En esta convulsa etapa política, el presidente del Gobierno ha puesto tierra de por medio y ha disfrutado de unas polémicas vacaciones en Lanzarote. Allí, junto a su familia, ha revivido una terrible maldición propia de Cuarto Milenio.
Las vacaciones malditas de Pedro Sánchez
> Pedro Sánchez ha decidido disfrutar con su familia de unas vacaciones que, sin duda alguna, les marcarán para siempre. El lugar elegido ha sido Lanzarote, y para alojarse han apostado por La Mareta. Se trata de una conocidísima residencia que alberga en su interior muchos secretos y finales inesperados que han convertido esta exclusiva vivienda en un auténtico palacio maldito.
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Un regalo envenenado para don Juan Carlos
> Esta espectacular residencia insular fue un regalo personal que el rey Hussein de Jordania hizo a su amigo íntimo, nuestro monarca emérito, hace ya tres décadas. Sin embargo, los terribles sucesos allí acontecidos hicieron que en 2015 la familia real se desprendiera pronto de esta propiedad. Así, la cedieron a Patrimonio Nacional y se convirtió en refugio para altos cargos políticos. Los Borbones justificaron este movimiento como algo meramente económico. «Manterla cuesta mucho dinero», aseguraba doña Sofía a Pilar Urbano.
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El suceso que marcó para siempre a don Juan Carlos
> El rey emérito estaba disfrutando de unas vacaciones familiares en La Mareta ajeno a la tragedia que estaba a punto de vivir. El 2 de enero del 2000, don Juan Carlos tomaba algo con José María Aznar y la mujer de este, Ana Botella, cuando su tranquilidad se rompió al ser informado por una asistenta del hogar de la peor noticia: su querida madre, María de las Mercedes, había aparecido muerta en su cama. La condesa de Barcelona tenía 89 años y sufrió un inesperado ataque al corazón. Nadie presagiaba este final ya que los días anteriores había estado muy bien y muy animada durante los festejos navideños.
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La valiente decisión de la reina Letizia
> A pesar de que La Mareta se convirtió desde ese comienzo del 2000 en un lugar prohibido para don Juan Carlos y sus allegados, que no querían volver a pisar el palacio por miedo a presenciar otra pérdida, doña Letizia hizo caso omiso a las advertencias. Así, cuando la princesa de Asturias, Leonor, era solo un bebé, la mujer de Felipe VI decidió disfrutar allí de la Nochevieja de 2004. Se desconoce lo que allí pasó durante estas fiestas, pero desde entonces ninguna persona con sangre azul ha vuelto a pisar esta vivienda. Por allí solo han desfilado los diferentes presidentes del Gobierno.
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El derroche de Pedro Sánchez
>A pesar de que Pedro Sánchez no ha salido de este embrujado refugio durante sus últimas vacaciones, lo cierto es que no ha pasado desapercibido. Los vecinos se han alarmado por la enorme seguridad que había en la urbanización, algo que no ha sentado demasiado bien ya que acceder se convertía en un deporte de riesgo. Además, la gente tampoco ve con buenos ojos que los Sánchez Gómez llegaran hasta las islas Canarias en el Falcón, su avión privado, del que hace uso con asiduidad, elevando sustancialmente los gastos.