La familia real atraviesa su momento más delicado. A las críticas que sufre la institución hay que sumarle las desavenencias entre sus miembros. Nada es lo que parece en un clan que se desangra en luchas internas. Doña Letizia y doña Sofía mantienen una inexistente cordialidad de cara a la galería. Mientras tanto, la infanta Elena ha vuelto a perder brillo mediático. Sin embargo, no piensa quedarse callada y mueve ficha.
1De vuelta a la oscuridad
Hace ya mucho tiempo que los miembros de la familia real van cada uno por su lado. La relación entre ellos es prácticamente inexistente. El escándalo Corinna provocó que don Juan Carlos fuera condenado a galeras sin posibilidad de absolución. El rey emérito sigue la misma senda que Cristina. Ambos han sido apartados de la institución por su comportamiento poco ejemplar. Sin duda, inesperado final para un hombre que consiguió acuñar juancarlistas en un España que despedía a Franco y daba la bienvenida a la Democracia.
Fue don Juan Carlos quien consiguió que Elena fuera reinstituida en su función institucional. Para algunos, la infanta es una secundaria de lujo que da brillo a la Casa Real en los actos a los que acude. Sin embargo, la caída en desgracia de su padre y la tensa relación que mantiene con don Felipe y doña Letizia le ha costado volver a la oscuridad. En Palma pudo verse que las cosas están más tirantes que nunca entre Elena y los reyes. No hay solución. La reina no soporta a su cuñada y viceversa.