Dicen que el matrimonio de los reyes atraviesa momentos complicados. Han saltado las alarmas y la cosa está que arde. Otra vez vuelven los silencios incómodos, las miradas gélidas y los desplantes de Letizia a Felipe. Así las cosas, los reyes han tomado una drástica decisión. ¿Qué ha pasado? Te lo contamos todo a continuación.
La crisis matrimonial de los reyes
> La convivencia entre don Felipe y doña Letizia siempre ha estado plagada de altos y bajos. Al hacerse público su compromiso con el príncipe, la periodista manifestó que estaba ilusionada y comprometida con el destino que le había sido reservado. Lo dijo emocionada pero pronto se rompió la magia. La reina no ha sabido o no ha podido adaptarse a las exigencias de su papel en Casa Real. Se ha revuelto contra las normas establecidas y eso ha acabado pasándole factura.
Los años no han hecho que doña Letizia consiga estar comprometida al cien por cien con la tarea monárquica. Ejerce como si lo suyo fuera un funcionariado, con horario de entrada, salida y vacaciones privadas. Ya lo dijo doña Sofía, la Corona es trabajo, trabajo y más trabajo. Siempre hay que estar disponible. Con esto no comulga doña Letizia y es aquí donde empiezan los problemas con don Felipe.
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Felipe y Letizia quieren así recuperar la pasión
> De puertas para afuera, parece que la relación entre don Felipe y doña Letizia está bien. Sin embargo, existen fisuras en el barco del amor. El rey está afectado porque su esposa no acaba de entender el papel que debe ejercer. Por otro lado, está su indomable carácter. Aunque él es un hombre tranquilo ya ha dado síntomas de hartazgo. Mientras tanto, la reina sigue empeñada en que deben disfrutar de más días de ocio privado.
Entre unas cosas y otras, la relación de los reyes da síntomas de agotamiento. Entre las peculiaridades de Letizia y la presión que sufre la institución, la pareja empieza a hundirse en la asfixia. La reina sabe que ha tensado la cuerda y de ahí que intente remediar la situación propiciando escapadas destinadas a recuperar la pasión. A don Felipe no le parece mal pero no cree que esto sea la solución. Considera que doña Letizia debe aplicarse más en su papel de representante de la Corona y cambiar su actitud. Es preciso y necesario que conquiste a esa parte de la sociedad que la rechaza.
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El divorcio de los reyes ya está pactado
Nada se deja al azar en las casas reales. Cuando uno de sus integrantes se casa antes firma unas capitulaciones matrimoniales donde se recoge todo lo relacionado con la separación. En el caso de Letizia, no tendría problema alguno para llegar a fin de mes. Recibiría una más que generosa compensación económica que le permitiría seguir manteniendo el elevado tren de vida que disfruta como consorte real.
En cuanto a dónde vivir, tampoco sería un problema. A la reina le corresponderían varias casas con servicio incluido para mantenerlas en perfecto estado de revisión. El mayor escollo radica en la custodia de Leonor y Sofía, que quedaría en manos de Casa Real. Doña Letizia tendría que conformarse con disfrutar de sus hijas dos fines de semana al mes. Sorprende que firmara algo así estando tan pendiente de las niñas como está. Le aconsejaron que no cediera pero don Felipe le hizo saber que esa cláusula era inamovible, y que en caso de no aceptar, el matrimonio no podría llevarse a cabo.
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Lo que separa a Felipe y Letizia
> Hace unos años, Felipe y Letizia estuvieron muy cerca de la separación. La crisis se trasladó a la escena pública y la reina no se cortó un pelo en mostrar su malestar con el rey. Testigos de entonces recuerdan los desplantes y las palabras cortantes con que doña Letizia obsequiaba a don Felipe. Mientras tanto, él, impertérrito, aguantaba con estoicismo la situación. Hasta que un día se plantó.
En Zarzuela le hicieron ver a Letizia lo que sería su vida si decidía separarse de su marido. Mientras tanto, ella abandonó Palma de Mallorca dejando a su marido y a sus hijas. Al parecer, un asunto urgente la reclamó. Quería cerciorarse de que alguien muy próximo a ella no hacía públicas unas conversaciones privadas donde hablaba abiertamente de sus problemas matrimoniales.
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La familia real, feliz ante el divorcio de los reyes
> Los planes de separación que tenía en mente doña Letizia fueron recibidos con alegría en la familia real. Casi, casi hacen una fiesta al enterarse de la noticia. Hacía tiempo que don Juan Carlos había aconsejado a su hijo el divorcio ante el comportamiento de Letizia. El rey nunca ha congeniado con su nuera. El cariño es mutuo. No se soportan y tan solo se dirigen la palabra cuando se trata de dar una imagen de unidad familiar en público.
Doña Sofía es contraria al divorcio pero en el caso de su hijo no se opuso. Pensaba entonces que era imposible que la relación con Letizia mejorara dado el empecinamiento de ella por no amoldarse a una serie de normas. Tanto Cristina como Elena vieron el cielo abierto. La reina no las tiene en su lista de los afectos, algo que ha dejado patente en diferentes ocasiones. Al final, la pareja decidió darse una oportunidad. Remontaron pero la sombra de la crisis sigue presente en su vida.