La infanta Elena está ocupada y preocupada por su hija. Victoria Federica, Vic para los amigos, se ha hecho mayor y vuela en solitario. Cada vez adquiere más independencia familiar y esto quita el sueño a la infanta. La última decisión de Victoria ha afectado mucho a su madre. La infanta no deja de pensar en que su hija pueda ser víctima de la maldición de los Borbones ¿Qué ha pasado? Te lo contamos todo a continuación.
La tristeza de la infanta Elena
Victoria Federica ya tiene dieciocho años y da muestras de su carácter independiente. Al igual que a su madre, no le gusta que le marquen el camino. Vic, como así la llaman sus amigos, está enamoradísima de un torero, Gonzalo Caballero. La pareja no esconde sus sentimientos y ya han oficializado lo suyo dejándose ver en situaciones que denotan que entre ellos hay más que la amistad inicial que quisieron vendernos. En esto, Victoria sale a su madre. No le gusta dar explicaciones, y mucho menos a los medios de comunicación.
La relación entre Vic y Gonzalo ha sido muy bien recibida en Zarzuela. Sobre todo, en el caso de la infanta Elena y don Juan Carlos. Ambos son aficionados de pro. Por tanto, que Victoria Federica esté ennoviada con un torero es algo que les hace gracia. Sin embargo, la alegría que siente por el romance la infanta contrasta con su preocupación. A continuación, La infanta Elena, muy preocupada por su hija.
Trato de favor para la nieta de doña Sofía
Victoria Federica ha obtenido el carnet de conducir en tiempo record. Se presentó al examen teórico el pasado veinte de noviembre, aprobó y ya ha estrenado coche. Un Hyundai Tucson cuyo precio base es de dieciocho mil euros. Se desconoce si han sido sus padres quienes le han regalado el vehículo o bien el mismo forma parte del parque móvil de Zarzuela. Sea como fuere, Vic no ha esperado para realizar un viaje largo para una conductora novata.
La hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar se trasladó con su novio hasta Valladolid. ¿Los motivos? Porque en esa localidad se rueda La casa de papel, la serie favorita de Victoria. Pues bien, Vic llegó llegó al rodaje conduciendo su coche y acompañada por Gonzalo Caballero. Se comenta que la nieta de los reyes eméritos tuvo trato de favor ya que pudo entrar y salir del lugar de rodaje, la Abadía de Perracés, situada en Bercial, al volante de su todoterreno. Mientras tanto, el equipo de rodaje tenía que hacer lo propio andando porque así se había estipulado. A continuación, La infanta Elena teme que Victoria sufra un fatal accidente automovilístico.
Letizia puso en grave peligro su vida
A algunos de los integrantes de la familia real les gusta la velocidad. A don Juan Carlos le encantaba coger la moto y pisar el acelerador. Aseguran que el rey ha sufrido algún que otro susto por esta cuestión. La velocidad también le gusta a doña Letizia. De hecho, tuvo un accidente cuando era novia de don Felipe. “Ocurrió una tarde lluviosa de octubre”, reveló a Vanity Fair Alfredo Urdaci.
Así lo relató Urdaci: “Letizia conducía su propio coche a gran velocidad. Le gustaba correr. Al salir del túnel que enlaza la M-30 con la calle O´Donnell la sorprendió una tromba de agua. Los vehículos se agolpaban en la vía. Ella intentó frenar, sin poder evitar el aquaplaning, y provocó una colisión múltiple”. Los efectivos del SAMUR que acudieron en su ayuda, le dijeron a la reina: “Está usted viva de milagro, se podría haber matado”. A continuación, La maldición de los Borbones.
La maldición de los Borbones
A doña Sofíasiempre le ha gustado conducir. Es una actividad que despeja su cabeza. Se siente libre cuando el aire se cuela por la ventana de su coche. El problema es que ha tenido algún que otro susto por pisar el acelerador cuando no debía. En 1984, la reina fue multada con doce mil pesetas por exceso de velocidad. Una cantidad elevada para la época. La Guardia Civil hizo llegar la sanción a Zarzuela y a don Juan Carlos le sorprendió tanto la cuantía como la procedencia, Palma.
Don Juan Carlos aprovechó un encuentro con el entonces alcalde de Palma para preguntarle sobre la sanción. Este le dijo que no era de carácter municipal por la cuantía de la misma. El rey continuó con las pesquisas hasta que descubrió que la infracción había sido cometida por doña Sofía el verano anterior. Ocurrió en las inmediaciones del Palacio de Marivent, donde la reina fue captada por el radar a noventa cuando la velocidad máxima permitida era de sesenta. También don Felipe pasó por la misma circunstancia que su madre. Conclusión, a la familia real le gusta la velocidad. De ahí el temor de la infanta Elena a que Victoria Federica haya heredado esta pasión y ponga en riesgo su vida. Ciertamente, son pocos los miembros de la familia que han escapado a la maldición de los Borbones.
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