encima. Nadie entiende esta necesidad de hacerse tanto daño. Y más cuando tienen un hijo en común, Francisquito. La primeera vez que notamos que algo sucedía entre Kiko y Jessica fue el día de la boda del primero. El hijo de Isabel Pantoja quiso retrasar el inicio de la ceremonia porque su hijo no había llegado a tiempo. Se publicó que un amigo del DJ acudió a por el pequeño y, una vez en la Hacienda, Kiko cumplió su sueño y se casó con la mujer de su vida, Irene Rosales.
Pero ahora las cosas parecen estar otra vez muy movidas. Y es que el pequeño Francisco ha cumplido cuatro años. Y Kiko Rivera, que ahora es runner, ha querido llamar la atención de sus seguidores en Instagram asegurando que, en contra de lo deseado, está lejos de su hijo en un día tan importante. Se trata de un mensaje que no deja lugar a las dudas y en el que, por supuesto, da una bofetada sin mano a la que fue su novia: «No llores, no, que quince días pasan volando».